30-11-1999
Jesús:
Apunta, apunta para las esposas190: Reconoceos aquí todas las llamadas a las Nupcias con el Santo de los Santos, las llamadas a la unión esponsal en vida, muerte y eternidad con el Amor de los Amores. ¿Por qué todo un Dios desea unirse en la máxima unión con sus pobres criaturas? ¿Por qué elige unas pocas almas entre las almas de su pueblo, para que sean el reflejo de la más amplia expresión de su Amor por los hombres? Misterios que entenderéis en plenitud cuando gocéis de la otra Vida. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu. Amén.
Dejadlo todo y amadme tan sólo a Mí, ocupaos tan sólo de Mí, porque Yo Soy el Todo, Soy el Amor dado al mundo para su Salvación, y el Amor no es amado. ¿No tiene derecho Dios de procurarse en la tierra almas puras que vivan sólo para Él? Olvidasteis los derechos de Dios y el principal mandamiento de todos: “Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con todas tus fuerzas, con todo tu ser”,191 para precipitaros en el laberinto de “las otras cosas”,192 que os condujeron poco a poco al abandono, ultraje de Dios y fornicación con el malvado.
¿No puedo Yo, que Soy Dios, no puedo suscitar en mis almas escogidas, vocaciones de amor total, radical y esponsal a mi Nombre Santo? Así, todo el mal que inunda el mundo, es reparado por mis pozos de Amor, donde Yo vengo día tras día, a sacar el Agua que sacia esta mi Sed de almas, Sed de Amor. Y mirad si Dios es Grande, que pudo suscitar, en toda la Historia de la Iglesia, vocaciones de salvación tan fuertes y emprendedoras, radicales y efusivas, ardientes y luchadoras, amantes y que se consumen, se queman por Él.
Y de entre todas ellas, mirad a María, filigrana de la Creación, que mi Padre creó sólo para darse Gloria, en esta Mujer, tan grande, que supera al más grande de todos los santos y todos los ángeles juntos. Ella es la Esposa Perfecta, “la-que-másLe-agrada”. En su vida sobre la tierra, poco suponía Ella de su Grandeza, y qué alegría le invadió al encontrarse con su Padre Dios y conocer completamente su papel en la Historia como Corredentora, Resucitada y Salvadora del género humano, pisando, como Nueva Eva, la cabeza de la serpiente.193
A quien la Iglesia entera recibió, y toda la Corte Celestial, y fue llevada a su Trono de Reina a mi lado, recibió con grandes vítores de alabanzas, realizándose en el Cielo la mayor Festividad conocida, porque la Madre llegó a su Hogar, porque la Esposa alcanzó su unión eterna, porque la Hija fue conducida al Seno del Padre. Y no obstante ahora está bajando a vosotros más que nunca, a recordaros vuestros deberes de hijos, que habéis olvidado como si fuerais bastardos. Ella abandona su Cielo para llegar a la tierra a recoger a los caídos, avisar, animar, dar, amar, ¿y cómo la recibís?
Ofender a María, es ofender a la Santísima Trinidad, es ofender al Espíritu Santo. Oídla hijos, y actuad. Y ahora, amadas mías, quiero que veáis en Ella el ejemplo que habéis de seguir. Amad hasta la locura, sin importaros nada más que hacer la Voluntad de Dios sobre vosotras. La descubriréis en vuestra adecuada vida interior, sabiamente dirigidas, con apertura y docilidad de conciencia, y obedientes hasta el fin. Ofreceos como holocausto, que el Señor Dios Padre os tomará si es su Deseo, y os ofrecerá junto con su Hijo en rescate por vuestros hermanos. Y amad a vuestro prójimo. No os importe dejar “vuestro cielo” por acudir a sanarlo, curarlo, protegerlo, cuidarlo, llevarlo a Dios en definitiva. Y sed mi Rostro para las almas. Ahora que no va a haber más vida de la fe, vida de la Gracia, sed la fe, la esperanza y la caridad para mi pueblo que, agónico, irá a vosotras buscando mi Paz.
Sed las Portadoras del mensaje de Amor para mi pueblo. Que vea en vosotras motivos para amar radicalmente a Cristo y amar al Padre, obedeciendo al Espíritu Santo. Que se alegren por tu medio las esposas de mi Corazón. Yo las Amo y me entrego a ellas, ¿vendrán a Mí todas las llamadas, todas las escogidas? ... Que no se pierda una sola vocación. Alaba y glorifica al Señor, Dios de los Ejércitos, ahora y siempre, por los siglos de los siglos Amén.
190 Almas esposas.
191 Cfr. Dt 6,5; Mt 22,37-38
192 Cfr. Mt 6,33.
193 Cfr. Gn 3,15. .
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