.

Ora todos los días muchas veces: "Jesús, María, os amo, salvad las almas".

El Corazón de Jesús se encuentra hoy Locamente Enamorado de vosotros en el Sagrario. ¡Y quiero correspondencia! (Anda, Vayamos prontamente al Sagrario que nos está llamando el mismo Dios).

ESTEMOS SIEMPRE A FAVOR DE NUESTRO PAPA FRANCISCO, ÉL PERTENECE A LA IGLESIA DE CRISTO, LO GUÍA EL ESPÍRITU SANTO.

Las cinco piedritas (son las cinco que se enseñan en los grupos de oración de Medjugorje y en la devoción a la Virgen de la Paz) son:

1- Orar con el corazón el Santo Rosario
2- La Eucaristía diaria
3- La confesión
4- Ayuno
5- Leer la Biblia.

REZA EL ROSARIO, Y EL MAL NO TE ALCANZARÁ...
"Hija, el rezo del Santo Rosario es el rezo preferido por Mí.
Es el arma que aleja al maligno. Es el arma que la Madre da a los hijos, para que se defiendan del mal."

-PADRE PÍO-

Madre querida acógeme en tu regazo, cúbreme con tu manto protector y con ese dulce cariño que nos tienes a tus hijos aleja de mí las trampas del enemigo, e intercede intensamente para impedir que sus astucias me hagan caer. A Ti me confío y en tu intercesión espero. Amén

Oración por los cristianos perseguidos

Padre nuestro, Padre misericordioso y lleno de amor, mira a tus hijos e hijas que a causa de la fe en tu Santo Nombre sufren persecución y discriminación en Irak, Siria, Kenia, Nigeria y tantos lugares del mundo.

Que tu Santo Espíritu les colme con su fuerza en los momentos más difíciles de perseverar en la fe.Que les haga capaces de perdonar a los que les oprimen.Que les llene de esperanza para que puedan vivir su fe con alegría y libertad. Que María, Auxiliadora y Reina de la Paz interceda por ellos y les guie por el camino de santidad.

Padre Celestial, que el ejemplo de nuestros hermanos perseguidos aumente nuestro compromiso cristiano, que nos haga más fervorosos y agradecidos por el don de la fe. Abre, Señor, nuestros corazones para que con generosidad sepamos llevarles el apoyo y mostrarles nuestra solidaridad. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

martes, 13 de marzo de 2012

¡ALERTA! EL NEW AGE HA PENETRADO TODO

Parte I 

Todas las religiones son iguales ... 
Dios como energía ... 
Yo tengo mis propias creencias ... 
Todo es permitido: nada es pecado ... 
Meditación a la oriental ... 
Mantras ... 
Desarrollo del potencial humano ... 
Re-encarnación ... Adivinación ... 
Puedo lograr cualquier cosa con tan sólo proponérmelo ... 
Comunicación con “ángeles” ... 
Contacto con espíritus ... Adivinación ... 
Todas estas falsas creencias y prácticas llevan a perder la Fe Cristiana 
Todas van en contra de la Verdad revelada por Jesucristo 
El “New Age”, movimiento teórico y práctico que envuelve antiguas y nuevas herejías -es decir, errores contra la verdadera Fe- ha ido permeando prácticamente todas las áreas en que nos movemos. Un artículo del New York Times del año 1986 ya informaba que tanto la educación, como la salud, el arte, la economía, gerencia, industria, gobierno, ciencia, entretenimiento y hasta religión, habían sido influidos por el “New Age”. 
De tal manera ha influido en el área religiosa, que hay gente muy cristiana, católica practicante, que ha ido anexando a sus creencias y prácticas religiosas de siempre, teorías y prácticas que provienen del ocultismo. 
Una de las fachadas usadas por los propulsores del “New Age” es la de vender como aparentemente inocuos -y hasta buenos y compatibles con el Cristianismo- estos errores y herejías. Para ello se valen de terminología tomada de la Biblia, del Cristianismo y hasta de actividades de la Iglesia Católica para confundir, engañar y atraer gente hacia ideas y prácticas que van en contra de la fe cristiana, provenientes más que todo del ocultismo, y promovidas desde y por la Masonería. 
También se usa la fachada de la amplitud: todas las religiones son iguales; se está a favor de todas las religiones, por lo cual se acepta en primera instancia el Cristianismo, para después, error tras error, ir destruyendo la verdadera Fe. 
El proceso de penetración de esta corriente de pensamiento y de acción ha sido paulatino y lento, pero efectivo y certero. Aunque la ideología del “New Age” fue ideada con ¡un siglo de anticipación! y su afloramiento tuvo lugar en la década de los años 1970, el proceso de cambio de mentalidad a que fue sometida la humanidad comenzó a tener lugar en la década de 1960, mediante la promoción de fases de alejamiento de la verdad que se han ido sucediendo exitosamente una tras otra: 
La primera fase fue la que promovía la persona de Cristo en detrimento de la Iglesia: Cristo sí - Iglesia no. En muchos países fue la época del florecimiento de las sectas de origen cristiano; en los nuestros (Latinoamérica) fue también de descrédito de la Iglesia y de los Sacerdotes. “Yo creo en Cristo, pero no en los Curas”, se oía decir. La siguiente etapa fue: Cristo no - Dios sí. Es la etapa del iluminismo y de la invasión del misticismo oriental. Le sucedió la fase de Religión sí - Dios no, en la que asuntos seculares se convirtieron en creencias cuasi-religiosas: en lo político el Marxismo; en la ciencia el Freudismo y los movimientos del desarrollo del potencial humano. En estos momentos nos encontramos en la cuarta fase: Sacro sí - Religión no. Es propiamente la etapa del “New Age”, en que creencias y prácticas venidas del ocultismo y del paganismo son consideradas “sagradas”. 
¿Qué puede hacer la gente preocupada al ver que estas tendencias, estas herejías y estas prácticas del “New Age” invaden casi todas las áreas en que se mueve?. 
Aparte de informarse sobre estos temas, una cosa hay que tener muy en cuenta: no se trata de filosofías meramente humanas que puedan contrarrestarse con medios humanos. Se trata de engaños demoníacos que requieren oración y otras armas espirituales para poder obtener la Sabiduría que viene del Espíritu Santo. Por ello dice San Pablo: 
“Nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra... los Dominadores de este mundo tenebroso, contra los Espíritus del Mal. Por eso tomad las armas de Dios para que podáis manteneros firmes” (Ef.6). 

VOCABULARIO, IDEOLOGIA y FACHADAS DEL NEW AGE

El New Age es un engaño venido del ocultismo, se presenta con muchas fachadas. La ideología que lo sustenta es de origen pagano. 
Las ideas y prácticas que constituyen el “New Age” son bien difíciles de inventariar, porque no se presenta este movimiento con una identidad fija, sino con muchas fachadas diferentes. Además, estas fachadas no sólo son muy variadas y confusas, sino que esta corriente surge constantemente con nuevas cosas, nuevas ideas -o ideas viejas convertidas en nuevas- nuevos métodos, nuevas teorías e invenciones. Es decir, es un movimiento teórico y práctico con una capacidad de mutación y de variabilidad realmente asombrosa. De ahí la dificultad en descifrarlo, dividirlo, catalogarlo. 
Dice así el Arzobispo de Malinas-Bruselas, Mons. Godfried Daneels, en su Instrucción Pastoral sobre Sectas y New Age (1990): “El New Age es difícil de definir. No es una religión, pero pretende ser religioso; no es una filosofía, pero pretende ser una visión del hombre y del mundo, así como una clave de interpretación; no es una ciencia, pero se apoya en leyes “científicas”, aunque haya que ir a buscarlas entre las estrellas. El New Age es una nebulosa que contiene esoterismo y ocultismo, pensamiento mítico y mágico respecto de los secretos de la vida ... y una pizca de cristianismo, todo revuelto con ideas que proceden de la astrología”. 
El New Age emplea un vocabulario que ya forma parte del léxico de muchos, en el cual se incluyen palabras tomadas del cristianismo, del misticismo oriental, de las ciencias, etc.: armonía, paz, unidad, amor, luz, quietud, energía, ondas, vibraciones, radiaciones, realización personal, toma de conciencia, re-encarnación, karma ... Un vocabulario hecho a la medida de lo que el hombre de hoy desea oír. 
Sin embargo, a pesar de toda esta vaguedad, hay varias cosas claras: 
La ideología subyacente del New Age es francamente de origen pagano e incluye las siguientes ideas y filosofías: Panteísmo, Sincretismo, Monismo, Gnosticismo, Teosofía, Esoterismo, Ocultismo, Relativismo moral y práctico, Subjetivismo, Re-encarnacionismo, Idolatría, Misticimo Oriental, Materialismo y Hedonismo, igualación de las religiones, etc. 
Las formas y métodos en que se manifiesta incluyen las siguientes: revalorización e incorporación de doctrinas paganas y diferentes formas de ocultismo, incluyendo el culto satánico; fomento de la brujería, hechicería, adivinación, santería, vudúismo, fetichismo, astrología; espiritismo -ahora con un nuevo nombre: “canalización” de espíritus; peticiones a “espíritus” especiales, como el “espíritu de navidad”, por ejemplo; comunicación con seres “superiores” (“maestros ascendidos”, “ángeles”, extra-terrestres); juegos espiritistas, como la ouija, etc; neo-chamanismo, curaciones por contacto a través de la “energía universal” y la apertura y estimulación de los “chakras”, o por cristales; poder mental, metafísica, desarrollo de poderes especiales y de la percepción extra-sensorial; técnicas de desarrollo del potencial “ilimitado” del ser humano, cientología, el eneagrama, etc.; técnicas de meditación oriental, yoga, mantras, etc.; supremacía de “gurúes” y “maestros”; modos de adivinación oriental (Ichin, Tarot, etc.) ... y muchas otras disciplinas y técnicas venidas del misticismo oriental; estudio del ocultismo a través de la parapsicología; falsos dioses y divinidades, la divinidad masculino-femenina, o la femenina (madre-tierra), etc., etc., etc. 
Incorporarse a las ideas y prácticas del New Age puede significar jugar con fuego, estar al borde del precipicio o hundirse en el abismo ... tal vez sin darse uno cuenta. 
Sólo la Sabiduría -con “S” mayúscula- aquélla que no es mero saber humano y que nos viene dada por el Espíritu Santo, puede mostrarnos el engaño que hay en todo ese mundo venido del ocultismo y ayudarnos a optar por la Verdad plena. 


NO DEJARSE ENGAÑAR

Nuestra fe cristiana y la de nuestros hijos está en peligro por tantos errores: 
Todas las religiones son iguales ... Dios como energía ... 
Yo tengo mis propias creencias ... Todo es permitido: nada es pecado 
Meditación a la oriental ... Gurúes - Maestros - Mantras ... 
Desarrollo del potencial humano ... Re-encarnación ... Adivinación ... 
Puedo lograr cualquier cosa con tan sólo proponérmelo ... 
Comunicación con “ángeles” ... Contacto con espíritus ... Adivinación . 
Todas estas falsas creencias y prácticas llevan a perder la Fe Cristiana 
Todas van en contra de la Verdad revelada por Jesucristo 
“Habrá entre vosotros falsos maestros que introducirán herejías perniciosas, negando al Maestro que los salvó ... Muchos los escucharán y por causa de ellos será desprestigiado el camino de la Verdad ... Llevados por su avaricia, os explotarán con palabras engañosas” (2a.Pedro 2, 1-3). 
¡Cuántos errores no están siendo difundidos en nuestros días por falsos maestros propagadores de terribles herejías que desfiguran la Verdad del Evangelio! Y ¡cuántas personas no están siendo engañadas al seguir los caminos equivocados del New Age! 
Como resultado de esta propagación de errores, se está perdiendo la verdadera Fe: ya Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre, es sólo uno más entre tantos “maestros”, nivelado con Buda o Mahoma o ... Ya la Biblia, la Palabra de Dios, es un libro más entre tantos otros “libros sagrados”. Ya el verdadero Dios es una “divinidad” más entre tantos otros ídolos. 
“Que nadie os engañe ... porque surgirán falsos Cristos y falsos profetas que harán grandes señales y prodigios capaces de engañar, si fuera posible, a los mismos elegidos. ¡Mirad que os lo he predicho!” (Mateo 24). 
Y a pesar de esta advertencia del mismo Jesucristo contenida en la Sagrada Escritura, muchos están siendo engañados, gente de buena fe, inclusive gente con un alto nivel de compromiso en la Iglesia. 
Por eso el Papa Juan Pablo II, nos advertía en su bestseller Cruzando el Umbral de la Esperanza: “No debemos engañarnos pensando que el renacimiento de las antiguas ideas gnósticas en la forma de la llamada New Age pueda llevar a una renovación de la religión. Es solamente un nuevo modo de practicar la gnosis, esa postura de espíritu que en nombre de un profundo conocimiento de Dios, acaba por tergiversar Su Palabra”. 
También nuestros Pastores, nuestros Obispos, muestran su inquietud y nos guían a través de sus Instrucciones Pastorales: el Arzobispo Godfried Danneels de Malinas-Bruselas en 1990; el Arzobispo Edward McCarthy de Miami en 1991; el Arzobispo Norberto Rivera de Ciudad de México en 1996 ... 
Algunos otros con sus escritos. Así, presentaba en 1993 el entonces Presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, Mons. Ovidio Pérez Morales, las diferentes formas en que peligrosamente está re-apareciendo el Gnosticismo en nuestro días, con motivo de la propagación del New Age: “... manipula el concepto de religiosidad, pregona la igualación de las religiones, trata de integrar una metafísica que no es tal, asume explícita o implícitamente el re-encarnacionismo, gusta del espiritismo, la astrología y la invertebrada articulación de las ciencias ocultas ... procura asumir espiritualismos esotéricos ... infla la superioridad de un misticismo oriental naturalista ... Vaguedad del new age”. 
Ya nos lo había advertido San Pedro, el primer Papa: “Herejías perniciosas” presentadas por “falsos maestros”... “desprestigiándose el camino de la Verdad”. “Que nadie os engañe ... ¡Mirad os lo he predicho!” nos prevenía Jesucristo. 

NEW AGE:GNOSTICISMO DE NUESTROS DIAS

El New Age es una nueva forma de practicar la “gnosis”, postura de espíritu que tergiversa la Palabra de Dios. 
(Juan Pablo II) 
El Gnosticismo es el nombre colectivo de un grupo de vagas y erróneas filosofías religiosas, las cuales han tratado de competir con el Cristianismo desde los comienzos de éste en el Siglo I, y que fueron condenadas como herejías desde los primeros Concilios de la Iglesia. El Gnosticismo trata de penetrar la esencia misma de la divinidad mediante una serie de enseñanzas y prácticas “ocultas”. Es ésta una tentación que ha estado presente a lo largo de la historia de la humanidad y que ha resurgido con gran fuerza desde los años 60 hasta nuestros días. 
Consiste esta tentación en exaltar la razón humana y atribuirle poderes extraordinarios, apelando a una “sabiduría superior” que sería la verdadera religión y punto convergente de todos los caminos espirituales y místicos. (De la Instrucción Pastoral del Arzobispo de México sobre el “New Age”) 
Ya San Pablo, desde el comienzo del Cristianismo nos advertía contra la tendencia gnóstica de pretender penetrar “el secreto de Dios” : “Pido que tengan ánimo ... para que logren penetrar el secreto de Dios que es Cristo, pues en Él están escondidas todas las riquezas de la sabiduría y del entendimiento. Se los digo para que nadie los engañe con discursos capciosos ...” (Col. 2,2-4) 
Y el Papa Juan Pablo II, nos advertía al respecto en su bestseller Cruzando el Umbral de la Esperanza: “No debemos engañarnos pensando que el renacimiento de las antiguas ideas gnósticas en la forma de la llamada New Age pueda llevar a una renovación de la religión. Es solamente un nuevo modo de practicar la gnosis, esa postura de espíritu que en nombre de un profundo conocimiento de Dios, acaba por tergiversar Su Palabra”. 
En nuestros días esta desviación se está manifestando de una manera “aparentemente” invertebrada, como “casual”, que puede notarse en tendencias, comentarios y conceptos como los que siguen: 
Todas las religiones son iguales ... Yo me construyo mi propio esquema de creencias ... Yo creo en Cristo, pero no en la Iglesia ... Cristo fue solamente un gran profeta ... Todas las creencias se pueden integrar en una sola religión ... Re-encarnación ... Todo es permitido; nada es pecado ... La moralidad reprime la propia personalidad ... Meditación a la oriental ... Gurúes - Maestros - Mantras ... Todo se puede lograr: sólo hay que proponérselo ... Dios como energía ... Canalización de espíritus ... 
Esta lista, que no pretende ser exhaustiva, forma parte de las maneras de manifestarse que tiene lo que se ha dado por llamar “New Age”. Y ... ¡cuántos incautos no están cayendo en estas falsas y peligrosas tendencias! 
¡Qué apropiadas las palabras con que San Pablo continúa su Carta a los Colosenses (Cap.2), para representar lo que está sucediendo en nuestros días! 
“Cuídense de que nadie los engañe con esa teoría que es una insulsa patraña forjada y transmitida por hombres, fundada en los elementos del mundo y no en Cristo”. 
Y así y todo, a pesar de la fe que recibimos en el Bautismo y lo que nos ha sido enseñado, hay muchos que están desviándose por caminos equivocados, engañados con teorías que no son más que patrañas; es decir, embustes y mentiras hábilmente forjadas para atrapar a gente bien intencionada. 
Continúa San Pablo: “Tengan por regla suprema a Cristo Jesús, el Señor, tal como se les enseñó. Permanezcan arraigados y edificados en El, apoyados en la fe, tal como fueron instruidos”. 
“Es en Cristo en quien habita corporalmente la plenitud de la divinidad”... ¿Para qué entonces buscar esa divinidad por otros lados? 
“Por Cristo, que es cabeza de todo poder y autoridad, Uds. han obtenido su plenitud”... ¿Por qué buscar la plenitud en otros lados, si Cristo Jesús, el Señor, es nuestra plenitud?. 

EL "DIOS" DEL NEW AGE

El "dios" del New Age 
es el dios del Panteísmo: 
Dios es todo - Todo es dios. 
lo cual puede llevarnos a pensar que yo también soy dios ... o puedo llegar a serlo. 
Pero Dios es Creador y Padre, 
diferente de sus criaturas y a El tratamos de 
“amar con toda nuestra alma 
y todo nuestro corazón" 
"El primero de los Mandamientos de la Ley de Dios es éste: “Amar a Dios sobre todas las cosas”. O, como lo explicó Moisés al pueblo de Dios, según el mismo Dios (Yahvé) le mandó: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas ... No vayas tras otros dioses ... porque tu Dios es un Dios celoso” (Deuteronomio 6). 
¿Quién es ese Dios de quien nos habla la Sagrada Escritura? Parecería obvia la respuesta, pero no lo es tanto, pues a lo largo de la historia de la humanidad han surgido nuevas ideas, nuevos conceptos sobre Dios. En realidad, han surgido “otros dioses”, sobre lo cual nos advierte la Sagrada Escritura en varios pasajes y muy especialmente en éste del Deuteronomio. 
Y esta época nuestra se caracteriza porque estamos intentando desdibujar ese Dios Creador y Padre que nos fue enseñado en el Catecismo y en el cual hemos creído. Se quiere cambiar al Dios Creador y Padre de toda la humanidad y de cada ser humano en particular, por un dios no-persona, un dios que en realidad se reduce a una “energía” que vibra en el universo, un Dios que es la suma total de todo lo que existe. 
Y es así como se nos han colado, a través del New Age, entre otros conceptos erróneos, éste del Panteísmo, en virtud del cual todo lo que existe es Dios, considerándose a Dios y el mundo como una misma cosa, con lo cual no sólo se diviniza la materia (Materialismo), sino que, como consecuencia de este concepto panteísta de Dios, se nos trata de convencer de que los seres humanos podemos pasar a formar parte de una supuesta “divinidad energética”, que en realidad no es jamás el Dios que se ha revelado a nosotros a través de Su Palabra contenida en la Biblia. 
Consecuencias gravísimas de esta herejía es que si todo es dios, yo también soy dios -o puedo llegar a serlo. U otra: si Dios incluye todo, incluye tanto el bien como el mal.
Sin embargo, un cristiano no puede pensar en un Dios que es parte del mundo, sino que éste ha sido creado por Dios y es distinto de él. No se puede confundir al Creador con Sus creaturas. Tampoco es posible una fusión entre Dios y el ser humano. Lo que sí sabemos los cristianos es que Dios nos llama a una unión con El, a una comunión con El, y que El -a través del Espíritu Santo- nos va haciendo cada vez más a Su imagen y semejanza en la medida de que el hombre se va abriendo a Su Gracia. Pero tenemos que tener en cuenta que en esta unión del hombre con Dios, Dios es y sigue siendo Dios, y el hombre es y sigue siendo hombre. 
Y ¿qué decir de Jesucristo? Según el New Age, resulta ser un profeta más, equiparado con Buda, Mahoma, Laotsé ... Entre los seguidores del New Age corre una historieta según la cual Jesús vivió en el Oriente pagano y fue un “maestro” que llegó a darse cuenta de que era Dios, que es justamente lo que propone el Panteísmo. Por lo tanto, según el New Age, Jesucristo no es el Dios-hecho Hombre de la Biblia, sino el hombre-hecho-dios del Panteísmo. 
En realidad ese nuevo Dios que se nos trata de vender no es el Dios Creador y Padre, Redentor y Salvador, que conocemos por la Sagrada Escritura y a quien tratamos de “amar con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma, con toda nuestra fuerza”, a quien tratamos de “amar por sobre todas las cosas”. 
Y nos dice la Biblia que ese Dios que se ha revelado a nosotros es “un Dios celoso”, que no desea que vayamos “tras otros dioses” (dios-energía, dios- panteísta, dios no-persona...) 
¿Quién es, entonces, Dios para mí? ¿Es un dios-energía, suma-de-todo-lo-que existe? O es el Dios de la Biblia, el Dios del Catecismo de la Iglesia Católica: el Dios Padre y Creador ... Mi Dios, Mi Creador, Mi Padre? 


LA ESTRATEGIA DE SATANAS

La estrategia de Satanás es esconderse para poder mejor engañar 
El Demonio no existe, se oye decir. Existe el “mal”, se piensa, pero no el Maligno.
Acción importante del Demonio en la actualidad es presentarnos errores disfrazados de verdades 
a través del NEW AGE
Satanás sigue tan activo como cuando tentó a nuestros primeros progenitores, Adán y Eva. Es artículo de fe católica que la caída del hombre vino por la tentación de Satanás (Lucifer) y que éste y los demás demonios continúan tentando y persiguiendo a la humanidad. Así leemos en la primera Carta de San Pedro (5, 8) y en el Concilio Vaticano II (G.S.13). Y nos apunta el Catecismo de la Iglesia Católica (#394) que este intento es tan fuerte y tan cierto, que Satanás trató de desviar al mismo Jesucristo de Su misión (Mateo 4, 1-11). Y sigue tratando de desviarnos a nosotros los seres humanos. Es éste su principal trabajo: con todas sus huestes atraer hacia él y llevar a pecar a la mayor cantidad de gente posible.
Para llevar a cabo esta labor, su estrategia es esconderse para mejor engañar: a unos hacer creer que no existe; a otros, que no es un ser real ... si acaso, que es una entidad indefinida, denominada genéricamente “mal” como oposición al bien, error muy difundido -aún dentro de la misma Iglesia- entre tantos otros que se propagan a través del New Age.
Por eso el Papa Juan Pablo II, en su Encíclica sobre la Vida calificaba al Demonio de “potencia personal maléfica” (#104) y nos ha dicho también que “esconderse, pasar desapercibido, corresponde a sus intereses” (Juan Pablo II, 13-agosto-86).
Y ¿en qué consiste el principal engaño del escondido Satanás en estos momentos? Su principal acción está en presentarnos errores disfrazados de verdades para que muchos cristianos se aparten de la Verdad que nos vino a traer Jesucristo y que nos recuerda el Magisterio de la Iglesia.
Uno de esos muy difundidos errores disfrazados de verdad, es la creencia en el mito de la re-encarnación. Y, tal vez sin darnos cuenta, al anexar esta creencia venida del paganismo y condenada por la Iglesia desde el Concilio de Nicea (año 325), los cristianos estamos a riesgo de perder la verdadera Fe. Al aceptar que podemos haber re-encarnado y al desear re-encanar ¿nos damos cuenta que de hecho estamos negando nuestro verdadero destino después de la muerte que es resucitar como Jesucristo resucitó, para luego vivir eternamente y en plenitud de gozo para siempre? (cfr. Juan 6 , 40).
Otro de estos casos es el llamado espíritu de la navidad, con el cual se busca sustituir la más difundida celebración cristiana, la Navidad, por un culto de carácter pagano que es una nueva forma de espiritismo. Porque... ¿qué es, si no, invocar y escribir a un “espíritu”? Es éste un engaño similar al de todas las ideas y prácticas del New Age: presentar un error teñido de verdad; presentar un peligro vestido de provecho; presentar una idea anti-cristiana coloreada de cristianismo.
Por todo esto nos dice San Pablo que debido a que “nuestra lucha no es contra fuerzas humanas, sino contra los dominadores del mundo tenebroso, contra los Espíritus del Mal, debemos tomar las armas de Dios”. Para enfrentar la estrategia de Satanás, una de las principales armas es la oración. “Vivan orando y suplicando. Oren en todo tiempo según les inspire el Espíritu. Velen en común y prosigan sus oraciones sin desanimarse nunca” (cfr. Efesios 6, 10-18).
Por eso también el Papa JPII nos pedía, tanto a los fieles individualmente, como a las comunidades, ejercitarnos “en la práctica asidua de la oración ... para poder permanecer en la intimidad con Dios” (Juan Pablo II a los Obispos Venezolanos, Mayo 1995).


Parte II 

¿POR QUE BUSCA DIOS AL HOMBRE?
Nos hemos dejado extraviar por el enemigo de Dios. 
SATANAS, EL ENEMIGO, 
ES UN SER REAL
que existe, pero que desea pasar inadvertido para poder mejor engañar
En todas la religiones se da el hecho de que el hombre busca a Dios. Pero en el Cristianismo no sólo el hombre busca a Dios, sino es Dios mismo Quien -en Jesucristo, Dios y hombre verdadero- viene a buscar al hombre, para rescatarlo, para redimirlo y para llamarlo a la intimidad con El.
Y Dios busca al hombre, “que es Su propiedad particular”, pues es nuestro Creador, y lo hace de maneras diversas, según la persona, según la época en que vivimos. Y ... ¿por qué busca Dios al hombre hoy?
Nos decía el Papa Juan Pablo II en su Carta Apostólica En el Umbral del Tercer Milenio: “porque el hombre se ha alejado de El, escondiéndose como Adán (Gen.3, 8-10). El hombre se ha dejado extraviar por el Enemigo de Dios. Satanás lo ha engañado, persuadiéndolo de ser él mismo dios y de poder conocer como Dios el bien y el mal, gobernando el mundo a su arbitrio sin contar con la Voluntad Divina”.
Y en esta cita de Juan Pablo II vemos dos puntos muy importantes que deja bien sentados quien era el representante de Jesucristo en la tierra:
1) Al diablo lo llama por su nombre: Satanás. Y lo menciona como lo que es: un ser que existe como tal y que es el Enemigo de Dios, que sigue tratando de engañar al hombre. No habla el Papa del mal como un mero principio o idea, como el mal en oposición al bien, error muy difundido en nuestro mundo actual -y aún dentro de la Iglesia- sin darse cuenta los que lo sostienen y promueven que le hacen el juego al Demonio, ya que “pasar inadvertido corresponde a sus intereses” (Juan Pablo II, 13-agosto-86).
2) También dejaba el Papa bien sentado cuál es una de las formas en que el hombre se ha dejado engañar por el Demonio: éste lo ha convencido -igual que a nuestros primeros progenitores- de que puede llegar a ser como Dios y a conocer como Dios entre el bien y el mal
. Son éstas dos, entre muchas otras, ideas centrales del New Age, esa corriente de pensamiento que pretende llevarnos a un mundo sin Dios, aunque aparente lo contrario. Por una parte, el creer que podemos llegar a ser como Dios, si logramos desarrollar un poder ilimitado que supuestamente tenemos dormido, aplicando técnicas especiales venidas -por cierto- del ocultismo. Y por otra, hacernos creer que podemos decidir lo que es bueno y lo que es malo, según nuestra propia conciencia, dejando a Dios de lado y llegando al extremo de creer que el ser humano puede gobernarse a sí mismo y gobernar al mundo a espaldas de Dios. El resultado: el caos que vivimos, que tiene su origen en estas posturas que van en la línea del New Age.
Dios, entonces, busca al hombre, pues quiere inducirlo a abandonar los caminos del mal, en los que tiende a adentrarse cada vez más. Lo busca para que el hombre se vuelva a El, es decir, se convierta, se reconcilie con El, reconozca a Dios como su Creador, su Dueño, su Padre. (cfr. En el Umbral del Tercer Milenio)
Y porque el deseo de conversión y de renovación personal es importante, el Papa Juan Pablo II lo planteaba constantemente en sus homilías, discursos, catequesis y mensajes a los Obispos del mundo entero, como medio para lograr el “objetivo prioritario” cual es el “fortalecimiento de la fe de los cristianos”.

LA CAIDA DE LOS ANGELES
y LA CAIDA DE LOS HOMBRES

“SER COMO DIOSES” 
ha sido la tentación siempre presente en la humanidad. 
En nuestros días nos viene a través del
NEW AGE “PODER COMO DIOSES” 
con la canalización de espíritus, comunicación con “ángeles”, 
poder mental ... 
curiosidades o deseos que el Maligno y sus ángeles caídos pueden aprovechar para hacernos caer igual que ellos.
El Catecismo de la Iglesia Católica, en uno de sus capítulos referidos a los Angeles (#391) nos enseña que en la voz seductora opuesta a Dios que hace caer a nuestros primeros padres -Adán y Eva- “la Escritura y la Tradición de la Iglesia ven en este ser a un ángel caído, llamado Satanás o Diablo”. Y continúa el Catecismo: “La Iglesia enseña que primero fue un ángel bueno, creado por Dios. El Diablo y los otros demonios (es decir, los ángeles caídos) fueron creados por Dios con una naturaleza buena, pero ellos se hicieron a sí mismos, malos”.
Esta caída consistió en la elección libre que hicieron estos ángeles -antes buenos, ahora malos- precisamente por haber rechazado a Dios. Estos ángeles liderizados por Lucifer -que es el mismo Satanás, Belzebu, el Engañador, el Diablo- quisieron “ser como dioses” y el mismo Lucifer -por envidia, nos dice el Nuevo Catecismo- engañó a Eva y Adán con lo mismo: que podían “ser como dioses” (Génesis 3, 5).
Y es la misma idea que Satanás y sus ángeles caídos o demonios tratan de meter en la mente y el corazón de todos los hombres y mujeres de este mundo nuestro.
“Ser como dioses”, tentación siempre presente a lo largo de la historia de la humanidad, pero presente aún con más fuerza -y, lo que es peor: con una gran aceptación- en nuestros días, especialmente por la nefasta propagación de errores a través del New Age.
El Papa Juan Pablo II, , nos adviertía en su Encíclica “El Esplendor de la Verdad” (#35) sobre una de las más comunes modalidades de ese querer “ser como dioses”: los hombres y mujeres de hoy pretender decidir por sí mismos sobre lo que es bueno y lo que es malo en materia moral, a pesar de “estar llamados a aceptar la ley moral que Dios les da ... que les propone en los mandamientos”.
Y pretender desobedecer alguno de los mandamientos de Dios -los 10 escritos en las tablas de la Ley, que aprendimos en el Catecismo de Primera Comunión- escudándonos en que Dios es amor, misericordia, perdón ... atributos reales de Dios, es olvidar otro de sus atributos: Dios es justicia perfecta e infinita.
Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre, que no vino al mundo a anular el contenido del Antiguo Testamento, ni a abolir la Ley, sino a cumplirla y a darle su forma definitiva (Mateo 5, 17), nos resume los 10 Mandamientos en dos: “Amar a Dios con toda nuestra alma, con toda nuestra fuerza, con todo nuestro corazón, y al prójimo como a uno mismo” (Lucas 10,27).
Y amar a Dios como Jesucristo -el Hijo de Dios- nos lo pide, es buscar sólo Su Voluntad ... y no la nuestra. Es -entre otras cosas- no pretender jugar a “ser como dioses” a través de tantas prácticas promovidas por el New Age. Por ejemplo: tratando de comunicarnos con el mundo invisible, mediante el “channelling” o canalización de espíritus -nueva forma de llamar al espiritismo. O tratando de penetrar las esferas de lo oculto para conocer o controlar el futuro, o para tratar de influir en las personas o en las cosas, a través del poder mental, o de la brujería, o de la metafísica ... Curiosidades o deseos nuestros que puede aprovechar Satanás, el ángel caído de más alto rango, o cualquiera de los demás ángeles caídos o demonios, para hacernos caer igual que ellos cayeron: queriendo “ser como dioses”.

¿QUEREMOS SER COMO DIOS
o AMAR A DIOS?

EL NEW AGE
propugna el Relativismo Moral: 
Todo es permitido, nada es pecado ... 
Tengo mis propias creencias
La moralidad reprime la personalidad
Pero ... la Ley Moral inscrita por Dios en el corazón del hombre 
es buena, conveniente y necesaria 
para nuestra verdadera y plena realización
Después de crear al hombre, Dios le impuso este mandamiento: “De cualquier árbol de jardín puedes comer, mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día que comieres de él morirás sin remedio” (Gen. 2, 16-17).
En su Encíclica Veritatis Splendor (#35) el Papa Juan Pablo II explicaba esta imagen del primer libro de la Biblia: el poder de decidir sobre lo que es bueno y lo que es malo no pertenece al hombre sino sólo a Dios.
Dios nos hizo libres y nos dio una libertad bien amplia. Pero esa libertad, nos dice el Papa, no es ilimitada: el hombre debe detenerse ante el “árbol de la ciencia del bien y del mal”. Y esto significa que estamos llamados a aceptar la ley moral que Dios nos da, y que esa ley de Dios contenida en los Mandamientos es buena, conveniente y necesaria para nuestra verdadera y plena realización.
El New Age propugna ideas como éstas: Todo es permitido, nada es pecado. La moralidad reprime la personalidad. Tengo mis propias creencias.
Pensar y actuar de esta manera es pretender nosotros mismos decidir sobre el bien y el mal. Nosotros, creaturas limitadas, dependientes de Dios, nuestro Creador y nuestro Padre, el único que conoce perfectamente lo que es bueno y conveniente para sus hijos, jugamos a “ser como Dios” (Gen. 3, 5), prescindiendo de Dios y colocándonos en lugar de Dios, cada vez que pretendemos nosotros mismos juzgar sobre lo que es moralmente bueno o malo para nuestra existencia (Gen. 3, 22).
Y los hombres y mujeres de hoy, no sólo pecamos, infringiendo la ley moral que nos ha sido dada para nuestro bien por Dios, nuestro Padre y Creador, sino que pretendemos justificar el pecado. Y he ahí la falta más grave. Es la misma falta de Adán y Eva: ser como Dios, pretendiendo arrogarnos el poder de decidir sobre el bien y el mal, poder que no pertenece al ser humano, sino sólo a Dios.
Y Satanás -el mismo que en el Génesis aparece como la serpiente- el Engañador del hombre, que no ha cesado de tratar de engañarlo, sigue tentando a los hombres y mujeres de hoy con el “árbol del bien y del mal”, especialmente a través de los errores del New Age. Soy libre. Pero ... ¿cómo voy a usar la libertad que Dios me dio? ¿La voy a derrochar pretendiendo “ser como Dios” al querer justificar el pecado? ¿O acepto la ley de Dios como otro don más que El me da para mi plena realización, acogiéndome a Su Infinita Misericordia y buscando Su Perdón en el Sacramento de la Confesión cada vez que peco? ... Somos libres de escoger una de dos vías: “ser como Dios” o “amar a Dios”.

¿SON IGUALES TODAS LAS RELIGIONES? 
¿QUE TIENE DE DIFERENTE EL CRISTIANISMO?

En todas las religiones el hombre busca a Dios. Pero ... 
hay una diferencia esencial entre el Cristianismo y las demás religiones:
En el Cristianismo 
Dios mismo viene en Persona a buscar al hombre.
Esa Persona es JESUCRISTO, 
el Dios-hecho-Hombre. 
EL, no sólo nos redimió y nos rescató, 
sino que por EL podemos llamar a ese Dios que todos buscamos 
“PADRE”
¿Son iguales todas las religiones? ¿Dónde está la Verdad plena? ¿En qué radica la diferencia del Cristianismo con otras religiones?
Las respuestas a estas delicadas preguntas las daba el Papa Juan Pablo II en su Carta Apostólica “En el Umbral del Tercer Milenio” del 10-11-94, en la cual hace los siguientes planteamientos:
En todas las religiones se da el hecho de que el hombre busca a Dios. Y aquí encontramos el punto esencial por el que el Cristianismo se diferencia de las otras religiones: en éste no es sólo el hombre quien busca a Dios, sino es Dios quien viene en Persona a hablar de sí mismo al hombre y a mostrarle el camino para llegar a El.
Por eso dice San Juan: “A Dios nadie lo ha visto jamás; el Hijo Unico, que está en el seno del Padre, es quien lo dio a conocer” (Jn. 1, 18). Jesucristo, el Hijo Unico, el Dios-hecho-hombre, es la respuesta del anhelo que hay en todas las religiones de encontrar a Dios.
Con Jesucristo, en el Cristianismo, ya no sólo el hombre busca a Dios, sino que Dios habla al hombre. Y no sólo le habla, sino que lo busca. Y Dios busca al hombre con todo el amor y todo el interés con que sólo un Dios, que es PADRE, puede hacerlo. De esta búsqueda de Dios a Sus hijos nos habla Jesucristo en varios pasajes, entre los cuales el de la oveja perdida es uno de los más significativos. (Lc. 15, 1-7)
Dios busca al hombre movido por su corazón de PADRE. Y esta búsqueda tiene su punto culminante cuando el Hijo de Dios se hace hombre, cuando Jesucristo se hace uno igual a nosotros en todo, menos ? en el pecado.
La religión de la Encarnación -el Cristianismo- es la religión de la Redención. Con el sacrificio de Cristo somos redimidos, rescatados, y podemos considerarnos hijos de Dios y llamar a Dios “Padre”.
La religión que brota de la Encarnación -el Cristianismo- es la religión del permanecer en la intimidad con Dios, ese anhelo de felicidad inscrito por Dios mismo en cada una de sus creaturas. Así que, por ejemplo, buscar en la re-encarnación la forma para colmar la aspiración a vivir para siempre o de lograr redimirse uno mismo a través de sucesivas vidas terrenas, es negarnos la redención y la intimidad que Dios nos llama a tener con El. Por eso, y porque está negada en la Biblia (Sb. 7, 6 ­ Hb .9, 27), el Papa la refutaba en esta Carta Apostólica: “La revelación cristiana excluye la re-encarnación y habla de un cumplimiento que el hombre está llamado a realizar en el curso de una única existencia sobre la tierra”.
Así mismo se refería el Papa Juan Pablo II “a las confusiones relativas a la persona de Cristo”, como el “no distinguirlo bien de los fundadores de otras religiones, en las cuales también se encuentran elementos de verdad que la Iglesia considera con sincero respeto”. Estas confusiones pueden llevar a los cristianos a abandonar la Verdad plena por verdades parciales, a contaminarse con errores que los alejan de la Verdad que Jesucristo, Hijo de Dios hecho hombre, vino a comunicarnos con Su vida, Su muerte y Su resurrección, que nos dejó en Su Palabra contenida en las Sagradas Escrituras y que la Iglesia nos recuerda con su Magisterio de más de 2.000 años.

LA RE-ENCARNACION ESTA NEGADA EN LA BIBLIA

“Una sola es la entrada a la vida 
y una la salida” (Sabiduría 7, 6) 
“Los hombres mueren una sola vez y después viene para ellos el Juicio”: (Hebreos 9, 27) 
“los que hicieron bien saldrán y resucitarán para la vida, pero los que obraron mal resucitarán para la condenación” 
(Juan 5, 28-29)
La revelación cristiana excluye la re encarnación y habla de un cumplimiento que el hombre está llamado a realizar en el curso de una única existencia sobre la tierra. (Juan Pablo II “En el Umbral del Tercer Milenio” Nov. 1994)
Y el Papa Juan Pablo II, hacía esta categórica afirmación negatoria del mito de la re-encarnación basándose, tanto en la Sagrada Escritura, como en la Tradición de la Iglesia, pues en esto consiste la “revelación cristiana”: en el contenido de la Biblia y en las enseñanzas de la Iglesia acumuladas en ya casi dos mil años de historia.
Y hablaba de una “única existencia sobre la tierra” para cada ser humano. En esto hace eco, tanto del Antiguo, como del Nuevo Testamento de la Biblia.
Dice el Libro de la Sabiduría: “Una sola es la entrada a la vida y una la salida” (Sb. 7, 6).
Y San Pablo en su Carta a los Hebreos deja sentado lo mismo con otras palabras: “Los hombres mueren una sola vez y después viene para ellos el juicio” (Hb. 9, 27): “los que hicieron bien saldrán y resucitarán para la vida, pero los que obraron mal resucitarán para la condenación” (Jn. 5, 28-29).
Jesucristo “fue entregado por nuestros pecados y resucitado para nuestra santificación” (Rom. 4, 25), “se manifestó ... para borrar el pecado con su sacrificio; ... “en su segunda venida se manifestará para dar la salvación a quienes lo aguardan” (Hb. 9, 26-27).
Sí. Jesucristo es nuestra salvación: es la única salvación que es posible para nosotros los seres humanos. En el mito pagano de la re-encarnación, el hombre pretende redimirse a sí mismo, mediante supuestas purificaciones logradas en sucesivas vidas. ¿Nos damos cuenta que al incorporar tan acríticamente la falsa creencia pagana de la re-encarnación a nuestra fe cristiana nos estamos negando la única salvación que tenemos a nuestra disposición: la que Jesucristo, Hijo de Dios nos vino a traer?
“Hoy mismo estarás conmigo en el Paraíso”, fue la promesa de Jesucristo, antes de morir en la cruz, para el ladrón arrepentido (Lc. 23, 43). Según la ley del “karma”, en la cual se basa la teoría re-encarnacionista, este “malhechor”, como lo llama el Evangelio, tendría que haber pagado los crímenes, robos y fechorías de su vida en otras vidas posteriores en la tierra. Pero Jesucristo no le dice: Ahora vas a volver a nacer para que te purifiques de tus pecados. Y no lo dice porque es El, Dios y Hombre verdadero, Redentor de toda la humanidad y de cada ser humano en particular, Quien tiene el poder de salvarnos y de abrirnos las puertas del Cielo, ese sitio que “ni el ojo vio, ni el oído escuchó, ni el corazón humano imaginó tiene Dios preparado para aquéllos que le aman” (1a. Cor. 2, 9) y que desean ser salvados por Jesucristo. Por eso, todo Amor y Misericordia como es El, sólo dice al ladrón arrepentido: “Hoy mismo estarás conmigo en el Paraíso”.
¿Nos damos cuenta realmente de todo lo que nos estamos negando y de todo lo que nos podríamos perder, al creer ilusamente que es posible -y hasta bueno- haber re-encarnado y volver a re-encarnar?

NUESTRA ESPERANZA ES RESUCITAR

La Re-encarnación está negada en la Biblia
“Una sola es la entrada a la vida y una la salida” (Sabiduría 7, 6) 
“Los hombres mueren una sola vez y después viene para ellos el Juicio”: 
(San Pablo a Hebreos 9, 27) 
“los que hicieron bien saldrán y resucitarán para la vida, pero los que obraron mal resucitarán para la condenación” 
(Juan 5, 28-29)
Nuestra esperanza no está en re-encarnar ¡NUESTRA ESPERANZA ES RESUCITAR!
La Resurrección de Jesucristo es el misterio más importante de nuestra fe cristiana y su celebración es la fiesta más grande del Año Litúrgico, pues El “fue entregado por nuestros pecados y resucitado para nuestra santificación” (Rom. 4, 25) “para sentarnos con El en los cielos” (Ef. 2, 6).
Así, la Resurrección de Cristo nos anuncia nuestra salvación: ser santificados por El para poder llegar al Cielo. Y además nos anuncia nuestra propia resurrección: “el que cree en Mí tendrá vida eterna: y yo lo resucitaré en el último día” (Jn. 6, 40).
Sí. Resucitaremos como El resucitó. Su Resurrección es primicia de la nuestra. El nos resucitará a una resurrección de vida ... si hemos obrado bien. (cfr. Jn. 5, 29)
Nuestra esperanza no está en volver a nacer, en que nuestra alma reaparezca en otro cuerpo que no es el propio, como se nos trata de convencer con el mito de la re-encarnación.
Sabemos por la Sagrada Escritura que esto no es posible, pues dice San Pablo: “los hombres mueren una sola vez y después viene para ellos el juicio” (Hb. 9, 27). Y el Libro de la Sabiduría también nos habla al respecto: “Una es la entrada a la vida y una la salida” (Sb. 7, 6).
Pero, aparte de estar negada en la Biblia y de haber sido condenada como herejía por la Iglesia ya desde el año 325 en el Concilio de Nicea, el mito de la re-encarnación niega mi identidad como persona: ¿Quién soy? ¿Soy quien supuestamente fui o soy quien seré en un futuro ... o quien soy actualmente? Niega, además, mi libertad para escoger o rechazar la salvación que me brinda Cristo a través de Su Resurrección. También niega la resurrección que Jesucristo me ofrece para el último día. Y niega ... ¡tantas cosas!
La perspectiva de una vida futura volviendo a nacer dentro de un cuerpo imperfecto, decadente, mortal ... que además no es el mío, resulta vana frente a la esperanza de resucitar con un cuerpo bello, perfecto, inmortal ... como el de Jesucristo Resucitado ... para ser feliz eternamente.
Porque en esto consiste la verdadera esperanza: en saber que resucitaremos en cuerpo y alma gloriosos como Jesucristo, para disfrutar por siempre del Cielo que nos ha sido prometido, ese lugar inefable -inexplicable para el conocimiento humano- ese sitio inimaginable que “ni el ojo vio, ni el oído escuchó, ni el corazón humano imaginó tiene Dios preparado para aquéllos que Le aman” (2a. Cor. 2, 9) ... y que desean ser salvados y resucitados por Jesucristo.

ALERTA FRENTE A LA ASTROLOGIA Y LA ADIVINACION

La Astrología basa sus predicciones en la falsa teoría de que la tierra es el centro del universo y está rodeada por el Zodíaco.
La Astrología está prohibida en la Biblia (Deuteronomio 18, 10)
y ha sido condenada por la Iglesia Católica.
La Astrología lleva al hombre a confiar en falsas predicciones basadas en los astros 
y a no confiar en la Providencia Divina.
La Astrología es una pseudo-ciencia, que pretende descifrar la influencia determinante que supuestamente tienen los astros sobre los seres humanos, y a la vez predecir el futuro. Pero según la Biblia y la enseñanza cristiana, los astros son también creados por Dios, y como tales, están sometidos a Su Voluntad. No tienen ningún poder sobre la voluntad de los seres humanos, pues Dios ha creado al ser humano libre -libre, entre otras cosas, de cualquier determinismo de los astros- y, además, lo creó responsable para decidir y capaz de rendirle cuenta por sus actos.
Por cierto se basa la Astrología en la creencia errónea -quizá por su antigüedad (5.000 años)- de que la tierra es el centro del universo y está rodeada por las 12 Constelaciones del Zodíaco. A esta fundamentación equivocada de la Astrología hay que agregar el hecho de que la tierra ha variado su eje de inclinación en una diferencia de treinta días. Este fenómeno, aunado a posteriores hallazgos en Astronomía -como el de nuevas Constelaciones, la 13 y la 14- que no han estado contempladas en esta pseudo-ciencia, muestran la inexactitud de los cálculos de fechas de los llamados signos zodiacales. (cfr. Astrónoma Jacqueline Mitton, Diario El Universal, Caracas, 21-enero-95).
No es de extrañar, entonces, que numerosas predicciones hechas por conocidos Astrólogos hayan quedado sin cumplirse. Una de estas famosas equivocaciones fue la predicción de que Jacqueline Kennedy, la viuda del Presidente John Kennedy, no volvería a casarse, y lo hizo con Aristóteles Onassis.
La Astrología existe desde la antigüedad, y no hay que confundirla con la Astronomía, que sí es una ciencia que verdaderamente estudia los astros y su funcionamiento.
La Astrología está condenada en la Biblia en forma bastante fuerte y solemne en Isaías 47, 13-14: “Los que describen los cielos y observan las estrellas y te dan a conocer cada mes lo que te sucederá, serán todos como paja que devora el fuego, ninguno de ellos podrá salvarse del poder de las llamas”. Además la Astrología y la Adivinación están prohibidas en forma clara en Levítico 19, 26 y 31; Deuteronomio 18, 1; Gálatas 5, 20, y han sido condenadas por la Iglesia Católica.
La enseñanza de los Padres de la Iglesia ha identificado la Astrología, de manera unánime, a lo largo de los siglos, como una forma de someterse al control de los espíritus diabólicos. Entre los Padres de la Iglesia que han estudiado este asunto está San Agustín, quien después de analizarlo agrega en sus Confesiones, un toque práctico: “... cuando las predicciones basadas en la observación de las estrellas resultan verdaderas, es debido a la casualidad y no a la lógica”. Y concluye su comentario con una oración de total dependencia de Dios.
La inutilidad de la Astrología queda muy bien expuesta en el episodio del Profeta Daniel y Rey Nabucodonosor, quien estuvo a punto de ejecutar a los adivinos y astrólogos de Babilonia que no pudieron interpretar su sueño. Daniel explica el problema al Rey: “No hay sabios, ni adivinos, ni magos, ni astrólogos que puedan revelar al Rey el misterio que quiere saber; pero hay un Dios en el Cielo que revela los misterios...” (Dan. 2)
A esto hay que agregar que las predicciones basadas en las influencias astrales niegan la libertad del hombre y pretenden limitar la Providencia de Dios, Quien es el único que conoce el futuro, así como minimizar la responsabilidad del ser humano por sus acciones al pretender que la influencia de los astros puede ser determinante de la conducta humana. Más aún, la Astrología en todas sus manifestaciones, incluyendo la consulta del Horóscopo, así como otras formas de Adivinación para tratar de conocer el futuro, llevan al hombre a depender de falsas predicciones y no a confiar en la Providencia Divina, alejándolo además de la enseñanza clara de Jesucristo sobre el porvenir que leemos en Mateo 6, 25-34, la cual concluye así: “No se preocupen del mañana; el mañana se preocupará de sí mismo”.

ALERTA FRENTE A LA BRUJERIA

La Brujería incluye ritos paganos para tratar de controlar el futuro y la vida de los demás, intimidar a personas, lograr poder sobre otros, etc.
La Brujería es maligna 
aunque con ella se busque 
lograr un supuesto bien. 
La Brujería hace daño a las personas 
que hacen uso de ella 
y a aquéllas contra quienes se dirige. 
Por eso está condenada por Dios en la Biblia (Levítico 19, 26 y Deuteronomio 18, 10-12) y por la Iglesia Católica.
Siempre presentes en Latinoamérica y en otras partes del mundo, la Brujería y la Hechicería han sido ahora revitalizadas y propagadas con motivo de la difusión del New Age, que retoma estas prácticas ocultistas, pues sirven a su fin, ya que estas manifestaciones que son falsamente espirituales, no llevan al Reino de Dios, sino al reino del Mal.
La Brujería y la Hechicería incluyen ritos paganos para tratar de controlar el futuro y la vida de los demás, vengar a los enemigos o protegerse de hechizos, intimidar a personas, lograr poder sobre otros, etc., y en esto puede llegarse a inflingir enfermedades, peligro físico y, en general, circunstancias muy adversas para las víctimas.
En esos medios se habla de "magia blanca", que supuestamente se hace para lograr un bien personal, y de "magia negra" que se hace para causar daño. Es así como "hechizo" es a veces sinónimo de "daño". Sin embargo, esta diferencia es meramente formal, ya que, aunque con la llamada "magia blanca" se persigue un supuesto bien, el "trabajo" o hechizo que se hace puede igualmente dañar a otro. Por eso debe quedar claro que toda magia es maligna y está igualmente condenada por Dios.
La Brujería y la Hechicería son casi tan antiguas como la humanidad misma. Por ello, ya vienen condenadas estas prácticas en el Antiguo Testamento desde los primeros libros. Así leemos en Levítico 19, 26: "No practiquen la adivinación ni se metan en brujerías". Y en Deuteronomio 18, 10-12: "Que no haya adivinos, ni nadie que consulte a los astros y a hechiceros, que no se halle a nadie que practique encantamientos o consulte espíritus; que no se halle ningún adivino o quien consulte a los muertos. Porque Yahvé aborrece a los que hacen estas cosas y precisamente por esta razón los expulsa delante de tí".
En los países desarrollados, la Brujería (Witchcraft) es similar a la de los países latinoamericanos: una práctica ocultista en la que se usa la magia para adquirir conocimiento y tener el poder de controlar vidas, destinos y aún el mundo. Sin embargo, se nota una mayor organización y jerarquía. Las fuerzas que se conjuran son demonios y rinden culto a una deidad con cuernos que no es otro que el Demonio mismo.
Hay inclusive una variante de la Brujería (Witchcraft) original que ha florecido en USA desde los años 70, con el nombre de "Wicca", que contempla, además de las prácticas y creencias de la Brujería tradicional, la promoción de poderes mentales (psychic powers) y el culto a una supuesta "diosa interior", con lo que se conjuga una especie de panteísmo feminista: se cambia al Dios Unico y Verdadero diferenciado de la creatura, por una deidad femenina con la cual el ser humano estaría fundido.
En este ámbito de la Brujería y la Hechicería se pone de manifiesto en forma muy escondida, pero no por esto menos real, el poder de las fuerzas del Mal. Del reino de las tinieblas surgen estas fuerzas capaces de causar "graves daños -de naturaleza espiritual e indirectamente incluso de naturaleza física- en cada hombre y en la sociedad ... El que Dios permita la actividad diabólica es gran misterio" (Catecismo de la Iglesia Católica # 395), pero la misma está limitada por la Voluntad de Dios que controla todo.
La Brujería es maligna aunque con ella se busque lograr un supuesto bien, y hace daño a las personas que hacen uso de ella y a aquéllas contra quienes se dirige.

ALERTA ANTE "CANALIZACION" DE ESPIRITUS
La “canalización” (channeling) o espiritismo 
es la práctica de comunicarse con espíritus
y está prohibida por la Biblia 
(Deuteronomio 18, 9-12) 
y por la Iglesia Católica
Las informaciones obtenida a través de la canalización o del espiritismo no vienen del Espíritu de Dios. 
Vienen del mismo Satanás y de sus secuaces (ángeles caídos y almas condenadas) que pueden aparentar ser buenos e iluminados. (Juan 8, 44 - 2a. Corintios 11, 14)
La “canalización” (channeling) o espiritismo es la práctica de comunicarse con espíritus y está prohibida expresamente en varios pasajes de la Biblia: (Levítico 19, 31; 20, 6; Deuteronomio 18, 9-12; I Samuel 28, 3), y también por la Iglesia Católica. Tanto los Padres de la Iglesia, como diversos Concilios lo han condenado, atribuyéndole un origen diabólico.
A los receptores de mensajes de estos espíritus malignos se les llama “mediums” en el Espiritismo tradicional. Ahora en el New Age se denominan “channels” o “canales”. De allí el nuevo nombre de “canalización” para esta maligna práctica.
El New Age proviene del Espiritismo, de la comunicación con espíritus malignos y de instrucciones recibidas de éstos (cfr. Isabel Vidal de Tenreiro, ¡Alerta! New Age ). Pero también lo incluye y lo fomenta. De allí el gran auge de esta práctica en nuestros días.
Se cree -erróneamente- que el Espiritismo es la práctica de contactar espíritus buenos e inofensivos. Pero ... ¿de dónde vienen estos espíritus?
Los textos bíblicos y la fundamentación de la prohibición de la Iglesia Católica, nos permiten afirmar que la información recibida mediante prácticas espiritistas NO vienen del Espíritu de Dios, ni de Sus Angeles, ni de las almas de la Iglesia Triunfante (las de los santos que están en el Cielo), ni siquiera de las almas de la Iglesia Purgante (almas que se encuentran en estado de purificación en el Purgatorio que, aunque no gozan aún de la Visión Beatífica -de la Visión de Dios- son almas ya salvadas que forman parte de la Comunión de los Santos), sino que el Espiritismo es la práctica de contactar espíritus malignos.
Las informaciones obtenidas a través de la canalización o del espiritismo, sean correctas o incorrectas, vienen del mismo Satanás y de sus secuaces (ángeles caídos y almas condenadas) que pueden aparentar ser buenos e iluminados, pero que son engañadores -igual que el jefe de los demonios: la antigua serpiente, Satanás, el inventor o padre de la mentira (Juan 8, 44 - 2a. Corintios 11, 14).
El nuevo Espiritismo a lo New Age llamado ahora "canalización", dice hacer contactos con "entidades superiores”, comunicación con supuestos "ángeles" y hasta con "extraterrestres", de quienes pretendidamente se reciben exhortaciones de orden moral y filosófico para el mejoramiento personal y colectivo, así como consejos prácticos para la vida. “Entidades superiores”, “ángeles” y “extraterrestres” son nombres engañosos para los espíritus contactados a través del Espiritismo.
Así que la llamada "canalización" o Espiritismo es la práctica de contactar espíritus malignos, que erróneamente se cree son buenos o inofensivos. La Biblia prohíbe el Espiritismo y también la Iglesia por el peligro espiritual que envuelve para quienes lo practican.

ALERTA FRENTE AL PODER MENTAL Y LA METAFISICA

El desarrollo de poderes especiales de la mente humana a través de técnicas ocultistas -aparentemente inofensivas- es peligroso. Lleva al hombre a creerse auto-suficiente y poderoso, olvidándose de que es criatura dependiente de Dios, su Padre y Creador.
La meta del hombre es llegar a Dios en el Cielo y para esto no necesita desarrollar poderes mentales, sino buscar la Voluntad de Dios durante su vida en la tierra.
El ser humano, en su curiosidad y deseo de controlar, puede sentirse atraído para desarrollar, a través de un conjunto de prácticas venidas del ocultismo, ciertas potencialidades que supuestamente duermen en el fondo de su ser, pero que no son sino un engaño más de Satanás, que es el inventor o "padre de la mentira" (cfr. Juan 8, 44), el cual sigue tratando de engañar al hombre como engañó a nuestros primeros progenitores (cfr.1a.Pe, 5-8 y Vat.II-G.S.13)
Enmarcadas dentro de estas prácticas, que pueden llevar al hombre al reino del Mal, están el Poder Mental y la "Metafísica” que forman parte del movimiento "New Age", el cual pretende destruir la fe cristiana.
En esta manifestación del New Age existe un rango bastante amplio que va desde el Control Mental hasta el desarrollo de "poderes mentales", pasando por la "Metafísica" de la venezolana Conny Méndez, que nada tiene que ver con esa rama de la Filosofía, llamada Metafísica que estudia la ciencia o naturaleza de las cosas.
En el Control Mental, por ejemplo, hay cosas que se enseñan que parecen ser inocuas, como son los ejercicios de relajación o las reglas nemotécnicas para aumentar la capacidad de memoria. El problema es que estos cursos no se quedan allí, sino que pretenden desarrollar otras facultades de origen ocultista, por tanto peligrosas. “Su sistema ... guarda semejanzas con algunas técnicas esotéricas ... pero se presentan con naturalidad, en una manera no mística, lo que les merece gran consideración por parte del público” (Nueva Era, Eileen Campbell y J.H. Brennan).
En cuanto al "Poder Mental" propiamente, éste pretende ser una facultad de la mente humana para desarrollar en el hombre la posibilidad de lograr lo que anhele.
La llamada "Metafísica", corriente extendida por toda América y aún Europa -a pesar de su ropaje cristiano, con lo que logra atraer católicos- es una mezcla de ocultismo, esoterismo, espiritismo, aderezada con unos cuantos errores contra la fe cristiana. Tiene cosas en común con el poder mental, ya que aduce que situaciones frecuentes en el ser humano, como el miedo, enfermedades, fracasos, etc., son producto de un mal manejo de la mente. Así trata de introducir lo que se ha dado por llamar el "pensamiento positivo".
Esta aparentemente inocua técnica de pensar en positivo implementada de la manera propuesta en los textos de "metafísica", así como el pretender lograr lo que se desee a través de “poderes mentales”, termina por llevar al ser humano a un rechazo de los planes de Dios y de Su Voluntad, y de las situaciones por El permitidas, pues el que usa este procedimiento comienza a tratar de obtener lo que cree merecer o necesitar, y para ello decreta y ordena lo que piensa le hará feliz. Así trata de lograr beneficios materiales, comodidades, empleos, posiciones, salud, etc., por acondicionamiento mental de sí mismo ... y lo que es más grave: de los demás.
Así, Satanás tienta al ser humano, pretendiendo hacer de él un ser auto-suficiente y poderoso, entre otras cosas, a través de técnicas de desarrollo de supuestos "poderes mentales", prácticas conducentes a confundirlo y a tratar de hacerlo "ser como dios", conocer como dios, que fue la tentación de Adán y Eva.
Sin embargo, la meta del ser humano es llegar a Dios en el Cielo y para esto no necesita desarrollar poderes mentales, sino buscar la Voluntad Divina durante su vida en la tierra.

ALERTA FRENTE A LA SANTERIA

La Santería pretende fingir un culto católico, pero es una forma oculta de idolatría.
La Santería incluye rituales paganos como sacrificios de animales, sesiones adivinatorias, trances por posesión de espíritus malignos, etc. La Biblia prohíbe todas estas prácticas y creencias 
(Levítico 19, 26 - Deuteronomio 18, 10-12) Y las prohíbe Dios el Señor, porque hacen daño, no sólo a las personas contra quienes se dirigen los ritos, sino también a los que hacen uso de ellos.
La Santería pretende fingir un culto católico, pero es una forma oculta de idolatría. La Santería incluye rituales paganos como sacrificios de animales, sesiones adivinatorias, trances por posesión de espíritus malignos, etc.
La Santería, muy extendida en toda Latinoamérica, en USA y hasta en Europa, tiene equivalentes con ligeras variantes: el Voodoo, el Macumba, el Shangó, todas las cuales se derivan de ritos tribales africanos.
La palabra "santería" se deriva de "santos", pues el santero invoca a una deidad africana ("orichas") pero finge estar invocando a la Virgen o a un Santo católico.
Surge la Santería al ser trasplantados a América los esclavos negros provenientes de la cultura "yoruba", que traen consigo sus cultos a deidades de la magia africana. Al no querer someterse al cristianismo, camuflaron sus ídolos buscando en las imágenes y estatuas cristianas algunas que se pudieran adecuar a su culto.
Así sucedió, por ejemplo, con Santa Bárbara, virgen y mártir de los comienzos del cristianismo. Su atuendo rojo con espada en la mano -signos de su martirio- ofrecía elementos característicos para "Changó" deidad masculina yoruba. Y esto mismo han hecho con cada una de las deidades de los ritos yorubas: "Ochún", deidad africana que es la mujer sensual, dueña del agua dulce, de color amarillo, se asocia a Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, la Santísima Virgen Patrona de Cuba. Las fiestas de las deidades yorubas las han hecho coincidir con los días que el calendario litúrgico católico dedica a los santos que han tomado de pantalla para sus ritos paganos la Santería.
En realidad los santeros siguen haciendo lo mismo que sus antecesores yorubas: fingiendo un culto católico, pero en realidad están rindiendo culto a ídolos. Las citas contra la idolatría son numerosísimas en la Biblia desde el comienzo en Levítico 19, 4 hasta el Apocalipsis 2, 14, en donde incluso se reprocha el comer "carnes sacrificadas a ídolos".
¿Qué medios utilizan y qué fines persiguen, entonces, la Santería, el Voodoo, el Macumba? Los fines de estos rituales paganos, en los que se dan ofrendas a los espíritus -que van desde comida hasta sacrificios de animales- danzas, tamboreras, sesiones adivinatorias y hasta trances por posesión de espíritus malignos, son los mismos que los de cualquier otro de los métodos de magia: el logro de éxitos materiales y sabiduría extra-natural, sanaciones, venganzas con daños físicos a personas, etc. Algunas de las prácticas del Voodoo van dirigidas a lograr efectos psicológicos dañinos en las víctimas.
La Santería aparenta ser cónsona con el Catolicismo e inocua para quienes la practican. Pero la Biblia prohíbe todas estas prácticas y creencias, según leemos en Levítico 19, 26; Deuteronomio 18, 10-12; Gálatas 5, 20-21. Y las prohíbe el Señor, no porque sean irreales, sino porque además de hacer daño no sólo a terceros, sino también a quienes las practican y a quienes hacen uso de ellas, los desvían del culto debido al Unico y Verdadero Dios, Creador y Redentor nuestro. Sólo El es digno de adoración y de amor.

ALERTA CON "ANGELES" QUE NO SON DE DIOS

Los Angeles de Dios son los que permanecieron fieles a El. 
Los Angeles de Dios no están para responder a los deseos o caprichos de los hombres.
“Los falsos apóstoles engañadores se disfrazan de apóstoles de Cristo ... y el mismo Satanás se disfraza de ángel de luz” (2a. Cor. 11, 13-14)
Los Angeles de Dios cumplen sólo las órdenes de Su Creador y sólo a El sirven
El nombre de “Angel” viene del griego “mensajero”, pues los Angeles - los Angeles buenos- entre otras cosas, son mensajeros de Dios. Son seres inmortales, creaturas puramente espirituales, cuya función es servir a Dios, su Creador y obedecer solamente la Voluntad Divina.
Los Angeles pueden - pero solamente si Dios así lo desea- servir de ayuda especial al hombre, como vemos en algunas narraciones de la Sagrada Escritura. Tal es el caso de Tobías, que fue acompañado por el Arcángel Rafael, sin darse cuenta de quién era su compañero (Tobías 5, 12). O también pueden servir de mensajeros, como fue el Arcángel Gabriel para la Santísima Virgen María en la Anunciación (Lucas 1, 26-37) y a San José cuando le habló en sueños en dos oportunidades (Mateo 1, 18-24 y 2, 13-15).
Los demonios o ángeles caídos, igual que los Angeles de Dios, son seres puramente espirituales, que mantiene todos sus poderes, con excepción de la gracia sobrenatural, que perdieron con su caída al oponerse a Dios.
La soberbia, el orgullo, fue la causa de la caída de los ángeles que ahora son demonios. Es decir, quisieron ser como Dios, actuar independientemente de El. Liderizados por quien fuera Luzbell, ahora Lucifer, se negaron a obedecer a Dios, se rebelaron contra su Creador.
Es artículo de fe católica que la caída del hombre vino por la tentación de Satanás (Lucifer) y que éste y los demás demonios continúan tentando y persiguiendo a la humanidad. Así leemos en la primera Carta de San Pedro (5, 8) y en el Concilio Vaticano II (G.S.13). Y nos apunta el Catecismo de la Iglesia Católica (#394) que este intento es tan fuerte y tan cierto, que Satanás trató de desviar al mismo Jesucristo de su misión.

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