El Papa Francisco durante la celebración de las Segundas Vísperas de la Conversión de San Pablo / Foto: Daniel Ibáñez (ACI Prensa)
(ACI).- El Papa Francisco celebró este jueves las Segundas Vísperas de la Solemnidad de la Conversión de San Pablo, y destacó que al Apóstol “la gracia de Dios lo empujó a buscar la comunión con los otros cristianos”.
“¡Cuántos hermanos hoy sufren persecuciones por el nombre de Jesús! Cuando su sangre es derramada, también si pertenecen a confesiones diversas, se convierten juntos en testimonios de la fe, mártires, unidos en el vínculo de la gracia bautismal”, afirmó durante su homilía pronunciada en la Basílica de San Pablo Extramuros.
En la Misa, con la que concluye la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, el Santo Padre señaló que “todos nosotros, los cristianos hemos pasado a través de las aguas del Bautismo, y la gracia del Sacramento ha destruido a nuestros enemigos, el pecado y la muerte. Salidos de las aguas hemos alcanzado la libertad de los hijos; hemos emergido como pueblo, como comunidad de hermanos y hermanas salvados”.
Luego el Pontífice se refirió a San Pablo, “de quien hoy celebramos la conversión”. El Apóstol, recordó, “hizo la potente experiencia de la gracia, que lo llamó a convertirse, de perseguidor a apóstol de Cristo”.
“La gracia de Dios lo empujó a buscar la comunión con los otros cristianos, rápido, primero en Damasco y luego en Jerusalén. Es esta nuestra experiencia de creyentes. Conforme crecemos en la vida espiritual, comprendemos siempre mejor que la gracia” nos lleva junto a los demás y a compartir con ellos, afirmó.
En ese sentido, dijo que cuando doy las gracias “a Dios por cuanto hizo en mí, descubro que no canto solo, porque los demás hermanos y hermanas entonan el mismo canto de alabanza. Las varias confesiones cristianas han tenido esta experiencia. En el último siglo hemos finalmente comprendido que estamos juntos sobre las orillas del Mar Rojo”, como Moisés y los israelíes que huían del faraón.
Así, indicó que “cuando decimos que reconocemos el Bautismo de los cristianos de las otras tradiciones, confesamos que también ellos han recibido el perdón del Señor y la gracia que actúa en ellos”.
“Junto a los amigos de las otras tradiciones religiosas, los cristianos afrontan hoy retos que menosprecian la dignidad humana: escapan de situaciones de conflicto y miseria, son víctimas de la trata de seres humanos y de otras esclavitudes modernas, padecen privaciones y hambre, en un mundo siempre más rico de medios y pobre de amor, donde continúan aumentando las desigualdades”, expresó.
Sin embargo, dijo que como los israelíes del éxodo, los cristianos son llamados a custodiar juntos el recuerdo de cuanto Dios ha hecho en ellos”. “Reavivando esta memoria, podemos sostenernos los unos a los otros y afrontar, armados solo de Jesús y la dulce fuerza de su Evangelio, cada desafío con coraje y esperanza”, concluyó su homilía.
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