Desde el momento de la concepción, el feto es ya un ser humano único e irrepetible
Es la primera vez que celebramos la “fiesta de la democracia” pensando quién va a pactar con quién. Ya no vamos a votar pensando en quién va a ganar, sino en quién va a poder sumar para salir del paso unos años más mientras España se desmorona. Lo importante es participar y meter la cabeza en el Congreso. Con eso muchos de los aspirantes se dan con un canto en los dientes y así es muy difícil que los españoles voten, y lo hagan con ganas y convencimiento.
Modalidades de pactos hay unas cuantas sobre la mesa, y muchos españoles ya han aceptado que en ninguna de ellas se contemplará el derecho a la vida como tema a debatir. El drama de España es que muchos de aquellos que durante tanto tiempo han clamado por el fin del aborto y por el respeto a la vida humana ya han renunciado al pacto que hace muy pocos años, con Zapatero, consideraban irrenunciable: defender la vida del concebido, proteger a los niños discapacitados de una muerte injusta que los discrimina, tumbar la ley del aborto que ahora se acepta como mal menor.

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Muy pocos han notado que el derecho a la vida ha sido eliminado del debate público en esta campaña lo que indica que la anestesia de las conciencias ya está haciendo su efecto.Difícilmente podremos ir a peor en lo moral gane quien gane, y esto es algo que debería preocuparnos mucho a los que pensamos que la crisis de la que tiene que salir España no es sólo económica, sino de principios. Todo lo que Zapatero aprobó persiste hoy en nuestra legislación.
El aborto es un derecho de la mujer, la familia natural como bien único e imprescindible para el progreso social ya no existe, y ha quedado diluido entre otros “modelos de familia” que progres rojos, azules, morados y naranjas defienden e integran en sus propias vidas. Y sin embargo ahora parece que todos estos cambios tienen una pátina de bondad porque es el Partido Popular quien los ha mantenido.
Si aceptamos que es más importante mejorar en lo económico que en lo moral, España no saldrá nunca de este agujero en el que se está metiendo
Si aceptamos que es más importante mejorar en lo económico que en lo moral, España no saldrá nunca de este agujero en el que se está metiendo y del que todos dicen que nos van a sacar cuando saquen su varita mágica.
El domingo se puede votar con la cabeza, con el hígado, con el bolsillo, con el corazón, o con la conciencia. Cada uno sabrá lo que tiene que hacer. Pero creo que ninguna de esas modalidades debería traicionar el pacto irrenunciable que en conciencia tenemos con aquellos más desvalidos, refugiados que piden asilo en el seno materno y en nuestras vidas, y que mueren a chorro en el silencio frío de los centros abortistas que no conocen la crisis. Es difícil, pero no imposible.