25-10-2002
Jesús:
Mira, hija, mi Amor os lleva y os llevará. Os lleva hasta la plenitud. Es el Único
que os puede saciar. Y cuando vais a beberlo en las fuentes equivocadas, sólo os
produce hastío e insatisfacción, nauseabundo sabor y olor de muerte.599
¡Venid a la Fuente Verdadera! Es el Corazón de Jesús.600
¿Por qué tanto rechazo a este Corazón que tanto ha amado, ama y amará a los
hombres? ¿Por qué vuestra repulsa hacia Mí?
Pueblo mío, ¿qué os he hecho?, ¿en qué os he ofendido?, ¡respondedme!601
¿No he sido Yo el que te ha dado la vida? ¿No he sido Yo el que te ha procurado lo
mejor?
¿Por qué odias a Dios? ¡Respóndeme!602
Mira tus desdichas, ¿no has sido tú el que te las has procurado con tu vida
lisonjera?
Y en esta cruz,603 ¿no ves a Dios?
¿Por qué dices, hijo mío, que estás solo? ¿No has visto mi Mano a tu lado? Te
invito hoy a mirar y a verme cercano e íntimo a ti, tan íntimo, que si no te das
cuenta, no me sabes diferenciar de ti mismo.
Entra dentro de ti, para y recapacita, ¡y mírame en tu interior!, más íntimo a ti que
tú mismo.604 Mírame a tu lado, ¡estoy a tu lado! ¡Yo sí estoy a tu lado! No te abandono, no te he abandonado. No abandones tú a tu Dios, que te brinda su ayuda
para salir de esa situación de negrura en la que te sientes ahogado sin poder salir.
Mira, saca la mano, alárgala y dámela. Yo te haré salir de ahí. Es mi Fuerza la
única que podrá sacarte, que podrá sanarte.
¡Oh, criatura!, ¡si tú supieras cuánto te amo! Te amo tanto que por ti derramé hasta
la última gota de mi Sangre.
¿Crees que no estoy al tanto de esto que te preocupa o de este problema que te
atenaza y que te hace no poder ser libre para construir mi Reino? ¿Crees que Yo,
Dios, permanezco al margen por ser Dios?
No, hijo, precisamente por ser Dios y también por haberme hecho Hombre y Pan,
permanezco tan unido a ti, que ninguna cosa tuya me es ajena. Y estoy pendiente de
todos tus pasos, y procuro que sean hacia la Vida Eterna, hijo, porque eso es lo
único que importa: que al final, tus pasos en esta vida, te conduzcan hacia la Vida
Eterna.
Y todo lo que hayas andado en otra dirección, hijo, mira que no te ha
servido de nada, sólo para labrarte tu condenación. Pero si vienes ahora y te
arrepientes, Yo borraré, con mi Sangre -¡para eso ha sido derramada!, ¡y es la
Sangre de todo un Dios!– Yo borraré con mi Sangre tus pasos por la arena en
dirección equivocada. Quedará la tierra lisa, como si nadie nunca hubiera pasado
por allí.
Y al encontrarte conmigo, hijo, tú me dirás: “¡Señor, yo pasé por esos caminos,
ciego, equivocado ... y estoy arrepentido, pero mira que yo lo hice, yo pasé por
ahí!”, esperando tu justo merecido, pero Yo, con mi Amor Inmenso Eterno, te diré:
“¡Hijo mío, lo he borrado todo!, porque hallé en ti sincero arrepentimiento y
purgación por tus culpas, en mi Amor se han consumido todos” 605
¿No esperas eso de Dios? ¿No crees que Dios lo pueda hacer? Lo puede hacer.
Hijo, Yo lo puedo hacer. Ven a Mí y compruébalo.
Vete al desierto, vete a Egipto. Allí, Yo hablaré a tu corazón, y tú me responderás,
como en los días de tu juventud.606 Vente Conmigo a Egipto, al desierto, en el
desierto, desnuda tu alma ante Mí, que Yo consumiré todas tus fealdades, y te haré
hacerte bella para el Señor.607 De tu purificación y arrepentimiento, sacaré otra
alma, pura, nueva, ajena y olvidada de su pasado, dispuesta a amar y servir a su
Dios, que tanto la amó, que hasta dio su Vida en oblación hasta morir por su
redención.
Ven hoy a Mí. Yo lo puedo hacer en ti. Sí, aunque hayas odiado a tu Dios, Yo lo
puedo hacer. Ven hoy a Mí. No esperes más.
Tu alma anhela esta su redención, déjala volar. No la ates con cuerdas duras que
lastiman su esencia, déjala volar hacia Mí, pues ella reclama su puesto a mi lado, y
Yo se lo quiero dar. ¡Déjala!
¡Vuela ya, alma, hacia tu Redentor!, ¡ven hacia la Salvación! Amén.
599 Cfr. Jr 2,13.
600 Cfr. Jn 7,37.
601 Cfr. Mi 6,3ss. No es un mandato, es una súplica
602 Estas preguntas tan ardientes de Amor de Jesús, te hacen llorar por tu in
correspondencia a su Amor y por tu perseguirle y echarle en cara tus desgracias.
603 Cruz concreta de tu vida, que viene de Dios, ¿no ves su Amor hacia ti? Hay dos
tipos de desgracias: las que nos procuramos y las que nos vienen porque Dios las
permite, y nos vienen cargadas de su Amor y de su Fuerza para soportarlas y
llevarlas con paz y alegría y son redentoras de nuestra vida y del género
humano.
604 Cfr. Confesiones de San Agustín, 3,6,11. Catecismo de la Iglesia Católica, 300.
605 Tus pecados.
606 Cfr. Os 2,14ss.
607 Cfr. Ez 16.
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