Mi Comunidad (de las Bienaventuranzas) tiene una hermosa tradición que favorece activamente su unión con la Iglesia del Cielo. Al alba de cada nuevo año,
le pedimos a un santo que nos elija. Nos protegerá, nos inspirará los buenos senderos a tomar y nos introducirá en su propia gracia.
Para saber qué santo nos ha elegido, nos reunimos en oración. Después de haber invocado al Espíritu Santo, hacemos circular entre nosotros un canasto lleno de papelitos cuidadosamente doblados. En ellos están escritos numerosos nombres de santos, así como una frase o palabra de su autoría. Cada uno de nosotros recibe también una tarea en unión con ese santo. Naturalmente, hemos extendido esta tradición a quienes nos visitan, a nuestros amigos y a nuestras familias, y ellos demuestran una gran alegría al recibir un santo para todo el año. Una vez más, tenemos la oportunidad de maravillarnos ante las maniobras de la Providencia, porque frecuentemente el año no termina sin que el nuevo compañero haya realizado cosas muy hermosas para su protegido.
Para la Santísima Virgen, la santidad no es una teoría confusa, lejana e inaccesible, sino una victoria de amor aplicada a cada momento de nuestra jornada, por más insignificante que parezca. Al conectarnos con esos maravillosos compañeros que son los santos, ella nos sana una vez más de nuestra falta de encarnación, dicho de otra forma, de nuestra falta de corazón. Así como en la Tierra tejió con sus manos la túnica de su Jesús, María teje todavía hasta los mínimos vínculos entre sus hijos del Cielo y los de la Tierra; Ella teje la Iglesia final. Para ello, no utiliza otro hilo que el amor, ni otro telar que su corazón. Queridos santos… ¡les abrimos nuestras puertas!
Un santo para el 2019
“Una vieja tradición en la Iglesia consiste en sacar un santo al principio del año. En efecto, santa Faustina habla de esta práctica de su comunidad en su Diario (ver § 360). También nosotros hemos pedido un santo que acompañara a nuestra familia de Enfants de Medjugorje durante el 2008, ¡y hemos recibido a san Maximiliano Kolbe! Ya lo habíamos recibido en el 2001; señal de que nos ama con un amor muy particular y cuenta con nosotros para que vivamos con la Inmaculada. ¡El nos ayudará a amarla más que nunca! Invoquémosla juntos cada día de este año para que él nos obtenga la gracia de consagrarnos a la Virgen y de trabajar con ella asidos de su mano. La rama de habla inglesa, Children of Medjugorje, recibió a santa María Magdalena, ¡otra amiga de la Virgen!, y la española a la beata Mariam de Bethleem.
Cada uno puede recibir también un santo particular. Este santo será su compañero de ruta durante todo el año, será su amigo, su confidente. Lo protegerá, lo ayudará en su vida cotidiana y le hará descubrir su propio camino de santidad. Lo enriquecerá con sus virtudes y le hablará al corazón, de acuerdo al grado de intimidad que usted desee vivir con él. ¡Conozca su vida, quizás hasta pueda leer sus escritos!”
Recomendamos imprimir la lista de santos, recortar los nombres y ponerlos en una canasta. Durante sus reuniones de familia (de amigos o de comunidad), luego de haber invocado juntos al Espíritu Santo, que cada uno tome un papelito y descubra qué santo lo ha elegido para el 2019. ¡En efecto, son ellos quienes nos eligen y no nosotros a ellos! Junto con ese santo, recibirá una tarea particular y una intención de oración.
¡Divulgue esta tradición, sus amigos también necesitan la ayuda del Cielo y el ejemplo de los santos!
El archivo con los nombres de los santos lo puedes bajar AQUÍ
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