Sábado 04 de Mayo del 2013
Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (16,1-10):
En aquellos días, Pablo fue a Derbe y luego a Listra. Había allí un discípulo que se llamaba Timoteo, hijo de un griego y de una judía creyente. Los hermanos de Listra y de Iconio daban buenos informes de él. Pablo quiso llevárselo y lo circuncidó, por consideración a los judíos de la región, pues todos sabían que su padre era griego. Al pasar por las ciudades, comunicaban las decisiones de los apóstoles y presbíteros de Jerusalén, para que las observasen. Las Iglesias se robustecían en la fe y crecían en número de día en día. Como el Espíritu Santo les impidió anunciar la palabra en la provincia de Asia, atravesaron Frigia y Galacia. Al llegar a la frontera de Misia, intentaron entrar en Bitinia, pero el Espíritu de Jesús no se lo consintió. Entonces dejaron Misia a un lado y bajaron a Troas.
Aquella noche Pablo tuvo una visión: se le apareció un macedonio, de pie, que le rogaba: «Ven a Macedonia y ayúdanos.»
Apenas tuvo la visión, inmediatamente tratamos de salir para Macedonia, seguros de que Dios nos llamaba a predicarles el Evangelio.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 99,1-2.3-5
R/. Aclama al Señor, tierra entera
Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con vítores. R/.
Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño. R/.
El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades. R/.
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Juan (15,18-21):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si el mundo os odia, sabed que me ha odiado a mí antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo os amaría como cosa suya, pero como no sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo, por eso el mundo os odia. Recordad lo que os dije: "No es el siervo más que su amo. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra." Y todo eso lo harán con vosotros a causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió.»
Palabra del Señor
Comentario al Evangelio del Sábado 04 de Mayo del 2013
Queridos amigos:
En los textos de hoy encuentro una tensión entre el "Ven y ayúdanos" de la primera lectura y el "Por eso el mundo os odia" del evangelio de Juan. Esta tensión se da en el día a día de nuestra existencia cristiana. ¿Cuántas veces hemos sentido las "llamadas", los gritos, de la realidad? A veces, se trata de una persona en apuros; otras, de una situación de injusticia flagrante; otras, de un desierto de indiferencia religiosa. Cuando no blindamos nuestro corazón a la realidad, oímos muchas veces la voz que Pablo oyó: "Ven y ayúdanos". Sentimos que el mundo es la casa familiar en la que podemos echar una mano. Experimentamos una corriente de simpatía y de solidaridad. ¡Estamos hechos para servir a este mundo, para responder a sus llamadas!
Pero, ¿no es verdad que, en ocasiones, experimentamos también el "odio" del mundo? No me refiero, naturalmente, a las críticas que a menudo recibimos los creyentes por nuestras conductas inauténticas, sino a esa persecución (sorda o abierta) de que somos objeto simplemente porque representamos otra manera de entender la vida. Jesús nos habla sin tapujos. Si nunca somos perseguidos, entonces estamos jugando al "más de lo mismo", no representamos ninguna novedad, ninguna alternativa. Y, lo que es más radical, no nos parecemos a nuestro Señor, que fue perseguido hasta la muerte.
Vuestro amigo.
Fernando González
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