El Papa Francisco en el Santuario de las Nazarenas en Lima. Captura Youtube
(ACI).- El Papa Francisco sostuvo un emotivo e intenso encuentro esta mañana con 550 religiosas contemplativas de todo el Perú en el Santuario de las Nazarenas, a quienes dijo: “¡Cuánto necesitamos de la unidad en la Iglesia!”.
El Santo Padre llegó hasta el lugar en donde se conserva la sagrada imagen del Señor de los Milagros, la devoción religiosa más importante del Perú, y allí presidió el rezo de la hora tercia.
Antes de su homilía, el Santo Padre escuchó el saludo de la Priora del Monasterio de Carmelitas de Nazarenas, Madre Soledad, quien resaltó que “nuestra vida consagrada es un constante buscar el rostro del Señor y lo encontramos siempre en la Cruz llenándonos del gozo de su amor entregado”.
“Lo encontramos en la meditación de la Palabra y en su Corazón traspasado y vivo en la Santísima Eucaristía”, agregó.
La Madre Soledad refirió también que “somos misioneras de la contemplación y desde el silencio del claustro caminamos siempre al lado del Papa, de los Obispos, de los sacerdotes y de los religiosos sembrando amor”.
Después de su saludo la religiosa hizo algunos presentes al Pontífice con quien conversó brevemente
En su homilía, el Pontífice exclamó: “¡Cuánto necesitamos de la unidad en la Iglesia! Que todos sean uno. ¡Cuántos necesitamos que los bautizados sean uno, que los consagrados sean uno, que los sacerdotes sean uno, que los obispos sean uno! ¡Hoy y siempre!”.
“Unidos en la fe. Unidos por la esperanza. Unidos por la caridad. En esa unidad que brota de la comunión con Cristo que nos une al Padre en el Espíritu y, en la Eucaristía, nos une unos con otros en ese gran misterio que es la Iglesia”.
El Santo Padre exhortó a las religiosas a que, “por favor, recen mucho por la unidad de esta amada Iglesia peruana porque está tentada de desunión. A ustedes les encomiendo la unidad, la unidad de la Iglesia, la unidad de los agentes pastorales, de los consagrados, del clero y los obispos”.
En palabras improvisadas, el Pontífice alertó: “El demonio es mentiroso y además es chismoso. Le encanta estar llevando de un lado por el otro, busca dividir, quiere que en la comunidad unas hablen mal de las otras”.
A continuación repitió algo que ya ha dicho en otras ocasiones: “¿Saben qué es la monja chismosa? Es terrorista peor que los de los de Ayacucho hace años, peor, porque el chisme es como una bomba: tira la bomba, destruye y se va tranquilo. Monjas terroristas no, sin chisme. Ya saben el mejor remedio para no chismear es morderse la lengua”.
Al mencionar a Ayacucho el Santo Padre se refirió al lugar en donde se originó el terrorismo de Sendero Luminoso que asoló al Perú en las décadas de 1980 y 1990, dejando miles de muertos.
“Que todo aquel que se acerque a ustedes pueda pregustar la bienaventuranza de la caridad fraterna, tan propia de la vida consagrada y tan necesitada en el mundo de hoy y en nuestras comunidades. Cuando se vive la vocación en fidelidad, la vida se hace anuncio del amor de Dios”, continuó.
Francisco resaltó luego que “la Iglesia no las tolera a ustedes ¿eh? ¡Las necesita! La Iglesia las necesita con su vida fiel sean faros con su vida fiel e indiquen a Aquel que es camino, verdad y vida, al único Señor que ofrece plenitud a nuestra existencia y da vida en abundancia”.
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