LA CÚPULA SOCIALISTA INTENTA IMPULSAR, SIN ÉXITO, UN MOVIMIENTO CÍVICO ABORTISTA
Ayer Rubalcaba participó en un mitin socialista en el que reiteró su empeño por negar el derecho a vivir a los niños por nacer. No sólo eso: en relación con la reforma de la ley del aborto que prepara Gallardón, el secretario general del PSOE dijo que
“hace falta que el Gobierno sienta que los ciudadanos no la quieren y para eso es muy importante que haya plataformas”.
Toman a la sociedad civil como mera difusora de las consignas del partido
Rubalcaba dejó claro que el PSOE estaría presente en esas plataformas, pero -matizó- cediendo el protagonismo a los ciudadanos. Las declaraciones del líder socialista demuestran el sentido instrumental que tiene la sociedad civil para su partido:
para los socialistas, las plataformas cívicas no son más que pantallas para formular demandas sociales inexistentes que coincidan las consignas ideológicas del partido. En otros tiempos, cuando el PSOE disponía de enormes cuotas de poder y de amplios recursos económicos pagados por todos los contribuyentes, ese tipo de plataformas eran fáciles de crear a golpe de talonario. Pero la situación ha cambiado. Tras los batacazos electorales de 2011 y 2012, que hicieron perder al partido numerosos ayuntamientos y varias comunidades y, finalmente, también el gobierno de la nación,
el PSOE tiene serios problemas económicos,
y esto se ha traducido en su incapacidad para hacer funcionar sus tradicionales correas de transmisión en la sociedad civil.
Un ejemplo reciente del fracaso de movilización de los abortistas
La mejor muestra de ello es la penosa trayectoria que ha tenido la plataforma abortista
Decidir nos hace libres, que engloba a
más de 250 entidades muy variadas: desde partidos y sindicatos de izquierda y ultraizquierda -entre ellos organizaciones del PSOE y de las Juventudes Socialistas- a grupos feministas, grupos de homosexuales y negocios abortistas (los más implicados en este asunto, por la cuenta que les trae). Dicha plataforma
se puso en marcha en mayo de 2012.
El 21 de junio lanzó su primera movilización, con unas cuantas concentraciones en varios puntos de España y
una asistencia ridícula, como revelan las propias fotos publicadas en Flickr por esa plataforma. Hace diez días
anunció nuevas movilizaciones. No parece que vayan a tener mucho éxito a pesar de la larga lista de adhesiones. Hasta ahora, y a pesar de todos esos apoyos políticos, sindicales y empresariales, la plataforma abortista ha tenido un escaso eco mediático.
Los provida ganan a los abortistas por goleada en poder de convocatoria
En contraste con los adalides de la eliminación de vidas inocentes,
la causa provida cuenta con un respaldo mucho mayor entre la sociedad civil en España. Durante el mandato de Zapatero y ante la inminente aprobación de la ley Aído, en el otoño de 2008 se puso en marcha la plataforma
Derecho a Vivir, impulsada por
HazteOir.org, con el
apoyo de numerosas asociaciones provida y dejando fuera a los partidos políticos.
El 29 de marzo de 2009 Derecho a Vivir llevó a cabo su primera movilización,
con una multitudinaria manifestación en Madrid y concentraciones en 87 ciudades españolas. El 17 de octubre de 2009 Derecho a Vivir, el Foro de la Familia, la Federación Provida y la Red Madre encabezaron
una enorme manifestación en Madrid, respaldada por 388 entidades españolas e incluso 42 organizaciones extranjeras. Las movilizaciones abortistas en apoyo de la ley Aído fueron tan insignificantes que los medios apenas las reflejaron.
El PSOE hizo oídos sordos a las masivas protestas en defensa de la vida
Sin embargo,
el PSOE decidió hacer oídos sordos a las masivas protestas cívicas y aprobó su polémica ley, una reforma que ni siquiera se había atrevido a incluir en su programa para las elecciones generales de 2008. A pesar de ello, el 7 de marzo de 2010 -unos días después de que los socialistas y sus aliados aprobasen la ley-
Derecho a Vivir convocaba una nueva movilización que reunió a una multitud en Madrid y a numerosos ciudadanos endocenas de poblaciones españolas. En marzo de 2011, y a pesar de estar ya aprobada la ley, las organizaciones provida lanzaron
una nueva movilización con una gran manifestación en Madrid y actos en más de 70 ciudades españolas. Ya con el PP en el poder, esta convocatoria unitaria
se repitió en marzo de 2012 con notable asistencia para pedir al nuevo gobierno la derogación de la ley Aído. El 7 de octubre de 2012
Derecho a Vivir volvía a convocar movilizaciones en Madrid y en varias docenas mas de ciudades españolas, ganando a los abortistas por goleada en asistencia… y también en relevancia. Hoy en día se han hecho habituales las apariciones de Derecho a Vivir en los medios de comunicación. Prácticamente no hay semana en que no tenga algún eco mediático.
Un movimiento abortista teledirigido por la izquierda y los abortorios
Además de la enorme diferencia cuantitativa, existe también una diferencia cualitativa entre el movimiento provida y los grupos abortistas: mientras aquél se ha mantenido independiente de todo partido político -en las movilizaciones provida antes citadas se rechazaron las adhesiones de partidos políticos, sin ir más lejos-, el reducido movimiento abortista no oculta su carácter de correa de transmisión de las consignas ideológicas de partidos de izquierda y, lo que es aún peor, de los intereses empresariales de los negocios abortistas, cuya presión política en contra de los derechos de los niños por nacer tiene ante todo una motivación económica.
El éxito de Derecho a Vivir: cuestión de principios y sin subvenciones
Lo más destacable es que frente a la ridícula asistencia con que cuenta el pequeño movimiento abortista, apoyado por muchas organizaciones que se nutren de fondos públicos, plataformas como Derecho a Vivir han conseguido un éxito de movilización sin recibir -ni tan siquiera pedir- ni un céntimo en subvenciones. Y es que en el campo de la sociedad civil el poder y las subvenciones no pueden tanto como los principios, y ahí es donde radica la mayor diferencia entre los provida y los abortistas: unos defienden el más básico de los derechos humanos para todos, y otros se lo niegan a los miembros más débiles de nuestra sociedad. De hecho, la causa del escaso respaldo social que tienen los abortistas hay que buscarla en el terreno argumental: a pesar de la propaganda y de las elevadas dosis de demagogia que se gastan los abortistas -incluso presentando la defensa del derecho a vivir de los niños por nacer como una imposición religiosa, lo cual es el colmo de la manipulación-, es muy difícil movilizar a los ciudadanos con planteamientos absolutamente irracionales, anticientíficos y radicalmente contrarios a los derechos humanos, planteamientos tales como que las mujeres embarazadas conciben a seres no humanos o incluso seres no vivos, o la pretensión de que la vida de los seres humanos más inocentes e indefensos no debe ser protegida y que matarlos es un “derecho”.
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