8 de Diciembre de 1976
EL HUMO DE SATANÁS
Escribe, hijo mío,
¿cuántas veces no se ha dicho, o mejor, repetido, las palabras del Papa:
"El humo del Infierno ha entrado en mi Iglesia".
Mi Vicario Pablo VI, ha pronunciado estas palabras verdaderísimas, terriblemente verdaderas, pero han caído en el vacío; desde lo
alto se debía comenzar a considerar y meditar estas palabras; por los Obispos se debería iniciar, porque ellos son una columna
fundamental de la Iglesia, de la que forman la espina dorsal; por lo tanto, era según la lógica de la razón y de la fe que fuesen ellos
los primeros en acoger las palabras del Santo Padre y hacer de ellas objeto de reflexión y de meditación para pasar a un acto
práctico y realista; esto es, interrogarse a sí mismos, la propia conciencia, escrutarla hasta el fondo para averiguar si las palabras
del Santo Padre no hubieran constituido una seria llamada, una advertencia valerosa y severa para ellos.
Hijo, una vez más te digo, para evitar equívocos, entre mis Obispos no faltan, aunque no sean muchos, los santos, pero la mayoría
o no escuchan las palabras del Pontífice o si las han escuchado las han acogido como cosa que no les concernía a ellos.
Hijo mío, pero ¿qué cosa, ha querido decir el Pontífice con esas palabras?
Tienen ojos pero no ven
Te lo explico Yo, Jesús. Mira, hijo, según vuestro juicio humano pocas culpas pueden igualar la gravedad de la culpa de una
prostituta; no es que intente justificar ningún pecado, porque todo pecado es siempre un grandísimo mal, pero también en el mal
hay una gradación.
Escucha hijo, ¿recuerdas el episodio de la adúltera en el Evangelio que estaban a punto de lapidar?
Gravísimo pecado el adulterio,
pero Yo te digo, hijo, que el pecado que estaba en el corazón de aquellos que a la adúltera habían condenado a la lapidación, era
mucho, mucho más grave que el de la adúltera, porque era pecado de soberbia y de orgullo, y la soberbia y el orgullo son el
pecado de Satanás.
¿Qué quieren decir entonces las palabras del Santo Padre "el humo del infierno ha entrado en la Iglesia?”
El humo lleva oscuridad,
el humo mancha, el humo impide ver porque en medio del humo los ojos arden y se necesita cerrarlos aún contra la voluntad.
La
soberbia es el humo que ha entrado en mi Iglesia por el cual muchos Pastores de almas y sacerdotes, no ven, no comprenden el
mar de confusión y contradicciones en el que viven.
Esto quería Satanás, esto ha logrado su acción malvada; no se comprendían a
sí mismos los jueces de la adúltera, no se comprenden a sí mismos muchos Obispos y sacerdotes, porque no ven el abismo que
está para abrirse bajo sus pies.
El que crea será salvo
No estoy para hablarte de lo que ya te he hablado ampliamente en otros mensajes; las contradicciones de la pastoral moderna son
tales y tantas que muchos cristianos las ven y las deploran, pero no las ven ni sacerdotes ni Obispos, porque han caído en la
complicada red que Satanás ha sabido tenderles.
Hijo mío, lo que causa dolor es su obstinación.
Los he invitado muchas veces a considerar bien su vida a la luz del Evangelio, del cual aceptan lo que les conviene e ignoran lo
que se les hace incómodo; no ven el humo del infierno que los envuelve; ni siquiera han rozado su mente las palabras del Santo
Padre que estaban antes que a nadie, dirigidas a ellos, los Obispos y los sacerdotes, y después a todos los fieles.
Hijo mío, todavía me veo obligado a decirte y a repetirte que no quiero Yo la hora de la purificación en la que muchos aún se
resisten a creer ignorando Lourdes, Fátima y otras numerosísimas intervenciones Mías y de Mi Madre; si no se deciden a una
conversión hoy, mañana podría ser demasiado tarde.
Hijo mío mira la gran desolación que hay en Mi Iglesia; reza y haz rezar.
Ofrécete, confía y espera en la Misericordia Mía y de Mi
Madre y no quedaréis solos.
Aquellos que humildemente hayan creído serán salvados. Ámame.
No hay comentarios:
Publicar un comentario