Santa Ana Catalina Emmerick
Traducido por : www.visionesemmerick.net
La tierra surgiendo del agua y la aparición de la vida. Primero el sol y después el azul del cielo. La creación permanecía en la inocencia.
La tierra fue creada sin participación del pecado. Como fueron los primeros animales. Antes del pecado no
existían los monos ni bestias repulsivas. El paraíso aún existe. La tierra surgiendo del agua y la aparición de la vida. Justo después de la súplica de los ángeles que fueron fieles y después del movimiento en la Divinidad, vi aparecer una esfera sombría al costado derecho, a escasa distancia del disco de tinieblas, que se había originado tras la caída de los ángeles.
Entonces enfoqué mi mirada más atentamente sobre esta esfera sombría a la derecha del disco de tinieblas y vi allí un movimiento, como si se volviera cada vez más espesa y densa. Vi puntos luminosos brotar de la masa, recubrirla como con cintas claras y extenderse en distintos puntos en manchas anchas y claras y al mismo tiempo, vi el perfil de la tierra que surgía del agua y se separaba de ella. Luego vi un movimiento en los lugares descubiertos, como si algo tomara allí vida. He visto crecer la vegetación sobre la tierra firme y un hormigueo de vida entre las plantas. Ya en mi infancia, pensaba que las plantas habían sido animadas.
Primero el sol y después el azul del cielo
Hasta entonces, todo había sido gris, luego todo se volvió claro, como el amanecer y vi como una salida del sol. Era como el amanecer sobre la tierra, cuando todo despierta al salir del sueño. Todo el resto de la visión desapareció de mi vista entonces. El cielo era azul, el sol comenzaba allí su curso, vi solamente una parte de la tierra alumbrada e iluminada por el sol, el espectáculo era muy bello y encantador, pensé que era el paraíso.
La creación permanecía en la inocencia
Y veía todo esto, todas estas transformaciones sobre la esfera sombría, como el brote del globo todopoderoso de Dios. Mientras el sol subía, todo era como por la mañana al despertar: pero ésta era la primera mañana y sin embargo ninguna criatura lo sabía: estaban allí como si hubieran estado siempre, ellos estaban en la inocencia.
Descripción del Paraíso
Mientras el sol subía, veía los árboles y las plantas tornarse más grandes y crecer cada vez más. El agua era más límpida y más santa, todos los colores eran más puros y más vivos, todo era indeciblemente agradable. No había tampoco rastro de lo que las criaturas son ahora.
Todas las plantas, todas las flores, todos los árboles tenían otras formas; ahora todo se ve árido y desmedrado en comparación al paraíso, ahora todo está como degenerado.
A menudo, cuando comparaba las plantas o los frutos de nuestro jardín, con aquellos del sur de Europa, que son todos diferentes: más grandes, nobles, más sabrosos, como por ejemplo el albaricoque, pensaba: lo que son nuestros frutos con relación a los frutos tropicales, lo son ellos, a mucha distancia, con relación a los frutos del paraíso.
Vi allí rosas blancas y rojas y pensé que significaban los sufrimientos de Cristo y su Redención. Vi palmeras también y grandes árboles de follaje ancho, que daban una sombra muy extensa, como un amparo.
La tierra fue creada sin participación del pecado.
Tan pronto como vi el sol, todo era pequeño sobre la tierra, luego todo comenzó a crecer y se volvió finalmente inmenso. Los árboles no crecían apretados, unos contra otros. Vi solamente una planta de cada especie, de las grandes al menos, como cuando se expone una muestra en los caminos de paseo. Además, todo era verdoso y de una pureza, de una integridad y de una perfección que no recuerdan en nada las organizaciones y las limpiezas efectuadas por los hombres; y pensaba cuán bello era todo, sin embargo el hombre no estaba allí. No había pecado, ninguna destrucción, ninguna aflicción. Allí, todo era íntegro y santo, nada había sido cuidado, ni arreglado, sin embargo, nada necesitaba purificación.
Como fueron los primeros animales
La extensión que veía era dulce y ondulada y totalmente recubierta con vegetación y en el medio había allí una fuente, de donde fluían a todas partes arroyos, que se juntaban a veces unos con otros. Vi primero el movimiento en estas aguas, y luego observé animales vivos, posteriormente vi a estos animales entre los matorrales y las espesuras, como salientes del sueño, mirando aquí y allá alrededor de ellos; no eran temerosos y en todo diferentes de lo que son los animales actuales. Eran perfectos, puros, nobles, rápidos, atractivos y dulces. Es imposible explicarlo. La inmensa mayoría de estos animales me eran desconocidos, verdaderamente no vi ninguno como ahora. Vi al elefante, al ciervo, al camello y particularmente al rinoceronte, el que vi también en el Arca, donde era sumamente atractivo y dulce. Era más rechoncho que un caballo y tenía una cabeza redonda.
Antes del pecado no existían los monos ni bestias repulsivas
No vi al mono, ni a ningún insecto, tampoco bestias horrorosas y miserables, de modo que siempre pensé, que eran castigos por el pecado. Vi numerosas aves, como las de la mañana y yo entendía sus cantos maravillosos, pero no oí ningún rugido y no vi ningún ave de rapiña. N. del T. Como los monos son genéticamente tan similares al Hombre, pero difieren en su fenotipo, se plantea la posibilidad de un derivado genético en degradación después del Diluvio, como consecuencia del pecado.
El paraíso aún existe
El Paraíso aún existe, pero le es absolutamente imposible a los hombres acceder a él; yo vi que subsiste siempre en todo su esplendor, muy alto sobre la tierra y en una dirección oblicua a ella, así como el disco de tinieblas de los ángeles caídos que fueron separados del cielo.
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