Así es el país del mundo que se ajusta como un guante a las tesis abortistas
Hoy la senadora socialista Mónica Almiñana
ha reprochado
al gobierno que quiera poner a España a la altura de “Andorra, Malta e
Irlanda” en lo relativo al aborto. Personalmente estaría orgulloso de
que mi país se añadiese a esa lista de países europeos que más protegen
el más básico de los derechos humanos de los niños por nacer. Pero
si nos fiamos de sus discursos, hay un país que debe ser el sueño de todos los abortistas. ¿Adivinas cuál?
En ese país se puede abortar en cualquier momento del embarazo y por cualquier motivo. Es más:
allí es frecuente matar a los hijos por nacer incluso por motivos raciales.
Si para los abortistas es un signo de progreso matar a esos seres
humanos en caso de que sufran una discapacidad o de que sean niñas, por
ejemplo, supongo que ese nuevo paso en la aceptación del aborto como un
avance será muy aplaudido por quienes llaman “derecho” a ese crimen.
La nación a la que me refiero es el país del mundo que más desprotege a los niños por nacer.
No tienen el más mínimo derecho, ni nada que se le parezca. Las
feministas radicales estarán relamiéndose del gusto al saber que existe
un país así… Esto también llenará de satisfacción en general a aquellos
que, en una demostración de ignorancia, afirman que un embrión o un feto
no son seres humanos, con lo cual dan por hecho que las mujeres
conciben seres no humanos. Para ellos será una alegría saber que existe
un país donde ese desprecio por el derecho a vivir y por la evidencia
científica se ha llevado hasta sus últimas consecuencias.
En ese país incluso se practican abortos forzados,
lo mismo que propone cierto columnista progre de un conocido medio español.
Es la consecuencia lógica cuando se presenta el embarazo como si fuese
una enfermedad: que llega un momento que los abortistas exigen que te
“curen” lo quieras o no, e incluso a costa de acusarte de crímenes si
traes un hijo discapacitado al mundo, como sugiere el columnista en
cuestión.
En ese país no pocas veces se pasa del aborto al infanticidio de los recién nacidos. Partidarios del aborto como
el médico holandés Eduard Verhagen y
los filósofos Alberto Giubilini y Francesca Minerva
ya han propuesto que ése sea el siguiente paso que den las
legislaciones abortistas, así que se sentirían encantados con lo que
ocurre en ese país. De hecho, en un país así pasarían desapercibidos
los medios que han ocultado el caso del abortero e infanticida Kermit Gosnell.
De hecho, en ese país la mayoría de esos medios ni siquiera existirían,
y tampoco habría blogs ni redes sociales que señalasen sus silencios.
Y es que
en el país en cuestión matar al hijo no nacido es una de las escasas libertades que tienen los ciudadanos.
Despreciable idea de la libertad, dicho sea de paso. No hay libertad de
expresión, ni libertad de manifestación, ni libertad de prensa, ni
libertad religiosa -un sitio ideal para los laicistas, oiga-, ni hay
elecciones, y el único partido legal es de izquierdas. Será por eso que
hace dos meses las juventudes de uno de los principales partidos abortistas de España manifestaron su solidaridad con ese país.
Y es que allí estarían muy a gusto, claro, con toda la oposición en la
clandestinidad y los cristianos aún peor que en la época de las
catacumbas de la antigua Roma. Es cierto que la mayor parte del pueblo
no tiene que comer, pero pueden abortar, oiga. Como en España: el PSOE
dejó el país en la ruina, con más de cinco millones de parados, pero
dando ocasión a los hambrientos para que maten a sus hijos y así no se
llene de pobres la sociedad (es más progre erradicar a los pobres que
erradicar la pobreza).
El país al que me refiero es… Corea del Norte. El primer país del
mundo en respeto por los derechos humanos… si empezamos a contar la
lista por la cola. ¿Qué queréis que os diga?
Yo prefiero que mi país sea como Irlanda, Malta y Andorra.
outono.net
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