A Youssef Masaad le conocí en la presentación del libro "
Cristianofobia: la persecución de los cristianos en el siglo XXI", de Luis Antequera. Escuchando su testimonio y, más tarde, hablando en particular con él, se me hacía un nudo en la garganta. Y esa sensación se ha producido cada vez que he tenido una conversación con él. Youssef es un sirio que vive en España. Habla de su tierra con mucha tristeza, y no es para menos. Pero no se queda con los brazos cruzados y para ayudar a su pueblo ha creado la "Asociación de Amigos de los pueblos cristianos orientales en España".
Le hemos entrevistado en exclusiva mientras las distintas partes implicadas en la guerra no cumplen el alto el fuego. La semana que viene enviaremos un análisis suyo sobre la guerra en Siria:
¿Cómo y porqué vino a España?
Hace años viví en España pero luego volví a Siria por mis negocios para más tarde volver a España otra vez cuando se complicaron las cosas por la guerra en el año 2013 en Damasco. Secuestraron a mi hermano, quemaron nuestra casa y perdimos el negocio que nos permitía vivir allí. Salieron mis hijos de la ciudad para emigrar a otro país y después lo hice yo con mi mujer.
Díganos en qué consiste la Asociación que ha creado: Amigos de los pueblos cristianos orientales en España. ¿Hace cuanto creó la Asociación?
El motivo es para ayudar a los refugiados que vienen a España huyendo de las persecuciones y de la guerra. También ayudamos a los habitantes de los países que no han podido salir de su país pero han tenido que cambiar de ciudad perdiendo así su trabajo y vivienda. La cree hace un año.
¿Hace cuánto que no va a su país?
Hace 30 meses.
¿Tiene familiares aún en Siria? ¿Puede hablar con ellos? ¿qué le cuentan?
Si, y hablando a diario con ellos por todos los medios, especialmente cuando hay alguna noticia importante en la zona donde viven ellos, aunque a veces es difícil comunicarse por los cortes de electricidad y teléfono. Me cuentan sobre la situación, cómo viven, quién murió cada día, sobre el precio de los productos de alimentación que están subiendo mucho y la gasolina y los alquileres de las casas. También que no hay seguridad.
¿Cómo era Maloula, su pueblo, antes de la guerra y como es ahora?
Si, soy del pueblo de Maloula, con una historia de 10.000 años que empezó con el hombre de Cromañón que usó las cuevas como viviendas y así se llegó hasta la actual civilización, conservando las tradiciones muy antiguas.
Maloula ha sido un lugar muy importante del cristianismo porque en este pueblo de 17.000 habitantes hay 9 iglesias, dos del siglo IV y las hemos conservado hasta hoy al igual que el idioma arameo que habló Nuestro Señor Jesucristo.
Por este motivo fue un pueblo turístico al nivel de Palmira, que atraía a mucha gente, y fue motivo también de peregrinación religiosa, sobre todo al convento de Santa Tecla.
Hace tres años entraron los rebeldes y destruyeron casas, iglesias y conventos, robaron iconos y las campanas de las iglesias. Quemaron casas y desaparecieron con el botín, después de secuestrar a 12 monjasdel convento de Santa Tecla y a otros habitantes y asesinar a parte de la población y obligaron a emigrar a los cristianos del pueblo durante un año. Estos hechos están registrados en diferentes medios de comunicación. Después de este año el ejército liberó al pueblo y en la actualidad están volviendo poco a poco, aunque muchos salieron fuera como es mi caso y no hemos podido volver. Otros quedaron refugiados en otras ciudades. Los que han vuelto viven en una mala situación por falta de infraestructuras e incrementos de los precios de productos de subsistencia básica.
Cree que los gobiernos internacionales y la ONU está haciendo lo suficiente para parar la guerra en Siria?
Al revés, nadie tiene interés por parar la guerra en Siria menos los ciudadanos sirios porque hay varios países como Arabia Saudita, Qatar, Turquía e Israel que no quieren que se recupere.
¿Cree que los cristianos occidentales están haciendo lo suficiente por los cristianos perseguidos en Asia y África?
La población cristiana occidental está haciendo esfuerzos por apoyar y ayudar pero no tiene la posibilidad efectiva para impedir el abuso sistemático contra los cristianos que viven en estos continentes.
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