09-05-1999
Jesús:
Soy Jesús, soy tu Señor, tu Esposo, tu Vida y tu Todo.
En España las gentes mueren de sed, mueren de hambre. Esto es tierra de misión.
Es peor aún, esto es tierra de apóstatas, tierra de satanases y de viles mercenarios,
que se venden al enemigo y capturan a los míos.
Mis sencillos, mis niños, son abandonados a la muerte por inanición, a la
deshidratación. Se les niega su sustento. Y en mi Iglesia, ante estos asesinatos, veo una amplia sonrisa (de aceptación). Y mi Cuerpo se llena de nuevas Llagas, que
nadie cura, nadie observa, nadie se da cuenta.
Yo necesitaría un Ejército de contraataque, que atendiera a mis necesidades
actuales.
Me encuentro en Getsemaní, y pronto seré vendido por el traidor, apresado, y
empezaré la Pasión.
¿Tú comprendes esto? Díselo a ellos.
Vosotros estáis en mi Corazón, y desde Getsemaní se hicieron más intensos los
dolores interiores y comenzó mi Muerte.
Yo os llamo a todos, clamo porque acudáis a Mí, espero que vengáis. ¿Cuántos lo
haréis? Os espero.
Venid Conmigo a mi Pasión. La conocéis. ¿Diréis que no?
Y venid Conmigo a mi Gloria. ¿A esto sí?
Yo os digo que ninguno que no haya pasado por la Pasión podrá poseer la Gloria
Eterna.
13-05-1999
Virgen:
Gracias a todos mis pequeñuelos que oyen mi Voz. Gracias por vuestras oraciones
y mortificaciones por los pobres pecadores.
Mas mi Corazón tiene muchas espinas clavadas todavía, mi Corazón necesita de
grandes reparaciones, grandes ofrendas y holocaustos. Necesito vuestra pobre vida,
vuestra ofrenda total, para poder entregársela a Dios Padre.
El, enojado con vuestra
humanidad, está decidido a enviar su Ira. Pues, ¡sois tan pocos los que respondéis!
Y el mundo camina hacia su autodestrucción.
¡Si Yo encontrara al menos un Resto fiel hasta la misma muerte, fervoroso y
ardiente en su caridad, abnegado y entregado, dispuesto al máximo sacrificio
igualándose así a su Señor Jesucristo!
Yo confío en vosotros. Algunos seréis grandes santos. Animaos con estas
Promesas. Oíd... y actuad. ¡Presto!
El demonio pretende ahogarme, pero Yo me he preparado silenciosamente, sin que
él lo sepa, un gran Ejército que mantendré en su lucha hasta el final.
¡¡Y Su Reino vendrá!!
Oh, alegría sin límites. Pasión de amor e identificación suma con el Amado, que os
es preparada por Mí. Yo preparo vuestro tálamo nupcial, para las Nupcias con el
Amor de los Amores, para vuestra unión eterna. Pensad en sólo esto: Unión por
siempre, unión eterna.
¡Gozaos Conmigo! Sentid que su Reino está al venir, su Reino no tendrá fin.
Tengo en una lista todos vuestros nombres. Hermosos y queridos nombres de mis
tiernos hijitos...
No entristezcáis a vuestra pobre Madre y acudid prestos todos a su Llamada.
Acudid a su Cita. Os espera anhelante. Teme por alguno de vosotros. No le defraudéis.
¡Pensad que no depende de vuestra grandeza! Si alguno se siente
pequeño, ¡que venga a Mí!, que medite que al más pequeño de todos lo amo Yo
singularmente más que a nadie, porque me necesita más que nadie. Yo sólo pienso
en darme a todos vosotros, y especialmente al más necesitado de su Divina
Misericordia. ¡Qué contenta tendréis a vuestra Santa Madre, si cuento, y estáis
todos! Oh, venid, acudid a Él.
¿No sentís sus Brazos flagelados prontos y abiertos para estrecharos con toda su
Fuerza? ¿No sabéis que cuando Él perdona, ya no vuelve a acordarse? ¿No os ha
sido explicada de todas las maneras posibles su Infinita Misericordia?
Vosotros que le conocéis, ¡no le dejéis! Agoniza, mis niños, agoniza, y nadie le da
de beber. Acudid con vuestra copa, pequeña, grande, con vuestra copa al fin,
prontos a saciar su Sed de vosotros. Sed felices en su Presencia. En medio de las
adversidades y de las dichas, el Señor permanece, Él no cambia, Él está y Él estará.
Volad a Él. Sus Brazos, su Espíritu os recogerá y os fundiréis en ese Horno ardiente
de Caridad Infinita por siempre jamás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario