22-03-2011
Jesús:
A las almas que oráis y os ofrecéis por los sacerdotes:
Tenéis que rezar mucho hoy, porque estos hijos míos, mis servidores, se encuentran
muy tentados hoy día por la Serpiente.
Pensad que como es un pueblo, así es su pastor.
Pensad que si vuestro pastor no encuentra eco en vosotros, perderá la fe.
Quisiera que, juntas, ¡oh, almas! construyerais un dique de contención contra toda
la marea negra que se les viene encima.
¡Pueblo! ¡Proteged a vuestros sacerdotes!
¡Pueblo! ¡Orad por vuestros sacerdotes!
¡Pueblo! ¡Dad la vida, si es preciso, por ellos!
Sin ellos no hay Eucaristía.
Sin ellos no hay vida, no tendréis la Vida.
24-03-2011
Jesús:
Yo quisiera que tú fueras transmisora de mi Alegría. Quiero que tú seas como una
bocanada de aire fresco para este mundo que se agota y se ahoga en su propio
pecado y horror. Rodéate de mi máxima Alegría en tu vida.
Mira que Yo quiero una Esposa alegre.
Mira que ellos nunca seguirán a una “mustia”.
Sé esa esposa femenina, que siempre tiene una mirada alegre y una sonrisa para su
Esposo. Su Esposo la estará esperando. En realidad, vive y se alimenta todo el día
de aquella sonrisa de su cara.
No. A Mí no me gusta veros mustios y tristes en mi Presencia. Cabizbajos y llenos
de preocupaciones. Que venís a Mí y me contáis sólo lo malo de todo lo que os ha
pasado en el día. ¿Es eso lo único que traes para tu Dios? ¡Qué poco le amas,
entonces! Crees que Él es el solucionador de problemas. Como una especie de gurú
o médico, o talismán que, usado, te dará la felicidad.
¡Qué poco comprendéis el Amor de Dios!
¡Qué poco entendéis que Yo estoy aquí496 verdaderamente, y Soy Hombre! Como
Hombre, tan sólo deseo una sonrisa de mi criatura. ¿Me darás tu sonrisa?
496 En la Eucaristía.
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