Queridos hermanos:
El domingo pasado vimos como se unían a Jesús los primeros discípulos dejando a Juan el Bautista. El evangelio de hoy nos da una versión bastante distinta, la escena es en Galilea, y es el mismo Jesús quien exige el abandono de las redes a cuatro pescadores que conformarán el primer grupo de apóstoles.
El anuncio es claro: “Se ha cumplido el plazo, está cerca el Reino de Dios: Convertíos y creed la Buena Noticia”. Ha llegado el tiempo, estamos en el momento decisivo del parto, hay que nacer de nuevo, lo que supone una total renuncia y desprendimiento de sí, y ¡cuánto nos cuesta morir a lo viejo que está dentro de cada uno de nosotros! Ese tiempo nuevo se caracteriza por la presencia del Reino de Dios, el Reino es el mismo Jesús y desde la humildad la Iglesia debe anunciar la proximidad del Reino. A partir de Cristo, el Reino ha dejado de ser una utopía o un sueño; es una realidad que “ya está, pero todavía no”, a un paso de todo hombre sincero que desea cambiar de vida. Por eso la conversión, el Reino de Dios, entra en nuestra vida en la medida en que nos abrimos al anuncio de la Buena Noticia (la Palabra) y la ponemos en práctica.
Qué este anuncio supone una ruptura total con lo anterior lo confirma la llamada de Jesús mientras paseaba por el lago de Galilea. Parece no preocuparle la barca, las redes, o los padres de los pescadores, Él llama y su oferta es lo único importante. Dice: “Venid conmigo” y los cuatro le entienden, pues: “Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron”. Se los llama para “ser pescadores de hombres”, es decir: para invitar a todos los hombres a entrar en el Reino. Todos nosotros fuimos y somos llamados cada día al seguimiento y no es fácil convertirse cada día e ir dejando ciertas cosas. ¿Y el camino? El camino es el mismo Jesús: seguirlo es beber sus palabras, empaparse de su espíritu, vivir conforme a su estilo de vida. Está claro que el único modo de vivir la autenticidad como personas es el seguimiento de Cristo, él es el Reino. Y hay algo más: se nos invita a ser una comunidad, en Galilea Jesús inicia la formación de la comunidad cristiana que tendrá un largo y lento proceso.
La primera lectura de hoy nos cuenta algo parecido: Jonás es elegido para anunciar la conversión de Nínive “(Nínive era una ciudad enorme; tres días hacían falta para atravesarla)”. Puede que después de nuestra llamada nos preguntemos como Jonás ¿qué podemos hacer para llevar a nuestras ciudades modernas y tan paganas, el Reino de Dios? ¿Cómo ser en ellas pescadores de hombres? Y en ocasiones suena ridículo seguir a Jesús en un mundo que prefiere a sus ídolos de masas, sus espectáculos, el poder del dinero y las promesas fascinantes de una vida mejor. Pero Él empezó junto a un pequeño lago con cuatro pescadores a anunciar el Reino y eso dura hasta hoy. Liberémonos de nuestra cobardía y de la falta de confianza en el Evangelio, no podemos pensar que la Buena Noticia, el Reino, sea sólo una utopía y no tenga fuerza alguna en un mundo moderno tan lleno de falsas ideologías y mesianismos. ¡Es tiempo de ser misioneros!
Bien lo vivieron y entendieron Simón, Andrés, Santiago y Juan, gente sencilla y anónima. Tuvieron la suerte de encontrarse con Jesús y recibir esa noticia que les cambio la cabeza, el corazón y la vida, dejaron atrás todo lo que les ataba “y se marcharon con Él”. En este domingo celebramos la Infancia Misionera, los más pequeños desde el principio, deben estar decididos a construir un mundo mejor, a ayudar a quien lo necesite y a compartir con otros niños; quizás por ahí debe empezar nuestra tarea misionera.
PD: en la homilía si se ha celebrado significativamente la Semana de la Unidad, al ser hoy también la conversión de San Pablo, se puede hablar de su llamada e instar a ver que lo que anunciamos todos los cristianos, es el mismo Reino, el mismo Evangelio, en definitiva: el mismo Jesús.
Liturgia Viva del Domingo 3º del Tiempo Ordinario - Ciclo B
Domingo, 25 de enero de 2015
Se Está Acabando el TiempoSaludo (Ver el evangelio)
Nuestro Señor está aquí en medio de nosotros y nos dice:
"Ha llegado el tiempo, y el reino de Dios está al alcance de la mano.
Arrepiéntanse y crean en la Buena Nueva de salvación".
Que ojalá estén ustedes atentos a sus palabras
y que el Señor esté siempre con ustedes.
Introducción por el Celebrante"No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy", reza un viejo proverbio. Desgraciadamente, hacemos lo opuesto, diciendo que mañana tendremos tiempo suficiente. Sin embargo la palabra de Dios sigue urgiéndonos. Ahora es el tiempo propio para hacer las cosas de Dios. Nos urge el tiempo para cambiar. Arrepiéntanse ahora, conviértanse ahora, Dios y su reino están ya aquí y ahora con ustedes. – Con el Señor en medio de nosotros le pedimos la gracia de escuchar ahora su Buena Noticia de salvación y que se haga ahora realidad entre nosotros.
Acto PenitencialCon demasiada facilidad posponemos nuestro deseo de servir mejor a Dios.
Pedimos ahora al Señor que nos perdone.
(Pausa)
- Señor Jesús, tú nos dices que ahora ha llegado el tiempo de apartarnos de nuestros pecados:
R/. Señor, ten piedad de nosotros.
- Cristo Jesús, tu nos pides que aceptemos plenamente tu Buena Noticia de salvación y que vivamos según ella:
R/. Cristo, ten piedad de nosotros.
- Señor Jesús, tú nos apremias a servirte a ti y a tu reino:
R/. Señor, ten piedad de nosotros.
Por tu bondadosa misericordia, perdónanos, Señor, por ser tan lentos en aceptar tu palabra y llevarla a cabo plenamente. Llévanos a la vida eterna.
Oración ColectaPidamos la gracia de que sepamos responder al llamado apremiante del Señor a la conversión.
(Pausa)
Oh Dios y Padre nuestro:
Tú nos dices por medio de Jesús, tu Hijo,
que pasa ya de la hora
para convertirnos a la Buena Noticia de salvación;
que él quiere que la escuchemos y que la vivamos.
Solamente tú puedes cambiarnos.
Danos el valor de confiarnos a Jesús
sin miedo ni vacilación
y de seguirle a donde él nos lleve,
porque estamos seguros de que nos llevará a la alegría.
Haz que compartamos sus palabras y su vida
con nuestros hermanos y hermanas,
y guíanos hacia ti, Dios y Padre nuestro,
por los siglos de los siglos.
Primera Lectura (Jon 3,1-5. 10): También los Paganos Son Llamados a la Conversión
El profeta Jonás, pensando que la salvación estaba reservada sólo a los judíos, predica de mala gana la conversión a los paganos. Éstos escuchan la palabra de Dios y se alejan del mal.
Segunda Lectura (1 Cor7,29-31): El Estilo de Vida Imparcial de los Cristianos
Ya que los cristianos se convierten y vuelven a Dios, se espera que vivan para el reino. Por lo tanto, habrían de usar las cosas de este mundo sin apegarse a ellas.
Evangelio (Mc 1,14-20): Arrepiéntanse y Crean en la Buena Nueva de Salvación
La Buena Nueva de salvación proclamada por Jesucristo exige conversión y compromiso de fe. Los apóstoles responden con total generosidad y lanzarán sus redes al mundo para reunir a todos y cada uno en Cristo.
Oración de los FielesEncomendemos a Dios nuestro Padre las necesidades y sufrimientos de este mundo, y digámosle:
R/. Renueva nuestros corazones, Señor.
- Por nuestra querida Iglesia, para que el Señor la ayude a seguir renovándose, para que permanezca en el camino del evangelio y ayude a los hombres a vivirlo como Buena Nueva de salvación, roguemos al Señor.
- Por los que abandonan sus redes para seguir a Jesús, el Señor, para que vivan de tal manera el evangelio que lo hagan visible y tangible, roguemos al Señor.
- Por los que viven alegres y con gozo, para que encuentren tiempo para llevar alegría a otros, roguemos al Señor.
- Por los que lloran, para que sigan esperando el día en que se sequen sus lágrimas, roguemos al Señor.
- Y por todos nosotros, para que el Señor nos dé valor para tomar en serio el evangelio y para vivir en unión más íntima con Jesús, roguemos al Señor.
Sigue llamándonos, Señor, pero danos la fuerza para responder generosamente a tu llamado, por el poder de Jesucristo, nuestro Señor.
Oración de Ofertorio
Oh Dios y Padre nuestro:
Tú sabes cómo somos,
al mismo tiempo buscándote a tientas con buena voluntad,
y sin embargo, frágiles, no fiables y débiles.
Con esos dones de pan y vino
te presentamos nuestras buenas intenciones,
nuestro deseo de agradarte en todo lo que hagamos.
Acéptanos con estas ofrendas
y danos la fuerza para seguir
las palabras de vida y el ejemplo
de Jesucristo nuestro Señor.
Introducción a la Plegaria Eucarística ¡Qué bueno que Jesús está con nosotros, ya que por nosotros mismos no somos capaces de responder al reto del evangelio! Demos gracias al Padre por darnos a Jesús como don supremo.
Introducción al PadrenuestroPara que nuestros corazones se comprometan por el reino de Dios, recitemos a Dios nuestro Padre la oración de Jesús,Hijo suyo y hermano nuestro.
R/. Padre nuestro…
Líbranos, Señor
Líbranos, Señor, de nuestra indiferencia
y de nuestra inconstancia
que nos impide buscarte con todo nuestro corazón.
Ayúdanos a romper las cadenas del pecado,
para que podamos ser libres para ti y para tu reino
y para servir a nuestro prójimo.
Concédenos la paz de tu eterna amistad
y danos valor para prepararnos
para la venida gloriosa a nosotros
de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
R/. Tuyo es el reino…
Invitación a la Comunión
Éste es Jesucristo, el Señor,
Hijo de Dios y hermano nuestro.
Él nos invita a arrepentirnos
y a creer en él y en su Buena Nueva de salvación.
Dichosos nosotros por escucharle
y recibirle como alimento de fortaleza.
R/. Señor, no soy digno…
Oración después de la Comunión
Oh Dios y Padre nuestro:
Hemos sentido gran alegría de estar con tu Hijo
y de participar en su banquete.
Él nos ha hablado
y nos llama a ser sus discípulos y a seguirle.
Concédenos valor para no dudar,
y para dejar atrás nuestros triviales intereses personales,
nuestros pequeños planes y estrechos pensamientos;
ábrenos a su amplio nuevo mundo
de todo lo que es verdadero, bueno y digno de amor.
Por la fuerza del alimento que nos ha dado,
danos la gracia de ir sin temor a donde él vaya
y seguirle en nuestro camino hacia ti,
Dios nuestro, por los siglos de los siglos.
BendiciónHermanos: No olvidemos la urgencia del llamado de Dios en esta celebración.
El tiempo de conformar nuestra mentalidad a la de Jesús y su Buena Nueva de salvación no se sitúa más tarde, sino AHORA, hoy:
Ha llegado el tiempo de ser auténticos discípulos de Jesús. Para que el Señor nos dé ese valor, que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros y nos acompañe siempre.
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