Lenin y Stalin, en un montaje junto a Ximo Puig y Mónica Oltra
El cardenal Antonio Cañizares quiere aplicar aquella cita del Evangelio de San Juan que dice que “la verdad os hará libres”. Y lo está haciendo a pesar de las dificultades, críticas, insultos e incluso denuncias, como la que va a presentar este viernes el colectivo LGTB Lambda contra él. Todo ello por alertar sobre la imposición de la ideología de género, “la ideología más insidiosa y destructora de la humanidad de toda la historia”, tal y como la definió el mismo.
Conocedor de los efectos de esta nueva dictadura, el arzobispo de Valencia no para de alertar de cómo el “imperio gay” quiere imponer sus postulados en España destruyendo la familia mediante “organismos e ideologías como la de género que están uniéndose para destruirla”. Por ello, el cardenal valenciano ha llamado incluso a los católicos a “no obedecer” las leyes basadas en la ideología de género, lo que ha desatado la ira de la izquierda y de estos lobbies tan poderosos.

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Lejos de achantarse ante la lluvia de insultos y amenazas, Cañizares volvió a hacer frente a esta ideología durante una conferencia e hizo una comparación muy realista que volvió a dejar en evidencia a sus enemigos. “Se ha querido destruir la familia como en la URSS marxista” y mandando un mensaje a fuerzas políticas españolas como Podemos o el PSOE afirmó que “otros, en ideologías próximas a éstos, están empeñados en repetir este fracaso”.
Y es que volviendo la mirada al pasado se observa que los efectos del comunismo son comparables a los de la ideología de género, cuya esencia es el marxismo y que sustituye la lucha de clases por una lucha de sexos donde el sometimiento del enemigo es parte clave.
La Unión Soviética fue el primer país en implantar el divorcio sin causa en 1918, el aborto libre hasta el tercer mes de gestación en 1920
Ya Friedich Engels escribió el guion con su obra El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado en la que se identifica a la familia como el germen de la desigualdad. Por ello, no extraña que luego en la URSS tanto con Lenin como con Stalin la familia y el individuo fueran sustituidos por el partido. Lo importante era controlar todo y la familia era un enemigo a batir.
Lenin y Stalin, dictadores soviéticos / Wikimedia
Lenin y Stalin, dictadores soviéticos / Wikimedia
Por ello, la Unión Soviética fue el primer país en implantar el divorcio sin causa en 1918, el aborto libre hasta el tercer mes de gestación en 1920 y la equiparación total entre matrimonio y cohabitación en 1926.
El fracaso soviético fue mayúsculo y las consecuencias de esta destrucción de la familia han sido nefastas. Tras tres generaciones de aborto y divorcio, tanto Rusia como otras repúblicas exsoviéticas han perdido población, la que hay está muy envejecida y tienen las tasas de divorcios más altas del mundo: Rusia (4,8 divorcios por cada mil habitantes, 3,8 en Ucrania, 3,6 en Bielorrusia y 3,3 en Lituania y Letonia. Estos eran los cinco países con mayor tasas de divorcio en el mundo en 2006-2007.
Los países que vivieron bajo el yugo comunista son precisamente los que más se están rebelando contra la ideología de género
Precisamente son ahora los países del este de Europa que vivieron bajo el yugo comunista los que se están rebelando contra la ideología de género, la nueva dictadura marxista. Tras décadas como víctimas no quieren volver a caer en esta nueva esclavitud.
El propio cardenal Cañizares constató esto mismo durante la conferencia y dijo que “hoy Rusia vive un rejuvenecer de la familia, como en otras partes de Europa”.
Países como Rusia están siendo víctimas de numerosas críticas por negarse a ceder al lobby gay y no permitir la publicidad homosexual ni las adopciones internacionales en las que las parejas sean gais.
Junto a Rusia aparecen estados como Polonia y Hungría, dos países que estuvieron bajo el control comunista y que en la actualidad son los dos principales defensores de la familia en Europa, motivo por el cual están siendo perseguidos en el seno de la Unión Europea.
El presidente de Hungría, Viktor Orban / Wikimedia
El presidente de Hungría, Viktor Orban / Wikimedia
Pero también otros estados como Bielorrusia, los pequeños estados bálticos o Georgia han dicho no a la ideología de género y se resisten a ser colonizados por ella. De hecho, en este último país se celebró el último Congreso Mundial de las Familias.
Cañizares dice que tiene el “deber como obispo” de “advertir a los fieles del peligro que conlleva” la ideología de género
Ante estas evidencias, el arzobispo de Valencia dijo que su “deber como obispo” es “advertir a los fieles del peligro que conlleva” la ideología de género “para la paz mundial”
“Es normal que algunos se rebelen contra esto porque les impide llegar al poder”, recordaba Cañizares, recordando las críticas que ha recibido incluso en las Cortes valencianas, unos dirigentes regionales que pretenden retirar el concierto a los colegios privados y concertados que no impongan esta ideología y que permitirá que los menores se hagan operaciones de cambios de sexo sin consentimiento paterno.

Cañizares desmonta las manipulaciones

Este mismo viernes el propio prelado valenciano ha hecho pública una carta en la que responde a las acusaciones de homófobo, sexista y xenófobo en plena sede parlamentaria. Pese a que en la famosa homilía que inició esta persecución sólo expuso “la grandeza de la familia” sus acusadores “convirtieron las Cortes en un tribunal popular, de tan malos recuerdos históricos”.
“Se permitieron unos juicios sobre mi persona verdaderamente infamantes, falsos y calumniosos que incitaban al odio, y arrancaban el aplauso de sus compañeros de ideología que ratificaron aplaudiendo la ignominia que estaba acaeciendo en su presencia”.
antonio-canizares
Como todo aquel que se niega a sucumbir a los adalides de esta ideología postmarxista, Cañizares ha recordado todos los insultos recibidos y que ya previamente había recibido en otras ocasiones. “¿Casualidad, pura coincidencia, o plan y estrategia preestablecidos? ¿Les estorbo, les soy molesto, y quieren acabar conmigo? Ni soy homófobo, ni xenófobo, ni sexista: ¡Dios me libre! Acepto a todos y no excluyo a nadie”.
El arzobispo concluye la carta apelando a la ley y también al Evangelio: “Les pido, además, que dejen de acosar a la Iglesia, a personas e instituciones de Iglesia y que actúen respetando la libertad religiosa, base de una democracia. Rezo por ellos y los perdono, no saben lo que hacen. Rezo para que se dejen ayudar por Dios que les quiere y no los deja”.