Situada en el centro del barcelonés barrio de Gracia, la parroquia de Santa María de Gracia, ha sido testigo del paso de la historia de la ciudad desde 1835, aunque su edificación actual se concretó en 1935, por el impulso del obispo de Barcelona Manuel Irurita.
Y puede que esté a punto de desaparecer, más de 180 años después, si prospera una moción para expropiar y derribar el templo que ha recibido ciertos apoyos en los llamados “procesos participativos” que está desarrollando en consistorio barcelonés para incorporar ideas al Plan de Actuación del Distrito.
Esta es la petición que aparece en la web del Ayuntamiento de Barcelona y que pide la expropiación del templo
Esta es la petición que aparece en la web del Ayuntamiento de Barcelona y que pide la expropiación del templo

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La propuesta, que podría suponer la expropiación y derribo del templo, sostiene que la parroquia es una “equipamiento infrautilizado y anacrónico” que “debería ceder su cabida a la Escuela Patronat Domenech”, según ha publicado Germinans Germinabit.
Según ha podido saber Actuall de fuentes de la parroquia, de momento no hay excesiva preocupación, ya que consideran que es una propuesta inviable desde el punto de vista jurídico.
Aseguran que “es una propuesta que por ley no sale adelante”, aunque, matizan que todo podría ser posible si prima el empeño de la alcaldesa.
El temor que expresan no es infundado, si tenemos en cuenta el curriculum laicista que ha desplegado la administración local de Barcelona desde que Colau rige los designios de la Ciudad Condal.
Empezó con una “ocurrente” campaña publicitaria que, emulando la consigna de principios del siglo XX “la única iglesia que ilumina es al que arde”, empapeló barcelona con carteles que “La única iglesia que ilumina es la que paga la luz”.
Y pronto se lanzó a apoyar con fondos públicos la celebración de los Premios Ciudad de Barcelona, en los que se profirió una suerte de versión blasfema y ofensiva del Padrenuestro cristiano, que la alcaldesa aplaudió con fervor, a pesar de las manifestaciones, las iniciativas legales y los miles de protestas recibidas a través de internet.
Para la dirigente podemita barcelonesa, se trató sólo de “un canto contra el patriarcado”. Y mientras tanto, se suceden ataques a parroquias de la ciudad como la de San Andrés.