03-07-2001
Jesús:
¿Por qué vienes a leer otras cosas y no vienes a leer en Mí?
No busques lo que
otros dicen de Mí, ven a leerlo tú de mis propios Labios. Ven a conocer al Corazón
de Jesús desde el mismo Corazón de Jesús.
Hija, no sabes cómo ardo en Amor de manifestarme al mundo. Yo he venido a la
tierra en Carne, para que los hombres podáis conocerme y tocarme más fácilmente.
Me he hecho Niño, me he hecho pobre, me he hecho Pan para quedarme con
vosotros aunque ahora esté ya en el Cielo.
Yo me he manifestado a los hombres de una y otra manera y me he mostrado a
vosotros en forma de Corazón, para que entendáis, para que podáis entender algo
del Fuego de Amor que me consume por las almas.
Me manifestaría en vosotros como explosión de Amor, porque mi Amor se
consume hasta explotar, porque no se puede contener sólo en ese Corazón, y quiere
llegar a todos, a los confines del orbe, a todas las almas. Onda expansiva de Amor
que quiere afectar a todos. Y aquí estoy, aprisionado, sin poder salir, porque los
míos no me llevan a las gentes.
Yo me manifiesto a unos pocos y necesito, y espero
que esos pocos me lleven al resto.
Y por vuestro medio abrirles las puertas que
están cerradas a Mí. Yo despierto a unos pocos, y ésos deben ir a despertar al resto.
Para unos pocos mis gracias extraordinarias, para todos, que les llegue mi Gracia,
que nadie pueda morirse sin haber conocido lo que es el Corazón de Cristo para los
mortales, y luego pueda hacerse inmortal por el Amor.
Sí, hija, tenéis mucha responsabilidad. Dejad de decir:
“Oh, ¡qué privilegiados
somos!, oh, ¡cuánto nos ama Dios!”, e id, id a derramar mi Amor en vosotros
derramado.
No quiero que ninguno de mis hijos muera sin haber conocido en su vida el Amor
al Corazón de Jesús y del Corazón de María.
En la morada celeste, su casa será
especialísima, porque Yo he preparado un sitio especial para los que me aman. Y
para los apóstoles de mi Devoción esperan estancias magníficas y agradecimientos
de millares y millones de almas. Por eso amo tanto a los que me proclaman. Con su
vida entregada y sincera, con su vida trabajadora, llevan tras de sí al Cielo a montones de almas. Y ése es mi máximo anhelo: que todos los hombres se
salven.310 Para eso Yo, día tras día, vengo del Cielo311, para eso Yo día tras día me
muestro y me hago cada vez más cercano a los apóstoles de mi Devoción. No
queda demasiado tiempo, y ha de proclamarse hasta los confines del orbe. Que
ninguna alma se muera sin conocerme.
Llevadme vosotros a los demás. ¿Para qué habéis recibido más del doble o triple de
lo que deberíais? Para que vayáis y deis fruto abundante. Para que vayáis y me deis
a conocer hasta los confines del orbe. Que ninguno de los que deberían ser salvados
por vosotros, deje de venir.
Yo os amo, y no deseo vuestra condenación. Respondedme conforme se os ha
dado, y dadme a conocer. Yo os envío. Preparaos y anunciadme, anunciad el
Evangelio a toda criatura de mis manos. Amén.312
Sí, hija, anuncia mi Reino, anuncia mi Reino.
310 I Tm 2,4.
311 Eucaristía
312 Terminé de copiar esto y pensé: las palabras humanas son imperfectas para
llegar a plasmar todo el Amor que Dios nos tiene y que entiendo aquí. Todavía
muchísimas más ansias de Amor tiene Jesús que las que he conseguido plasmar
aquí
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