San Antonio, según la película de 2006, Antonio el Guerrero de Dios – santo muy popular ya en vida por sus milagros
Las reliquias del patrono de las causas perdidas, San Antonio de Padua, llevan días por España, han llegado a Barcelona, mañana a Bilbao, y el día 7 estará en Madrid, donde visitará varias parroquias.
Ante el abogado de las causas perdidas le deseo hacer tres ruegos de este post:
1.- El arreglo de las cabezas de los separatistas catalanes, en cuyas mientes se ha cocido un libro de setenta personas tachadas de catalanes “indignos, colaboracionistas, franquistas, serviles del colonianialismo de España sobre aquellas tierras”.
Por favor, San Antonio, arregla esas cabezas, te pido que intercedas ante el Señor.
2.- En las tierras vascas existen criminales sin arrepentirse, sin haber entregado sus armas y sin desbaratar el grupo armado que durante sesenta años ha matado a casi mil españoles, de los que restan aún más de trescientos por descubrir los autores de su muerte. El terrorismo sigue siendo un cáncer en la sociedad española.
Existen en aquellas tierras tres obispos que no son de aquellos obisparras pasados. Ahora sería un buen milagro que la paz y la convivencia fueran reales en las provincias vascongadas.
Por favor, San Antonio, arregla ese clima social, te lo pido que intercedas ante el Señor.
3.- En Madrid, centro de la geopolítica, están los grupos con representación parlamentaria sin ponerse de acuerdo, bien por odio indígena, bien porque la mesa de diálogo debe ser redonda o cuadrada, bien porque todos duermen la siesta de día y noche, mientras la economía se nos va debajo de las patas de unos y de otros, de los que están para dar solución al jeroglífico electoral nacido el 20 de diciembre.
El pueblo español asiste a esta astracanada deseando ver cómo todos, sí todos, deben ponerse de acuerdo, porque de lo contrario nos vamos todos, eso todos, al guano.
Por favor, San Antonio, solución el laberinto de la España de estos meses, te lo pido que intercedas ante el Señor.
Para saber más hagan clic aquí:
Tomás de la Torre Lendínez
No hay comentarios:
Publicar un comentario