26-07-2010
Jesús:
Aquí, en el retiro de tu casa, abandonada de todos, considerada como leprosa,
hecha una burla: ven a Mí, que Yo quiero estrecharte.
Quieren hacer ver que estos “versos” llenos de Amor y estas “Meditaciones” te las
deben a ti, pobre y dulce niña, porque tu “escribes bien”, y no quieren ver en ti, que
careces por ti misma del don de la palabra, si no vengo Yo y te lo dono.
¿No pueden ver cómo al intentar expresarte, expresar todo lo que llevas en el
corazón, balbuceas, te entrecortas y aturullas, equivocándote incluso en los
conceptos que quieres explicar? ¿Es ésta una persona dotada de buen razonamiento
y expresión verbal? ¿Es ésta una persona que puede escribir y expresar aun la
mínima cosa con rapidez y precisión? ¡No lo es!
Entonces, ¿cómo se hizo capaz de escribir un Libro, y ese Libro? Libro de 600
páginas, que tú misma tuviste que recortar para que se pudiera distribuir. ¿Te lo
debemos atribuir a ti?
Pretenden autoconvencerse que todo esto es fruto de tu subconsciente.
¡Pobres! Que renunciaron voluntariamente a la paga de profeta que les estaba
concedida por aceptar a un profeta. Y así lo dirán y testificarán contra ti.
Pero tú y Yo sabemos, pobre y torpe niña, que esto no ha podido ser posible sin mi
Misericordia, sin mi Paciencia y sin mi Mano y mi Plan dirigiendo tu pluma y tu
vida.
Y dime: cuando tú hablas en mi Nombre, dejándote llevar por el Espíritu, ¿no notas
que no eres tú quien habla sino que es mi Santo Espíritu?
Estos Dones celestiales no pueden ser explicados por los naturales.
Y el que tenga oídos para oír, que oiga.353 Y ojos para ver, que crea y vea.
¿Quién puede decir que lo tuyo no es Cruz? Y sin embargo, ¡cuán dulce se te hace! Toda la Persona de Cristo encerrada en ese Corazón. Toda la Carne y Sangre, Alma
y Divinidad, en ese Corazón de Carne, que es Corazón de Dios.
Dime, Marga: podía Yo haber elegido a otra mejor, ¿no es verdad?
Sí.
Podía haber elegido a alguien más fiel, más perfecta, más sabia y poderosa, más
apta para llevar a cabo mis Planes, ¿no es verdad?
Sí, Jesús mío, sí.
Alguien cuya vida no pareciera que supone para ella un impedimento para difundir
mi Obra. Alguien en un lugar más considerado.
¡Sí!
Y sin embargo no quise y no quiero. Porque te quise y te quiero a ti. Porque no
elegí a alguien santo, de cuyos méritos hiciera depender mi Obra. No me atrajeron
de ti tus méritos. Más bien que no tenías ninguno.354
¿Para qué?
Para de esta nada y de este barro, hacer mi Obra Poderosa. ¡Pero Mía! No tuya, no
de nadie. La empecé Yo y la continuaré Yo.
Porque Dios es capaz: de lo poco,
hacer grandes santos.
Porque Yo quiero demostrar que esta Devoción es capaz de elevar a las más altas
cumbres de la santidad a lo menos aparente.
Porque deseo transformarte en Mí, al igual que lo deseo hacer con cada uno que se
acerque a Mí a través de esta Devoción.
Por eso quisiera que te abandonaras plenamente en Mí. Olvidada de todo. De todas
las cosas de tu vida. De tus avatares. De tus problemas. Que me los entregaras a
Mí, y aquí, en esta Cajita del Sagrario, los encerraras conmigo y te llevaras la llave.
Para no volver a abrirlos nunca más. Porque los has dejado conmigo. A buen
recaudo. Están conmigo y nadie mejor que Yo va a cuidar de ellos.
Haz esa prueba.
Ten guardada la llave debajo de esa Cajita, y no la vuelvas a sacar para abrirlos.
Que no te dejes vencer por la tentación.
Depende de ti, pues no tienes más que coger la llave y abrir. Es fácil para ti. Pero
eres tú misma la que, voluntariamente, los has encerrado en mi Corazón para no
volver a sacarlos más.
¿Querrás hoy, día de mi Corazón, hacerlo?
Y así me darás mayor Gloria.
353 Cfr. Mt 13,9.
354 Cfr. I Co 1,26ss.
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