No estarán en los palcos oficiales viendo pasar procesiones. Tampoco estarán en las presidencias de los cortejos, delante de los artísticos ‘pasos’, en la nebulosa de incienso… Ni podrán extasiarse al son de los compases de una marcha. Ni contemplar la imagen de su devoción pasar, mecida en los hombros, por ejemplo, de los valientes cargadores de La Isla. O portada por esforzados costaleros de cualquier punto de la España cofrade.
No, ellos no lo verán. Han sido borrados.
No podrán usar siquiera esas insignias doradas de solapa y esa gomina de pelo, tan característica de estos días, y elementos imprescindibles acompañando el terno de traje oscuro del
caballero cofrade. Tampoco podrán usar las minifaldas negras o las mantillas, en el caso de las damas.
Ellos no estarán. Han sido borrados de la Semana Santa. Han sido abortados, masacrados, despedazados, en esos lugares de muerte llamados abortorios, que se dedican a ello. En esas mal llamadas “clínicas” que no curan nada, sino que destrozan dos vidas: la del hijo no nacido y la de la madre, casi siempre presionada y engañada, que acude allí.
Sí, es el mismo Cristo el que muere en esos sitios, en esas “empresas” a las que sólo en Andalucía se les ha regalado casi 5 millones de euros para que hagan su labor, por parte de la Presidenta Susana Díaz, presidenta socialista con el apoyo de Ciudadanos.
Jesucristo mismo (es a Mí a quien lo hicisteis, Mt.25,40) se identifica con el que sufre, con el desprotegido, con el miserable. Con el digno de misericordia. Se identifica con el hambriento, el sediento, el enfermo y el encarcelado.
¿Y qué persona es más hambrienta o sedienta que un niño en el útero, si su madre le quita el alimento? ¿qué ser humano enferma antes, si su madre lo arranca de su seno, que el no-nacido dentro del mismo? ¿qué peor cárcel que la de un vientre convertido en una tumba?
Por eso, Cristo muerto hoy en tantos niños asesinados en abortorios, gólgotas modernos y asépticos. Disfrazados de libertad, camuflados de bien social, parapetados en la ley injusta e ignominiosa.
Cristo despojado hoy, despojado de todo. De vida y de dignidad también, pues ésta no es considerada a la hora de legislar o de practicar el homicidio abortista. Hace unos días, un universitario de biología, abortista él, me decía nada menos que abortar era “la muerte de un agregado de células sin tejidos diferenciados“. Y eso es, precisamente, lo que ellos creen y lo que nos quieren hacer creer a nosotros. Que el ser humano no tiene entidad como tal.
Qué decir a este respecto de las leyes de Maternidad Subrogada o Vientres de Alquiler. Un tema de máxima actualidad por la denigrante postura de la Presidenta popular de Madrid. Y por el debate a nivel europeo que tiene lugar. Una venta de seres humanos, una degradación de la maternidad.
Ya no es sólo la supresión del padre en la reproducción asistida. Ahora se trata de borrar a la madre vendiendo su útero como máquina de producción. Más adelante, nuestra imaginación ya horrorizada puede seguir… eliminar incluso hijo humano por algo que mejor no pensar…
Cuando el hombre quita a Dios y juega a serlo, nada se puede descartar.
Por eso, en esta Semana Santa, cuando pase Jesús con la cruz, cuando lo veamos triturado por nuestros crímenes, cuando lo contemplemos padeciendo o muerto en el Gógota, en las iglesias o en las procesiones, pongamos en su lugar la figura de esos niños, también de esas madres sufrientes.
Y pidámosle la fuerza necesaria para actuar, para ponernos manos a la obra. Para no fallar a Cristo que quiere rescatar a sus hermanos. Que quiere liberar al mundo de esta lacra del aborto.
Termino con unas palabras de esperanza para los que estamos en la lucha por la defensa de la vida y la dignidad humana. Y con la convicción es que no existirá nunca verdadera libertad, y por tanto verdadera democracia, si no liberamos a la sociedad de esta gran mentira abortista.
Estas palabras esperanzadoras, que ahora reproduzco, fueron dichas precisamente por Alberto Ruiz-Gallardón en el reciente Forum Un de Nous / One of Us, en París, hace una semana:
“Sois vosotros quienes defendéis la idea más moderna y progresista que ha existido:la defensa de la vida. Son los que no defienden la vida los que están anclados en el pasado, son ellos los que han perdido la confianza en el ser humano”
@petrusquinta
diariodemosquetero.wordpress.com
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