25-04-2001
Virgen:
(A propósito del apostolado)
¡Ay hija! ¡Muchísima caridad, por favor! Hija, tratáis con almas, ¡muchísima
caridad para ellas! Mucho cuidado283 con los caídos, mucho respeto por los
pecadores. Condenad al pecado, no al pecador.
Eso sólo le corresponde a Dios.
Hija, sí, “entra en las almas como de puntillas”, ahora que te concedo acercarte a su
cancel, entra, pero haciendo reverencia. Es terreno sagrado, es el sitio de Dios, es la
morada de Dios, de la Santísima Trinidad.
283 De cuidarles
26-04-2001
Jesús:
Has de ir hija, has de ir ante ellos y decirles que la Nueva Evangelización no
precisa de frases rebuscadas y presupuestos filosóficos nuevos. Lo novedoso de la
Nueva Evangelización radica en el Amor, en el Amor de Cristo radicalizado en su
Corazón, Corazón de Hombre y Corazón de Dios, Corazón de Dios–hecho–
Hombre.
Enamorarse de Cristo, conocer y aumentar ese Amor, es lo que dará al hombre la
capacidad de amar a Dios y de amar a sus semejantes.
Es la Fuente del amor
esponsal, familiar, sacerdotal, de hermandad, de amistad, es la Fuente de donde
brotan todos los demás amores.
Pero si el hombre pretende amarse a sí mismo y amar a los demás sin amar a Dios,
he aquí que nunca, nunca encontrará su plenitud, nunca su feliz destino, no podrá
acercarse al Padre al final de su vida y decirle:
Padre, hice todo lo que me
mandaste. Porque ¡por qué abomináis de la Ley de Dios!, hijos descarriados, ¡el
primer mandamiento que ya hace siglos que olvidasteis es este: “Amarás al Señor
tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser”!284 Por qué predicar
y decir que “la Ley de Dios mata”. La Ley no mata, hijos, la Ley da Vida, da la
Vida. El Primer Mandamiento de la Ley de Dios dado a vuestros padres por medio
de Moisés es: “Amarás a Dios sobre todas las cosas”. ¿Por qué decir que mata al
hombre cumplir y amar la Ley? Cierro los ojos y me estremezco al pensar en la
suerte que correréis al ser expulsados de mis entrañas de Padre. Quien confunde y
descarría a mis ovejas no tiene parte Conmigo y será arrojado a la gehenna. Esta es
la Ley, estos los profetas, ¡escuchad a los profetas!
Oscurecido y envilecido el mundo, tergiversador de la Verdad, son enviados a
vosotros los profetas para aclarar lo que está oculto. Para desescombrar la Obra,
hace falta deciros claramente las cosas porque ya no veis.
Oscuro mundo de Satanás, viles mentiras, hermosas disputas por un puesto a mi
lado, abandono cobarde de vuestra grey, oscurantismo y falsedad, ¡no–verdad!, noverdad
en vuestros juicios, no–cierto, blasfemo, horrendo, hediondo a mis Ojos.
No podéis recibir mi Amor ni mi Espíritu porque me habéis expulsado de vosotros
mismos con vuestras obras de muerte. No digáis entonces que vuestros cuerpos son
Templos del Espíritu285 porque estáis habitados por Satanás y es el espíritu del mal
quien os gobierna y rige vuestras vidas.
¡Volved!, volved a la Verdad. En la Tradición de la Iglesia, mi Casa, se encuentran
los presupuestos filosóficos básicos y claros, certeros, sin confusiones y
complicaciones. Desempolvadlos de vuestras librerías y predicad eso, no
confundáis más a mi grey, que ya está muy confundida. No busquéis en amarga
búsqueda nuevas verdades, nuevos presupuestos básicos. Ya están dados. Con esos,
aclarad el paso vacilante de mi pueblo en su peregrinar en esta época oscura y
recibid el Espíritu para solucionar las cuestiones actuales que no son más que
desastre producido por no amar el Bien, por no Amar a vuestro Dios y su Dios.
¿Queréis recibir el Espíritu? Venid a Mí, venid verdaderamente a Mí, y de mi
Corazón sacad Aguas con gozo286 para vuestra salvación. Amén.
284 Cfr. Dt 6,5.
285 Cfr. I Co 6,19; 3,16.
286 Cfr. Is 12,3.
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