VATICANO, 05 May. 15 / 03:29 am (
ACI).- “¿Y si yo tengo un caramelo?, ¿qué cosa hago?”, preguntó el Papa Francisco a los jóvenes con los que se reunió este domingo en Ostia (Italia), al abordar la importancia de elegir siempre lo justo y ser alegres y nunca tristes, porque “la tristeza es propia del egoísmo (…) como los niños que no comparten los caramelos”.
El encuentro se realizó en la parroquia Santa María Regina Pacis, en la periferia de Roma, donde el Santo Padre aprovechó las preguntas de los jóvenes para hablarles del don de la alegría y cómo evangelizar dando testimonio.
Así, el Papa invitó a los jóvenes a no estar nunca tristes porque “la tristeza es propia del egoísmo, de las personas egoístas que quieren todo. Como los niños que no comparten los caramelos”.
“Si un niño no comparte los caramelos con sus amigos, es un signo feo. Si yo tengo dos caramelos, doy uno al compañero, a la compañera y uno para mí… ¿Y si yo tengo un caramelo?, ¿qué cosa hago?”, preguntó. “Lo divido. Mitad para ti, mitad para mí”, afirmó.
Bromeando con los jóvenes y adolescentes, el Pontífice señaló que el día estaba soleado. “Hoy es un día un poco de tentación, porque han venido aquí, pero habrían ustedes podido ir a la playa, con este sol, no han ido. En la
vidasiempre se debe elegir, y hay elecciones difíciles, elecciones que no son muy bonitas. Si yo debo hacer las tareas de la escuela y debo dar testimonio de aquello, pero no lo hago, me escapo… es una elección equivocada. Y esa elección será divertida, pero no te dará alegría”, indicó.
Francisco continuó explicando que “la diferencia entre algo que es alegre y algo que es justo es la alegría que viene de dentro. En la vida se toman muchas decisiones equivocadas, pero como he escuchado una vez cantar en una canción, creo de los Alpes: ‘En el arte de salir, lo más importante no es caer, sino no permanecer caídos’”.
“Todos caemos, todos cometemos errores, pecados, todos, todos. Pero, ¿Cuál es el testimonio? Levantarse con la gracia de Dios. Este es el testimonio. Y ese corazón inquieto se levanta y dice: ‘Sí, soy un pecador, me he equivocado, pero voy a avanzar, porque el Señor está conmigo”.
Para el Papa, “esto es lo que el mundo tienen necesidad de ustedes, de ustedes scout, de ustedes chicos y chicas, jóvenes: un testimonio de ir siempre más allá, ir hacia adelante, a pesar de que somos débiles, pero debemos ir hacia adelante. Y esto les dará alegría”.
En concreto, sobre la alegría explicó que es algo “que no se compra en el mercado”. “Y la alegría no te la dan para que tú ganes a un juego en el Luna Park (tradicional estadio cubierto de Buenos Aires donde se realizan actividades artísticas y deportivas)”.
Al contrario, “es un don, es un regalo del Espíritu Santo y debemos pedirla: ‘Señor, dame alegría’”. Y “no tener esa cara ‘caída’ por la tristeza, por la melancolía. Esto no hace bien”.
En resumen, “la alegría es un don del Espíritu Santo” y “si yo estoy triste, si estoy bajo, si soy perezoso y no sé qué hacer, debo pedir la alegría al Espíritu Santo y Él me la dará, porque es un regalo que viene de Él”.
Explicando esto, el Papa invitó a tener “siempre la alegría, siempre la sonrisa. Una sonrisa natural, ¡no una sonrisa de cartón, por favor no! Una sonrisa natural, que viene del alma. Una sonrisa bonita. Se dice que estas personas son solares, personas que tienen el sol dentro. Y el sol es el Espíritu Santo”.
El Pontífice invitó a los jóvenes a “pedir esta gracia de dar luz, dar alegría, tener alegría”. Y frente a los momentos “feos” se debe “sufrir con dignidad, en la esperanza de que el Espíritu nos dará fuerza”, y el Espíritu “nos dará consuelo”.
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