14-08-2000
(Paray-Le-Monial)
Jesús:
Sí, ámame niña, ámame con tu efusivo amor, piensa que no quiero otro. Ése me
gusta, ése me agrada. Porque necesito las efusiones de amor, también Yo las
necesito, necesito las efusiones de amor de mis criaturas.
Oh, ¡las almas frías! ¡Cuánto me hieren! Las almas -tú también-, cuando sois frías,
me herís profundamente, máxime si conocéis mis Secretos Profundos, máxime si se os han sido revelados, máxime si habéis recibido Nuestros cuidados especiales, de
mi Madre y míos. Con tanto esmero arreglados por mi Madre, por Mí...211
Oh Jesús, ¿somos fríos?, me da pena preguntarte, porque sé que lo somos y Tú
sufres
Sí, Yo sufro profundamente por eso.
No, Jesús, no sufras
¿Qué vas a hacer tú?
Pues, te doy mi vida
¿Sólo eso?
Me inmolo a Ti
¡Ah!, ¡así está mejor!
Mi Corazón estalla, estalla de Amor, como un Gran Horno Incandescente al que se
le ha ahogado la ventilación, se le ha prohibido expandir su Amor. Estalla, estalla
de Amor y de Dolor.212
211 Como cuando los padres arreglan a un niño pequeño para que vaya guapo a una
fiesta.
212 Esto es un grito del Señor, grito de Amor y Dolor. De Pasión, Impotencia. Al
mismo tiempo de Deseo que estalle, de Amor hacia los hombres, por eso estalla,
porque les quiere dar lo que les vendrá bien
23-08-2000
(La Salette)
Jesús:
Oh niña, ¡niña mía!, qué feliz he sido estos días.213
¿Queréis seguir haciéndome así y más feliz? ¡Oh, almas deseadas, almas añoradas
y amadas desde siempre y para siempre! ¿Queréis venir?, ¿queréis seguir viniendo?
¡Sí!, ¡oh Sí! ¡Venid! ¡Venid nuevamente, todos los días! ¡Sí!, no me canso de hacer
la corte a mis pequeñas criaturas a mis pequeñas ofrendas.
Aquí pensé: ¿aunque seamos muchas?
Oh, ¡no sois muchas! Deseo más. Tengo el Deseo Infinito de todo un Dios,
¿querréis traerme a más? ¡Oh, mis almas llamadas! ¡Qué infelices son luego en el
mundo! Llamadas a ser mis esposas unidas, si no lo logran, ¡qué infelices!, ¡qué
vida de infelicidad!, de recriminación, qué vida de dolor sin el Dolor.
¿Puedes decirles que no tengan miedo? Yo Soy su Gran “Partido” ¿No buscaron
otros “partidos” para hacerlas dichosas en la tierra? Yo Soy el Gran “Partido” que
las haré dichosas aquí y en el Cielo. ¡Díselo, Marga!
Tú sabes que Yo tengo un Tálamo Nupcial preparado y arreglado, embellecido y
adornado para cada una de ellas. Es hermoso, es grandioso en su beldad, es lo más
bonito que puedan ellas imaginar.
Quiero - tú lo sabes, ¡oh Marga, díselo! - Quiero esposas ¡es-po-sas!, verdaderas,
fieles, ciegas para el mundo, abiertas para Dios. Quiero gran amor y efusión loca
por su parte. Locura hasta morir por Mí. ¡Oh, cómo lo Deseo! Te hago a ti
depositaria de este mi Gran Deseo, transmítelo.
213 De una Peregrinación
04-09-2000
Virgen:
(Abrí Ezequiel 6, 1-10)
Escucha, oh niña, escucha, aplica tu oído y aprende, distingue y “olfatea” los signos
de los tiempos. Discierne la acción, la Voz de Dios, confía en su Palabra, ¡confía en
su Juicio! Dios es Grande. Dios pone en marcha su plan sobre los hombres y nadie
que confíe en el Señor y se acoja a su Plan quedará confundido.
Mira y verás a los impíos cómo cada vez más y más quedarán confundidos y
enredados en sus torpes elucubraciones y nunca distinguirán ni reconocerán el
Tiempo ni los acontecimientos predichos. Sólo servirá para su propia confusión,
dolor y condenación. Porque previamente no quisieron acogerse a Sus Mandatos,
negaron Su Nombre Santo, no Le quisieron servir. Y he aquí que éste es su
merecido, perecerán entre grandes dolores en la Hora de la Muerte. Antes se
desesperarán y se herirán y asesinarán unos a otros. Todo será dolor y muerte,
condenación para ellos.
Niña, es Terrible esta Hora, estad preparados, el demonio os ronda como León
rugiente.214 Defendeos. Yo os he dado mis Armas. Velad, velad y orad,215
enderezad al máximo que podáis vuestras vidas para que el Señor, cuando venga,
no pueda imputaros nada. Reparad por lo que hicisteis.
Son tiempos duros, tiempos difíciles para los siervos del Señor. Tenéis que reparar,
por vuestros males y por los que otros hacen, para que el Señor quiera al menos
dejar un reducto de su Pueblo, que no le hirió, que no le fue infiel. Que al menos
una parte del suelo no quede destruida, que haya supervivientes en Jerusalén.
¡Venid!, venid a mi Refugio. Sus Puertas permanecen todavía ahora abiertas.
Aceptad todo y venid, ¡corred!, desproveeos de lo que os sobra. De los ropajes
antiguos haced una hoguera, vestíos con las blancas vestiduras de los novios al
encuentro de la novia. Entrad en Su Banquete, entrad en la dicha del Señor, ¡siervos
fieles!
Creed, creed a mis profetas.
Hoy, como ayer, Dios continúa enviándolos y tienen la
especial protección de mis Manos Purísimas. Yo también los sostengo, Yo los
preparo para su sublime misión. Creedlos, vienen de Dios.
¡Oh sí, niña!, Yo tiemblo también al pensar en esa Hora, al pensar en lo que os
espera, ¡pero me inundo de gozo y me alegro!, ¡me alegro!, al contemplar las
maravillas que el Señor va obrando ya y obrará en vosotros y ver el lugar que os tiene destinado para la eternidad, donde seréis dichosos para siempre. Y no podréis
siquiera ahora atisbar una milésima parte de vuestro gozo.
¡Oh!, el más mínimo
gozo de esas moradas es nada comparado con el máximo gozo de aquí en la tierra.
Bendito sea el Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo. Benditas
las obras de sus Manos, bendita su Naturaleza Humana, que tomó parte del barro
para elevarlo a la condición de ser hijo de Dios.
¡Uníos, únete! a su Sacrificio, que
perdura y perdurará por los siglos, que lava, salva, sana, cura, levanta y redime a
los hombres, que les hace libres, que les abre las moradas eternas. ¡Oh, venid!,
¡venid todos!, las Puertas se abren, ¡venid antes de que llegue el día en que
permanecerán cerradas por tres días hasta que El resucite a los hombres. ¡Venid
ahora!, el tiempo se está acabando.
Venid a celebrar las Bodas con el Cordero.216 Venid a vuestra Salvación. Yo Soy la
Madre de la humanidad.
Apóstoles de los últimos tiempos ¡venid a reinar conmigo!
¡Venid a vuestra salvación!
Yo lo deseo ardientemente, porque es un Deseo de Dios. Proclamad, anunciad y
llevad su Nombre Santo, su Sagrado Corazón hasta los confines del orbe.
Sí, cariño, ¡trabajad!, la mies es mucha y los obreros pocos, rogad al Señor que
envíe obreros a su mies.217
Cuidad y proteged a vuestros Sacerdotes, son el máximo don de Dios para vosotros.
Rezad por ellos, sostenedlos con vuestras oraciones, dadles vuestro cariño. Por
vosotros se entregan, sed fiel rebaño y cariñoso para ellos. Cuidadlos como oro en
paño, ¡son mis hijos muy amados! Mi Corazón se derrite de gozo y de
agradecimiento, de paz y amor pensando en ellos, en lo que han donado a Dios y en
lo que donarán.
214 Cfr. I P 5,8.
215 Cfr. Mc 14,38; Mt 26,42; Lc 22,46.
216 Cfr. Ap 19,7.9.
217 Cfr. Mt 9,38.
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