La encontraron en una bolsa de basura y la incubaron caseramente.
Milagrosa nació en Ebibeyín (Guinea Ecuatorial) cuando su madre estaba embarazada de 4 meses y 21 días la abortó. Pensando que estaba muerta, la metieron en una bolsa de basura. Al día siguiente se dieron cuenta de que estaba viva y sobrevivió gracias a los cuidados de su abuela en una incubadora casera hecha con botellas de agua caliente. Hoy ya tiene 13 años.
A pesar de haber sobrevivido a un parto tan prematuro, Milagrosa no puede caminar. Carece de articulaciones en las rodillas y los tobillos pero con una operación podría caminar. En Guinea no pueden realizarla y su familia no puede costear el largo tratamiento, por eso piden apoyo internacional. Su página web es esta.
El padre Jorge Enrique Mujica, LC ha publicado la carta que le envió, de primera mano, el padre Miguel Segura, LC, que estuvo en misión de evangelización en África y le contó la historia.
Quiero contaros un caso extraordinario, realmente extraordinario, que no sé yo si haya existido un caso así en la historia, y Dios ha permitido que llegáramos con los misioneros hasta su casa en África, lo conociéramos y gracias a Dios podamos ayudar.
Fui en Agosto con 23 jóvenes de misiones a África. Pasamos a una casa donde había una niña inválida. Estaba en la cama, sonriente. Su historia es increíble y por eso la niña se llama “Milagrosa”.
Milagrosa fue abortada a los 4 meses 21 días. Como lo oís. Médicamente no es viable y si veis la casa lo es menos aún: el suelo de tierra, los gatos y las gallinas caminan por ahí, cocinan encendiendo el fuego dentro de la cabaña. Imaginaos el ambiente.
Cuando su madre sufrió el aborto, salió toda la placenta. Era de noche, llovía. Pensaron que no había vida dentro, así que ¡metieron la placenta en una bolsa de basura! La dejaron en el suelo toda la noche en espera de que amaneciera y pudieran cavar un hoyo para enterrarla.
Cuando ya habían hecho el agujero, se dieron cuenta de que la bolsa se movía. Pensaron “han entrado ratones”, así que abrieron la bolsa. No había ratón, pero sí había un latido. Abrieron la placenta y el feto estaba vivo, pero sin ojos, sin orejas, sin boca, no sabían si era niño o niña, etc.
La abuela cogió unas botellas de cristal y las puso alrededor llenándolas de agua caliente. Así preparó un tipo de incubadora rústica. La abuela, Perpetua se llama, dormía con la mano puesta en las botellas, cuando sentía que se enfriaban, se levantaba cada dos horas, calentaba más agua y llenaba las botellas y dos termos. ¡Así durante nueve meses!
El feto fue desarrollándose delante de ellos. Una enfermera cubana le puso una sonda para alimentarla por la nariz.
Al cabo de un mes apareció una raya. Dijeron: “A lo mejor ahí va a salir la boca”. Era una línea. Su tía me decía: una línea como hacen los niños cuando dibujan una cara en preescolar. Al cabo de unas semanas más, aparecían unas protuberancias… “A lo mejor eso serán las orejas” pero no estaban seguros. La vieron desarrollarse así fuera de su madre.
Hoy la niña Milagrosa tiene 13 años. No puede caminar pues nació con las piernas juntas y le faltan algunas articulaciones en los tobillos o las tiene agarrotadas, por lo demás está perfecta. Sonríe, canta, habla 3 idiomas, juega.
Milagrosa no había hecho la primera comunión, así que fui a hablar con el obispo para prepararla y cumplir su gran deseo. El obispo Mons. Juan Nsue, un obispo lleno de celo apostólico, me dijo que le parecía perfecto y decidió llevársela él mismo. Así fue.
El obispo fue a su cabaña con la Eucaristía (podéis ver los videos abajo). Montamos una gran fiesta. El día antes la confesé por primera vez y los 23 misioneros españoles tuvimos la alegría de arropar a Milagrosa en este día tan especial.
Hemos creado una página web para ayudar a Milagrosa, traerla a España, operarla y que pueda caminar si la medicina lo permite. Al mismo tiempo para darle, un futuro y una formación. Os invito a visitar la página y a promoverla con vuestros conocidos. Demos gracias a Dios por el caso de Milagrosa y apoyemos para que el milagro continúe y se haga realidad.
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