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Ora todos los días muchas veces: "Jesús, María, os amo, salvad las almas".

El Corazón de Jesús se encuentra hoy Locamente Enamorado de vosotros en el Sagrario. ¡Y quiero correspondencia! (Anda, Vayamos prontamente al Sagrario que nos está llamando el mismo Dios).

ESTEMOS SIEMPRE A FAVOR DE NUESTRO PAPA FRANCISCO, ÉL PERTENECE A LA IGLESIA DE CRISTO, LO GUÍA EL ESPÍRITU SANTO.

Las cinco piedritas (son las cinco que se enseñan en los grupos de oración de Medjugorje y en la devoción a la Virgen de la Paz) son:

1- Orar con el corazón el Santo Rosario
2- La Eucaristía diaria
3- La confesión
4- Ayuno
5- Leer la Biblia.

REZA EL ROSARIO, Y EL MAL NO TE ALCANZARÁ...
"Hija, el rezo del Santo Rosario es el rezo preferido por Mí.
Es el arma que aleja al maligno. Es el arma que la Madre da a los hijos, para que se defiendan del mal."

-PADRE PÍO-

Madre querida acógeme en tu regazo, cúbreme con tu manto protector y con ese dulce cariño que nos tienes a tus hijos aleja de mí las trampas del enemigo, e intercede intensamente para impedir que sus astucias me hagan caer. A Ti me confío y en tu intercesión espero. Amén

Oración por los cristianos perseguidos

Padre nuestro, Padre misericordioso y lleno de amor, mira a tus hijos e hijas que a causa de la fe en tu Santo Nombre sufren persecución y discriminación en Irak, Siria, Kenia, Nigeria y tantos lugares del mundo.

Que tu Santo Espíritu les colme con su fuerza en los momentos más difíciles de perseverar en la fe.Que les haga capaces de perdonar a los que les oprimen.Que les llene de esperanza para que puedan vivir su fe con alegría y libertad. Que María, Auxiliadora y Reina de la Paz interceda por ellos y les guie por el camino de santidad.

Padre Celestial, que el ejemplo de nuestros hermanos perseguidos aumente nuestro compromiso cristiano, que nos haga más fervorosos y agradecidos por el don de la fe. Abre, Señor, nuestros corazones para que con generosidad sepamos llevarles el apoyo y mostrarles nuestra solidaridad. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

miércoles, 16 de enero de 2019

El Papa Francisco asegura que Dios nos busca, aunque si nosotros no lo buscamos

POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa


El Papa Francisco en la Audiencia General Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa

El Papa Francisco afirmó que “Dios te busca, aunque si tú no lo buscas. Dios te ama, aunque si tú te has olvidado de Él”. Así lo dijo durante la Audiencia General de este 16 de enero en el Aula Pablo VI del Vaticano.

El Santo Padre continuó con su serie de catequesis sobre la oración del Padre Nuestro que se centró en la palabra “Abba, Padre” y animó a llamar a Dios “papá”, a tener un “corazón de niño”.

“No se trata solo de usar un símbolo -en este caso la figura del padre- para atar al misterio de Dios; se trata en cambio de tener, por así decir, todo el mundo de Jesús derramado en el propio corazón”, dijo.

Decir “Abba” -explicó el Papa- es “algo mucho más íntimo, más conmovedor que simplemente llamar a Dios ‘Padre’… esta expresión evoca afecto, calor, algo que se proyecta en el contexto de la edad infantil: la imagen de un niño completamente envuelto en el abrazo de un padre que siente infinita ternura por él”. Por ello, señaló que “para rezar bien es necesario llegar a tener un corazón de niño”.

Refiriéndose al pasaje bíblico de la Carta de San Pablo a los Romanos, el Santo Padre recordó que “no hemos recibido un espíritu de esclavos para caer en el miedo, sino que hemos recibido el Espíritu que nos hace hijos adoptivos”.

De este modo, el Papa remarcó que “el cristiano no considera más a Dios como un tirano a temer, no tiene más miedo sino que siente florecer en su corazón la confianza en Él: puede hablar con el Creador llamándolo ‘Padre’”.

En este sentido, el Santo Padre recordó también la parábola del padre misericordioso relatada en el capítulo 15 del Evangelio de San Lucas para invitar a imaginar la “oración pronunciada por el hijo pródigo, después de haber experimentado el abrazo de su padre que lo había esperado mucho tiempo, un padre que no recuerda las palabras ofensivas que él le había dicho, un padre que ahora le da a entender sencillamente cuánto lo extrañaba”.

Y el Papa preguntó: “¿Es posible que Tú, oh Dios, conozcas solo el amor? ¿Tú no conoces el odio? Y Dios respondería: ‘Yo conozco solo el amor’. ¿En donde en ti hay venganza, reclamo de justicia, el enojo por tu honor herido? Dios respondería: ‘yo conozco solo amor’”, afirmó.

Y así, explicó que “el padre de aquella parábola, en sus modos de actuar, recuerda mucho el ánimo de una madre. Son sobretodo las madres a disculpar a sus hijos, a cubrirlos, a no interrumpir la empatía con ellos, a continuar a quererlo, incluso cuando ellos no merecerían nada”.

“Puede ser que nosotros también pasemos por caminos lejos de Dios, como le sucedió al hijo pródigo; o caer en una soledad que nos hace sentir abandonados por el mundo; o, nuevamente, equivocarnos y estar paralizados por un sentimiento de culpa. En esos momentos difíciles, todavía podemos encontrar la fuerza para rezar, a partir de la palabra ‘padre’, pero dicha con un sentido tierno de un niño ‘Abba’, papá.”, exhortó.

El Señor “no ocultará su rostro a nosotros; recuerden bien, quizás alguno ha dicho de si cosas feas, cosas que no sabe cómo resolver, tanta amargura, por haber hecho algo… Él no ocultará su rostro… en el silencio te dirá que jamás te ha perdido de vista, me he quedado siempre. No se olviden nunca de decir padre”, concluyó.

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