15-10-2006
Jesús:
¡Oh, Margarita...!1054
Es lo mejor que puedes hacer. Yo, aquí dentro, me cuidaré de ellas. Abandonad
todas vuestras preocupaciones en Mí, no sólo las personas a vuestro cargo, todo lo
demás: casa, dinero, trabajo, asuntos del mundo... Todo. Entregádmelo todo. Y
entonces, dejad que Yo lo administre según mi Voluntad.
Actuaré aquí, allí, según
me parezca.
A veces, queriendo actuar vosotros solos, como si todo dependiera sólo de
vosotros, estropeáis grandemente las cosas. Dejadme actuar a Mí. Vosotros cumplid exactamente mi Voluntad en vuestras vidas. Veréis cómo todos los asuntos
por los que me pedís y os preocupan, se solucionan suavemente.
¿Y cuál es tu Voluntad, Jesús?
Amadme. Ocupaos de mis cosas. Amaos. Como Yo os amo. Confiad en Mí.
Trabajad por Mí allá donde os envío. Acompañadme. Consoladme. Dedicad ratos a
estar conmigo y a la Adoración Eucarística. Vivid una vida de Eucaristía: unión
conmigo y transformación en Mí. Dedicad largos ratos a la oración.
Y a los que Yo he encargado una misión especial con arreglo a otras almas:
llevadla a cabo con precisión. Los que estáis en los puestos importantes: poneos al
servicio de todos, no a vuestro propio interés. Y trabajad sin descanso. Hay mucho
trabajo. “La mies es abundante, pero los obreros son pocos”.1055 Pedidme ayuda.
Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.1056
1054 Presenté al Corazón de Jesús toda la gente por la que estaba preocupada. Les
fui metiendo en su Corazón.
1055 Cfr. Lc 10,2.
1056 Cfr. Mt 28,20.
17-10-2006
Virgen:
Verás, Marga. ¿No me ves estos días que Yo también estoy muy contenta? A pesar
de que lloro por algunas almas, son muchas también las que me dais alegrías.
No quiero contigo tanto predecir acontecimientos futuros como cambio de
corazones. Quiero volver a todos los hombres a Mí.
Ahora os preparo para acontecimientos venideros formándoos en el Amor absoluto,
la entrega absoluta, la abnegación absoluta porque serán tiempos extremos para los
que se han formado en las heroicidades. Tiempos extremos, sí. En los que padres
acusarán a los tribunales a los propios hijos, entregándolos a las fieras. Amigos
matarán a amigos, hermanos a hermanos. Desesperación y caos en el mundo. Sólo
la familia que logre reunirse congregada en torno a Mí y a mi Rosario permanecerá
unida, será preservada. Aunque se le cierren todas las puertas.1057
Mirad, os preparo: amor extremo, sacrificio extremo, trabajo extremo... para poder
vivir aquellos días.
Grandes tentaciones que os harán querer abandonar tendréis que
soportar. Se volverá muy duro seguir el camino. Quiero prepararos al Amor de
Dios. Quiero prepararos para que améis. Aunque os sintáis despreciados y
humillados, abandonados de vuestros más queridos. Para la austeridad, privándoos
voluntariamente de las cosas elementales, para cuando lo tengáis que hacer
obligados.
Para el trabajo: sabed, hijos míos, que habrá tantas deserciones, que
vuestro trabajo se tendrá que ver multiplicado por mil. Sólo vencerán los que me
amen. Para ello os preparo al Amor, a abrir el corazón.
Hijos míos, vuestro corazón se encuentra cerrado, es opaco, duro, impermeable,
impenetrable. Yo ahora desciendo poco a poco como lluvia de Rocío sobre
vosotros para haceros más permeables a la Gracia y el Amor de Dios. Así poder
reblandecer la tierra de vuestro corazón, para que pueda anidar la semilla del Amor.
Alguno abre un paraguas tan grande como su miedo, porque teme mi acción, en
lugar de aceptarla, y Yo no puedo hacer nada, no puedo pasar, no puedo
transformarlo.
Otro me rechaza abiertamente y se aparta de mi campo de acción, de la porción en
donde Yo voy a llover. No le puedo obligar. Mi acción no le alcanza.
Otros tratan incluso de alejar a los demás de Mí y de mi Amor. ¡Desdichados! Se
negaron a sí mismos la salvación eterna.
¡Pero venid vosotros, dichosos de mi Padre! ¡Venid a gozar del descanso eterno!
Los corazones que Yo logre transformar serán morada del Altísimo, terreno sobre
el que vendrá por Segunda vez a la tierra. Sobre ellos podrá descender para cuando
Yo os haya preparado.
Venid. Esperad. Veréis la salvación de Dios. Abríos a la salvación. Abríos a Mí y
Yo os podré transformar.
No sabéis amar, hijos, no sabéis amar. Venid a Mí. Amén.
1057 Veo una familia en el salón de la casa, sin luz, con velas, en círculo, rezando el
Rosario. Afuera hay oscuridad y cataclismos. La casa está cerrada.
07-11-2006
Jesús:
No os asustéis por el día de mañana. No temáis. Pero tenéis que saber que vuestros
hijos se van a encontrar con todo esto: drogas, prostitución, violencia... porque son
miembros de esta sociedad en la que viven, y esta sociedad está corrompida. De
nada servirá ocultárselo. Otro, otra persona que no sois vosotros, se lo dará en
algún momento a conocer, y no precisamente para “informarle”, sino para su
“deformación”.
Cuidadlos. Cuidad los ambientes, sí. Pero dadles valores. Los principales valores se
aprenden en casa de la mano de los padres. Con su ejemplo. Y de nada servirá
“hablar” a un hijo si eso no va acompañado de su ejemplo de vida.
Si le digo a un
hijo que algo es bueno, debo quererlo y practicarlo yo también en mi vida.
¿Y si los padres no sois ejemplo? Entonces, hija mía, te digo que no tenéis
absolutamente nada que hacer. Vuestro hijo quedará merced el ambiente que le
rodea. Y sólo podrá salvarle la Gracia de Dios, si alguna vez la recibe.
El principal valor es el amor. Y su contrario el egoísmo. Y en una casa donde reine
el amor, ¡qué difícil es que llegue la deformación del mundo exterior! Meditad esto.
Examinaos en esto.
Estad muy anclados en María, en su Rosario y en su Corazón. Si la Consagración
es sincera, Ella siempre se ocupará de ayudaros y os salvará. Dejadla cabida.
Construid con Ella.
No viváis anclados en la materialidad. Quien tiene como dios a las riquezas no
puede seguir el camino de Dios.
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