A todos nos gusta creer que nuestros amigos y seres queridos fallecidos, están ahora contentos y en paz con Dios en el cielo y, sin embargo la Iglesia Católica enseña en su
Catecismo que:
“Todo aquel que muera en la amistad de Dios, aun siendo imperfectamente purificado, aunque esté seguro de su eterna salvación, después de la muerte se someta a la purificación, a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo (1030).”
Pero entonces, ¿cuál es exactamente el lugar o el estado de purificación al que la Iglesia llama Purgatorio? Y ¿estamos todos destinados a pasar por él o existe la esperanza de una ruta directa al cielo?
A pesar de que en estos 33 años Nuestra Madre habla poco sobre el Purgatorio confirma su existencia y al mismo tiempo nos dice que no es necesariamente un lugar al que estemos destinados. Ella, también hace hincapié en la importancia de la oración para la purificación de las almas del purgatorio. En 1982 respondió a una pregunta en relación al purgatorio:
“Hay muchas almas en el purgatorio. También personas consagradas a Dios, algunos sacerdotes y religiosos. Recen por ellos. Al menos siete Padrenuestros, Avemarías y Glorias y el Credo. Hay un gran número de almas que han estado en el purgatorio por un largo tiempo porque nadie ha rezado por ellas.” (21 de julio de 1982)
Unos días más tarde Nuestra Madre hizo hincapié en la importancia de los sacramentos para no pasar por el Purgatorio. Respondiendo a una pregunta sobre una persona que había llevado mala vida, preguntando ahora si estaba perdonada, Ella respondió: “Quien haya hecho mucho mal durante su vida, puede ir directamente al cielo si se confiesa y se arrepiente de lo que ha hecho y recibe la comunión al final de su vida.” (24 de julio, 1982)
Solo una vez en todos los mensajes semanales y mensuales que la Virgen da, pide que se rece por las almas del purgatorio: “Queridos hijos, hoy deseo llamarlos a rezar diariamente por las almas del Purgatorio. Por cada alma. La oración y la gracia son necesarias para llegar a Dios y a su amor. Haciendo esto, queridos hijos, obtendrán nuevas intercesiones que los ayudarán en su vida a darse cuenta de que las cosas terrenales no son importantes para ustedes, que solo el cielo es aquello por lo que es necesario esforzarse. Por lo tanto, queridos hijos, oren sin cesar, sean capaces de ayudarse ustedes mismos y a los demás, cuyas oraciones traerán alegría. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!” (6 de noviembre de 1986)
Podríamos resumir estos breves mensajes en los siguientes puntos:
– El purgatorio existe
– Muchas almas van directamente allí – algunos sacerdotes
– Existe un sentido del tiempo
– Las almas del purgatorio necesitan de tus oraciones
– Nuestras oraciones son alegría para las almas del purgatorio
– Podemos evitar el purgatorio si recibimos los sacramentos
– Rezando por las almas del purgatorio, recibimos nuevas intercesiones
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