VATICANO, 02 Abr. 16 / 07:31 am (
ACI/EWTN Noticias).- En una emotiva homilía, el Prefecto de la Secretaría de Economía del Vaticano, Cardenal George Pell, recordó con cariño y admiración el testimonio y la pasión por el anuncio del Evangelio de la Madre Angélica, fundadora de EWTN, a quien puso como ejemplo, entre otras cosas, de lo que pueden lograr los hijos de hogares rotos como el suyo.
“Ella fue criada por su madre que sufría de depresión. No lo hizo muy bien en la escuela –la secundaria McKinley– aunque era tamborilera principal de la banda.
Su vida porta un mensaje de aliento para todos los que han sido o son hijos de hogares rotos”, dijo el Cardenal australiano.
El Purpurado indicó luego que “algunos, tal vez muchos, con ese origen, tienen la tentación de ser resentidos, tener poca confianza o no muy seguros de su capacidad de contribuir o construir una buena
familia.
La Madre Angélica es un buen ejemplo de lo que puede lograrse pese a los inicios difíciles”.
“Ella sabía lo que era luchar, su carácter no era ‘dulce’ pero llegó a ser un triunfo de la gracia de Dios y conquistando su naturaleza, realmente le prendió fuego a la tierra”.
El Prefecto de Economía del Vaticano resaltó que “su carácter eran tan jovial que podemos olvidar que era una monja contemplativa franciscana (…) Aún creo que su nombre de religiosa (María Angélica de la Anunciación) era un poco incongruente ya que no era ‘angélica’ en el sentido convencional”.
El Cardenal recordó que con solo 200 dólares y cuatro compañeras fundó un monasterio en 1962 en el sur protestante de Estados Unidos y en 1970 inició EWTN, la gran cadena católica mundial que con el tiempo se convirtió en “pionera de la revolución digital y muchos expertos llegan a ver lo que allí hacían”.
La Madre Angélica “
hablaba con la verdad a las autoridades, como una mujer fuerte hace en su familia, a sus sacerdotes y obispos y también al público. Como
Santa Catalina de Siena, no fundó otra Iglesia, y mientras hablaba claramente a diversas autoridades eclesiásticas, reconocía la potestad del Papa, los obispos y sacerdotes”.
El Cardenal Pell recordó que en 1993, durante la Jornada Mundial de la Juventud realizada en Denver en Estados Unidos, un grupo teatral presentó a una mujer personificando a Cristo en un Vía Crucis. Ese abuso hizo que ella “hablara de modo potente y elocuente, a veces como diatriba, ciertamente un poco más de la cuenta en ocasiones, pero gracias a Dios que lo hizo así”.
“Un activista australiano me escribió hace poco y me contó que cambió de vida luego de escucharla. Ella no era discreta: era a veces imprudente –y por ello importante para los periodistas– pero era una gran testigo del Cristo al que seguimos”.
La Madre Angélica, resaltó el Cardenal, “detuvo el camino destructor de muchos, evitó que otros tantos se hicieran daño. Por encima de todo, damos gracias a Dios por su mensaje, su coraje y su fe”.
“Rezamos para que la Iglesia en Estados Unidos nos regale otros gigantes inesperados para ayudar a fortalecer nuestra fe y guiarnos hacia Cristo”, concluyó.
El Cardenal Pell presidió la Eucaristía que fue concelebrada por Mons. Darío Eduardo Vigano, Presidente de la Secretaría para las Comunicaciones en el Vaticano; el P. Federico Lombardi, Vocero del Vaticano; y el P. Jeff Kirby
En la Misa estuvieron diversos representantes del Cuerpo Diplomático como los embajadores de Estados Unidos y Paraguay ante la
Santa Sede, Ken Hackett y Esteban Kriskovich, respectivamente.
Asistieron representantes del Opus Dei, del Pontificio Consejo Cor Unum, del Movimiento de Vida Cristiana, de la Congregación para la Doctrina de la Fe, del Parlamento Europeo y Greg Burke, Subdirector de la Sala de Prensa del Vaticano, además de diversos periodistas especializados en la cobertura del Vaticano entre los que estaban varios de los miembros de la oficina de EWTN/Grupo ACI en Roma encabezados por su director, Alan Holdren.
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