En círculos periodísticos no está bien visto hablar de aborto. Vamos, que este artículo provocará un sentir general parecido a este. “Ya está
Hispanidad dando el coñazo con el aborto”. Muy cierto, llevamos 23 años dando la pelmada en defensa de la persona más inocente indefensa, 23 años insistiendo en el mayor drama de nuestros días, el desprecio por la vida humana y la cobardía de atentar contra el ser humano más inocente y más indefenso: el concebido y no nacido. Y vamos a seguir haciéndolo.
En vísperas de la
Fiesta da la Anunciación, 25 de marzo, fiesta de la c
oncepción inmaculada de María, festividad del
Día del Niño por Nacer, nueve meses antes de
Navidad,
Jornada Internacional por la Vida, no se puede dejar de insistir en que el mayor crimen actual de la humanidad es el
asesinato, en el propio seno materno, del concebido y aún no nacido, un ser humano con todos los honores genéticos, masacrado en lo que era su primer hogar.
El aborto no es más que eugenesia y la eugenesia se ha convertido en el nazismo de nuestros días
No está bien visto hablar del derecho a la vida. No hace intelectual.
En círculos político-periodísticos, mucho menos. En tal caso se habla del derecho al aborto, pero quien se atreva a negar “todo tipo de aborto” será masacrado con gran entusiasmo o simplemente tenido por loco.
Pues bien, afirmo que todo tiene su ciclo y que, como ya no se pueden decir más bestialidades en pro del aborto, ni se pueden perpetrar más barbaridades contra el no nacido, el aborto y todo lo que conlleva, ahora en su cénit, va a empezar a decaer. O eso, o la raza humana, envejecida por momentos gracias al imperio de la píldora antibaby -la mayor aportación de los alemanes al mundo moderno- el nuevo nazismo de nuestros días, en definitiva, la eugenesia, terminará por consunción.
Hemos llegado tan lejos en el nivel de salvajada que nos negamos a emitir una conclusión médico-científico inapelable: que todos los anticonceptivos puestos hoy a la venta en el mercado resultan potencialmente abortivos. Es decir, actúan antes de la concepción, pero también después. La píldora postcoital que ha pervertido a nuestra juventud, también. Los nuevos modelos de esta
Píldora del Día después (PDD), más aún.
La FIV no es vida, es muerte. Todos los anticonceptivos hoy en el mercado son potencialmente abortivos
El aborto no es más que eugenesia y la eugenesia se ha convertido en el nazismo de nuestros días. Odiamos lo débil y el nonato es débil, necesita del auxilio materno, principalmente, del mismo modo que el bebé ya nacido necesita todo tipo de cuidados. Si se le abandona, muere.
El racismo odia a una raza, la eugenesia odia a todo lo que sea débil. El racismo ha sido conjurado, la eugenesia no. La eugenesia de hoy se llama aborto.
Y luego habrá que acabar con la Fecundación in vitro (FIV) y la correlativa utilización de embriones humanos como cobayas de laboratorio. La FIV no es vida, es muerte. La utilización de embriones humanos ha resultado la gran estafa científica del siglo XXI. No ha curado ni un resfriado, mientras las células madre adultas –la que no matan a nadie- sí han conseguido éxitos en sus terapias.
Y es que la moral siempre resulta eficiente: la barbaridad moral se opone al progreso material.
El lunes 25 de marzo es el Día por la vida: la tenebrosa era abortista comienza a remitir.
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