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Noticias de Guipuzkoa).- El desafío es mayúsculo. La Iglesia afrontará durante prácticamente todo el próximo mes de octubre un debate sin precedentes sobre la familia. El papa Francisco, para disgusto de los sectores más conservadores de la jerarquía eclesiástica, mantiene viva la llama de la renovación dignificando la labor evangelizadora y
rechazando cualquier prejuicio que pueda arrinconar, discriminar o incluso apartar a creyentes de la fe cristiana por distintas circunstancias personales.
Así lo ha hecho desde que en 2013 asumió el Pontificado y más recientemente cuandoconfirmó que las personas separadas y divorciadas continúan siendo parte de la comunidad católica y, como tal, su presencia y participación en la Eucaristía es bien recibida. Esta consideración del Papa (una de las varias que deberán ser analizadas en ese próximo Sínodo de la Familia), ya ha sido descartada por prelados como Antonio María Rouco Varela y el obispo de Donostia José Ignacio Munilla, reticentes al ambiente de cambio que se respira en el Vaticano.
Sin embargo,
un grupo de teólogos entre los que se cuentan varios vascos (
José Antonio Pagola, Javier Vitoria y Jesús Martínez Gordo) se han movilizado para responder y tratar de neutralizar ese movimiento conservador que permanece asentado en la jerarquía eclesiástica y que, de algún modo, quiere ejercer una evidente posición de presión y han recogido medio millón de firmas en la postura del Papa sobre este y otros asuntos como el de la homosexualidad, por ejemplo.
Esta veintena de teólogos temen que la regeneración de la Iglesia cristiana se vaya al traste por la negativa de este sector más tradicionalista. Así lo entiende Javier Vitoria, uno de los firmantes de la Carta al Obispo de Roma quien, en declaraciones a este periódico alertaba de que "si se mueven es para poner en peligro esa postura de aperturismo del Papa".
Tal y como ilustraba Vitoria (sacerdote y profesor en la Universidad de Deusto) el movimiento conservador eclesial ha hecho de la moral familiar una suerte de bastión, cerrándose a toda invitación al debate y a la reflexión sobre la cristiandad; en definitiva, evitando cualquier intento de actualizar los postulados de la Iglesia y convirtiendo en cuestiones fundamentales circunstancias accidentales. "El mundo conservador siempre se mueve en esos terrenos y lo hace de una forma dogmática y, a mi juicio, excesivamente sectaria", subrayaba el teólogo.
La iniciativa surgida hace apenas una semana ya tiene su reflejo en las redes sociales a través del
portal digital Change.org donde todas las personas que quieran pueden mostrar su apoyo al documento y, por ende, al pronunciamiento del papa Francisco para que divorciados y separados no sean excomulgados. Ayer, apenas 72 horas después de su puesta en marcha, casi 4.000 firmas avalaban esa consideración.
El texto viene a pedir coraje, humildad y, sobre todo, misericordia y comprensión. El primero para reflexionar con franqueza sobre la realidad; la segunda para escuchar a la sociedad actual y a las comunidades cristianas; y las dos últimas para acompañar y atender a esos creyentes que, por una u otra circunstancia, han sido marginados de la Eucaristía y que ahora, el pontífice quiere reintegrar plenamente a la comunidad cristiana pese a la influencia y el empuje que puedan tener esos sectores más conservadores.
Oportunidad histórica
En este sentido, el teólogo Javier Vitoria exponía su esperanza de que el papa Francisco sea capaz de conservar su postura durante el Sínodo de la Familia. De no hacerlo, estimaba el sacerdote y docente, "la Iglesia habrá perdido una oportunidad histórica. En este momento la Iglesia no puede seguir ofreciendo esa imagen de dureza y rigidez en determinadas cuestiones, que son muy complejas, si quiere realmente seguir anunciando algo que no tiene que ver con la moral sino con la buena nueva vinculada al Dios de la vida y de la felicidad del ser humano".
Con todo, y como buen conocedor de los mecanismos y fuerzas internas de la jerarquía eclesiástica, no esconde sus recelos. "Por eso la carta. Porque no estamos tan seguros de que la propuesta del Papa, que nos parece de sentido común, vaya a salir adelante". En ese próximo Sínodo de la Familia (que se celebrará en el Vaticano entre el 4 y el 25 de octubre) estará el presidente de la Conferencia Episcopal Española, Ricardo Blázquez, y el obispo de Bilbao, Mario Iceta, quien hace pocas fechas se pronunció de forma pública sobre este asunto asumiendo los pensamientos del Papa.
Precisamente, la Diócesis de Bilbao envió a Roma a finales del año pasado las opiniones acerca de este tema de alrededor de 2.000 personas integradas en las comunidades de base. Y es que el pontífice, en una acción sin precedentes, ha querido "preguntar al Pueblo de Dios qué es lo que siente, piensa", sentenciaba Vitoria.
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