(InfoCatólica) Los siguientes signatarios – componentes de la Junta Ejecutiva, de la Junta Asesora y miembros ordinarios de la Academia – han firmado el texto que pueden leer a continuación:
Doyen Nguyen, MD, STD, Paul A Byrne MD, Profesor Roberto de Mattei, Profesor Claudio Pierantoni, Thomas Ward, MD, Philippe Schepens, MD, Profesor Carlos Casanova, Dr. Maike Hickson, Profesor Luke Gormally, John-Henry Westen, MA , Christine de Marcellus Vollmer, Mercedes Wilson, Pedro Luis Llera y Virginia Coda Nunziante.
Aquí pueden leer ustedes la declaración:
A favor de Alfie Evans
Ningún hombre o mujer de bien puede permanecer indiferente ante la dramática situación que están sufriendo Alfie Evans y sus padres y ante la heroica batalla que están combatiendo contra la tiranía de la alianza médico-judicial.
El niño de 23 meses ha permanecido con vida durante dos días respirando por sus propios medios después de que le retiraran el soporte del ventilación asistida el 22/04/18. A Alfie se le concedió la nacionalidad italiana y se dispuso una ambulancia aérea medicalizada para llevarlo al Hospital del Niño Jesús de Roma para que pudiera recibir allí los tratamientos precisos y una atención medica adecuada.
¡Sin embargo, el Tribunal Superior de Manchester decidió el 23/04/18 que el niño no podría volar a Italia!
La pregunta obvia que debería espolear nuestra conciencia colectiva debería ser esta: ¿quién tiene el derecho natural de cuidar a Alfie y de velar por su interés superior? ¿Es el Estado o son los padres del niño? Es evidente que los padres, en virtud de la vinculación paterno-filial, tienen el derecho natural de proteger el interés superior y de procurar el bienestar de sus hijos. Los padres no pueden ser injustamente privados del ejercicio del derecho a la patria potestad sobre sus hijos por la injerencia coercitiva del Estado, excepto en casos de abuso o negligencia.
La segunda pregunta que debería sacudir nuestra conciencia colectiva es esta: ¿Qué quiere decir velar por el «interés superior» del menor? Actuar por el interés superior de alguien es buscar su bien. Y el bien primordial en esta vida terrenal no es otro que la vida misma, cuya dimensión fundamental es la biológica. ¿Quién es el autor de la vida sino el mismo Dios Creador? Ningún ser humano es autor de su propia vida. El derecho humano más básico es el derecho a la vida y, por lo tanto, el deber más importante de todos los hombres y mujeres de buena voluntad es salvaguardar la vida humana desde su concepción hasta su fin natural. El derecho de Alfie a la vida y el derecho de sus padres a decidir lo que consideren más conveniente para su hijo exigen que se les permita volar al Hospital del Niño Jesús de Roma.
A partir de estas consideraciones precedente, resulta evidente que la actuación del Tribunal Superior supone una clara violación de los derechos humanos básicos: tanto del derecho a la vida como del derecho natural de los padres. En consecuencia, ¿están los tribunales cumpliendo adecuadamente su misión de impartir justicia?
Cualquier hombre o mujer de buena voluntad es capaz de darse cuenta de que conculcar el derecho a la vida y quebrantar del derecho natural de los padres supone incurrir en una grave injusticia.
Por lo tanto, como hombres y mujeres de fe, nosotros, como miembros de la Academia Juan Pablo II por la Vida Humana y la Familia, nos solidarizamos con los padres de Alfie Evans. Instamos urgentemente a que las autoridades judiciales (el Tribunal de Apelaciones) permitan que Alfie sea trasladado al Hospital del Niño Jesús de Roma, para que pueda recibir allí el tratamiento adecuado y los cuidados precisos. Asimismo, le pedimos respetuosamente a Su Santidad el Papa Francisco que reafirme su apoyo a Alfie; solicitamos a Su Majestad la Reina Isabel II que intervenga igualmente a favor de Alfie; e instamos a los médicos que atienden a Alfie a los pies de su cama a que eviten iniciar ningún procedimiento encaminado a acelerar su muerte o a acortar su vida.
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