25-07-2010
(Al poco de ponerme de rodillas delante de Él, siento que es un Corazón vivo
que palpita en el Sagrario. Un Corazón caliente, con vida, por mí. Siento
también cómo viene su Corazón hacia mí- está dibujado en la puerta del
Sagrario- y se estampa contra mi pecho. Como un Sello de Amor. Se repite
varias veces. Se estampa como Sello. Recuerdo: “Ponme como sello sobre tu
corazón”344)
Jesús:
No predican toda la Verdad sobre Mí los que dicen que Yo Soy Sacrificio y Cruz:
también Soy Dulzura. No es propio de Mí y de mis hombres ser hombres serios y
adustos.
Yo no era serio y adusto. Yo era manso y suave.345 Me tenía que enfadar con los
hombres, a veces, y empleaba la dureza, pero desde la Mansedumbre. ¿Entendéis lo
que esto significa?
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu.
No sólo quiero cruz para vosotros. Quiero que, en medio de la Cruz, degustéis de
mis dulzuras. ¿Entendéis lo que esto significa?
A veces dividís en compartimentos estancos estos dos atributos míos, y sabed bien
que van muy unidos. Yo no los separo.
No los separéis vosotros: Justicia y
Misericordia.
No queráis ser esos Santos que jamás gustaron de mis consuelos porque, aunque los
haya en la historia, no es lo que Yo quiero para vosotros. No para los Santos de los
Últimos Tiempos.
Sabed que vuestra cruz es dulce y vuestro martirio delicado. Porque es una Cruz y
un Martirio dentro de la Devoción al Corazón de Jesús. Y no se puede separar este
martirio de su Ternura.
Quered para vosotros todo lo que Yo quiero. Y si Yo quiero regalaros de mis
Dulzuras y de mis Consuelos, ¿quiénes sois vosotros para negarlos?
¿Es que es acaso un Santo más Santo aquel que no ha gozado nunca de los
Consuelos de Dios? ¿Por qué? ¿Por qué atribuirse a él los consuelos, y atribuírsele
que quiso gozar y no sufrir, si los consuelos se los proporcioné Yo?
Yo Soy el que determino cuántos consuelos quiero dar a un alma. Y no es correcto
en ella negarse a recibirlos bajo apariencia de más santidad.
Santo es aquel quien acata la Voluntad de Dios en su vida. Y puede ser mi
Voluntad sobre un alma anegarla en el Consuelo a la vez que la anego en la Cruz.
¿Por qué no?
Ya sé por qué es esto, Jesús, porque San Ignacio divide entre consolación y
desolación.
(Aquí recuerdo lo de Sta. Teresita: “He llegado a no poder sufrir, porque me
es dulce todo sufrimiento”)
Quisiera que deis un paso más en comprender la espiritualidad de este Santo346
,
porque Yo le anegué en muchos consuelos espirituales en medio de sus
tempestades, como preludio de la Devoción de los Últimos Tiempos.
¿No habéis oído que los mártires primitivos del cristianismo iban a su suplicio
invadidos del gozo de lo alto, cantando y rezando cánticos inspirados? Pues así y
más que así es el vuestro.
Venid a adentraros en vuestra cruz, que será vuestro gozo. Es que no quiero que
vosotros sufráis tanto sin mi apoyo.
¿Es que acaso no sufres tú en tu cruz?
Sí sufro.
¿Y qué es lo que le hace distinto? Yo te lo diré: Tus pasos, sobre ella, se deslizan
suaves y vienen dados casi solos, por Mí. Tu Camino sobre ella viene rodado
porque se basa en la Confianza en Mí y en saber que Yo Soy tu Padre que te ama y
te protege.
¿Puede decirse que no sufres? No. Y sin embargo, tampoco puede decirse que Yo
no te consuele en tu cruz. ¿Qué decir a los que sufren en estos días sin consuelo? Decidles, simplemente, hija,
que no están cogiendo mi Camino. Ése que les propongo con la Verdadera
Devoción al Corazón de Jesús.
Es tan meritorio y tan digno aceptar un sufrimiento venido de mi mano, como un
consuelo. ¿Esto no lo entendéis?
¿Tiene más mérito a mis ojos que aceptéis un sufrimiento? No.
Y quisiera que profundizaran y entendieran esto. Ambas cosas son dadas por Mí
para el alma y requieren su aprobación.
Y si Yo quiero que en medio de vuestras desdichas os consuele el Espíritu Santo,
debíais aceptarlo. No es más hombría un alma por no aceptar mis Consuelos.
Requiere también mucho dominio de sí el aceptarlos y el vivir con ellos sin
engreírse y sin salirse de su sitio y de su puesto de vulgar criatura, pero elegida por
Dios para descansarse en ella.
“Quiero dejar que me aneguen las olas de tu Infinita Ternura”347
“Tu Corazón no encuentra en quién depositar sus Gracias”
“Las almas piensan que sólo las quieres anegar en tu Justicia, y yo quiero dejarme
anegar por tu Amor”
(Frases de Sta. Teresita)
Por eso el martirio de las almas de los Últimos Tiempos es diferente. Porque es un
martirio lleno de mi Amor y mi Ternura, lleno de mi Devoción.
Jesús, ¿cómo entender y aceptar esto en nosotros?
Aceptad todas las mociones interiores de mi Espíritu. Pensad que Conmigo no se
viene sólo a sufrir, sino sobre todo a amar, sufriendo, pero a amar. Y del amor
siempre se deriva el gozo.
¿Queréis saber qué es ser mis protegidos?
¿Queréis ver cómo vuestros pasos son conducidos por Mí?
¿Sabéis la diferencia entre sufrir con mi Corazón y sin mi Corazón? Sí, dentro del
cristianismo y de la santidad, hay mucha diferencia a serlo desde mi Corazón que
desde fuera de Él.
“Ponme como Sello sobre tu corazón”348
Vivid desde la Confianza y la Esperanza, y todo se os hará más dulce, más delicado
y llevadero.
¿Que esto no es para almas rudas y varoniles? ¿No era Yo acaso Varón, y Varón de
Dolores?349 Y por ello, ¿era Yo más desagradable y rudo con los que venían a Mí? Con orden, con templanza, con valor, con arrojo, pero con Amor.
Con Amor, hija, con Amor. No olvidéis el Amor y las palabras delicadas. No por
ser valerosos y “hombres” os tengáis que volver irrespetuosos, hirientes y burlones
con los demás, con los que no siguen el camino o para que lo sigan. No es ése mi
Camino. No es lo que Yo quiero.
Meditad lo que quiero decir cuando digo: “Misericordia quiero, que no
sacrificios”350
No quise decir una vida regalada y meliflua, sino sacrificada, pero sin perder la
Misericordia y el por qué de ese sacrificio.
Ahora paso a otra cosa. Y el por qué y la profundidad de todo esto lo entenderás
más adelante.
¿Hasta qué punto vosotros mezclaros con el mundo para poder ser sal del
mundo?351 ¡Nada! Porque la sal en algo corrompido ya no puede hacer nada.
Tan sólo sacad del mundo a los que podáis rescatar del Desastre. Sacadlos de ahí,
pero no os mezcléis allí.
¿Por qué dar al mundo vuestros vástagos? Si los quieren, si quieren su trato, que
vengan con vosotros. No les lleves a ellos.
Digamos que, al ser una familia abierta, te encuentras con más peligros. Te
encuentras con más peligros, pero tus hijos tienen que ser reclamo para atraer a los
hombres a Mí.
Tú misma debes conducirte libre de todo prejuicio para tratar con unos u otros. Sin
entrar en su mundo. Para sacarlos de ahí y traérmelos a Mí. ¿Entiendes? Sin
adoptar ninguna de las posturas, ademanes, criterios o formas exteriores de ellos,
pero bien segura y con la cabeza bien alta. No en el sentido de orgullosa, sino de no
avergonzarte por tu diferencia, de no avergonzarte.
Regala alegría de vivir.
Regala ternura y afecto.
Regala protección y seguridad.
Y te aseguro que las abejas irán a este panal, y no a otros.
Tú has tratado, privilegiadamente, con “los falsos corazones de mis hijos” dentro
de la Iglesia, y te he concedido ver y experimentar mi mismo dolor por ellos. Y
conocer su forma de actuar. Sus palabras sibilinas y enredadas, su falta de amor y
de caridad, su burla a mis dones y su afán de superioridad y de que su idea sea la
que triunfe, y no mi Reino.
Te lo he concedido ver. Y vivir entre ellos. Y trabajar con ellos, para que veas
cómo actúan. Y para así, poder desbancarlos, desenmascararlos, porque es contra
ellos contra los que quiero que luches.
Que más dolor es para Mí la traición dentro de mi Casa, que la impiedad de los de
fuera, los que no conocen a Dios ni el Amor de Dios. La Traición de los de Casa,
ésa es la que me duele. Es la que más me duele.
¡No! Aceptes nada, ninguna componenda que venga de su mano. Piensa que
siempre buscarán su bien, y no el tuyo, aunque tenga en principio esa apariencia.
Quiero que tú, en los ámbitos que te han dejado, te dediques a conseguir mi Bien y
mis Obras.
No creas que así tendrás menos acción. Esto te permite llegar a más almas.
Para que nunca jamás puedan decir que Yo les negué mis Dones y les negué mi
auxilio. Les envié nada menos que a mi profeta. Y ellos la rechazaron.
No tendrán más paga de profeta.352 La tendrán de traidores.
344 Cfr. Ct 8,6; Dt 11,18; Pr 3,3.
345 Cfr. Mt 11,29.
346 San Ignacio de Loyola.
347 Santa Teresita del Niño Jesús: “A fin de vivir en un acto de perfecto Amor, yo
me ofrezco como víctima de holocausto a tu Amor Misericordioso,
suplicándote que me consumas sin cesar, dejando desbordar en mi alma las
olas de ternura infinita que en Ti se encierran, para que así llegue yo a ser
mártir de tu amor, ¡Oh Dios mío!” (Ofrenda como víctima al Amor
Misericordioso de Dios: 9 de junio de 1895).
348 Cfr. Ct 8,6.
349 Cfr. Is 53,3.
350 Cfr. Os 6,6; Mt 9,13; 12,7.
351 Cfr. Mt 5,13.
352 Cfr. Mt 10,41.
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