Hoy
os diré, hijo mío, que en el mundo que os toca vivir, en este
tiempo, veo con inmenso dolor en mi Corazón que está cayendo en más
y más pecados; siento cómo a mis hijos e hijas ya nada os importa,
que viven en la total oscuridad y os dejáis llevar por lo que os
dice el ángel desterrado, no escuchando la voz de mi Hijo que os
llama ni mis palabras llamándolos a la luz y a la unidad de todos
vosotros.
Ni
siquiera, hijo mío, con la Sagrada Sangre de mi Hijo JESÚS volvéis
vuestras miradas a mi amada Iglesia, a mi amado Señor, vuestro
Padre, ni a mi Hijo amado JESÚS.
Hoy
es difícil calmar la Justa Ira de DIOS si vosotros siguen por ese
mismo sendero. Cada día estaréis más y más perdidos en la inmensa
oscuridad. Por ello, os pido que me dejéis tomar prestados vuestros
cuerpos y vuestras bocas. Yo estoy tiritando de frío, hijo mío. Os
pregunto, aparte de vosotros, a quienes os hablo y os guío, y de mis
Hijos e Hijas Predilectas, aquellas que siguen por el sendero de la
luz y cuidan de los rebaños, en estos días quién puede consolarme,
sí, hijo, quién puede consolar mi Corazón que tiembla de frío; y
os diré por qué está temblando de frio y de dolor, por muchos de
vosotros que no os encontráis orando ni rezáis el Santo Rosario
como os he pedido continuamente; no estáis dirigiendo vuestras
oraciones hacia mí.
Por ello, amados hijos, quiero pediros, imploraros a cada uno de
vosotros, que lo llevéis a la práctica y que comencéis a rezar, os
ruego orad por los Sacerdotes,
mis Hijos Predilectos, ellos siguen siendo tentados y la única
protección que podéis daros es a través de la oración y os
entregaréis la gracia y os habréis de proteger. Vosotros debéis
dar ropa, comida y agua a aquella gente cuyas almas están desnudas,
hambrientas y sedientas. A través de éstas almas, los demonios se
están fortaleciendo y volviendo más violentos. Para
preveniros de ellos, debéis ofrecer oraciones combinadas con
sacrificios y auto negación, y también ofrecer graciosamente
pobreza y mortificación.
Tenéis que llevar la Palabra a todos, amados hijos míos, y pediros
en mi nombre que deben volver a mi Corazón Inmaculado. Decidles,
hijo, que en este día a través vuestro os llamo hoy con un
propósito especial para que renuncien a su ego y abandonen todo
egoísmo. Yo os prometo que he de ser su escudo, aún las flechas de
fuego lanzadas por los demonios no os harán daño. Por ello, orad
mucho sin preocuparos.
Os ruego desde mi Inmaculado Corazón, amados hijos míos, que estéis
a mi lado y os volváis valientes guías, salvando a un mundo
contaminado con el mal.
Hijo
mío, seguid escuchando mis palabras y dadlas al mundo. No tengáis
fronteras y no os detengáis frente a nada ni a nadie. Seguid
llevándolas y que lleguen las palabras de vuestra Madre a cada una
de mis criaturas. Decidles que escuchen con total atención. Tú
sabéis y habéis visto que os imploro con lágrimas en muchos
lugares del mundo a través de hijos e hijas como tú, pero a pesar
de mis pedidos, veo con inmenso dolor que ha sido muy difícil
encontrar almas que se consagren para la conversión de los pecadores
participando conmigo en los sufrimientos en beneficio de mi Hijo
JESÚS y de mí misma. Pero tú has prometido el martirio. De tal
modo, os pido que encontréis esas almas por mí. Yo
os pido, hijo mío, que vosotros ofrezcáis vuestros dolores
combinándolos con más oraciones, sacrificios, penitencia, pobreza y
negación de vosotros mismos,
porque hoy, hijo, los pecados en el mundo son tan numerosos que la
Ira de DIOS PADRE ha alcanzado un nivel extremadamente alto.
Por
ello, a través vuestro, quiero yo, vuestra Madre y Madre de la
Iglesia, hacer en este día un llamado a los religiosos. A través de
ellos yo soplaré mi espíritu en aquellos de mis hijos que no me
conocen y dejaré que la luz brille desde ellos como un río. ¿Pero
cómo pueden ellos comprender mis palabras si mantienen sus corazones
cerrados? Por ello, hijo mío, ayudadme, ayudadme, os pido, y de esa
forma apagad mi ardiente sed. Ahora, hijo mío, os entrego las
tenazas que os doy y os pido pasadme los martillos que habéis estado
sosteniendo en vuestras manos hasta ahora; arrancad todos los clavos
con las tenazas, y también guardad bien esas armas, pues, hijo mío,
tenéis que saber que el trabajo del demonio es quitaros las
tenazas y daros nuevamente los martillos. Ellos mantienen
permanentemente un ojo en vosotros. Así que estad alertas y en
guardia. Los
escudos y las armas que podéis usar en contra de él son las
plegarias y las flechas de amor. Frente al amor, todos los demonios
van a capitular.
Os
pido a ti, y tú que transmitáis a todos mis hijos e hijas, que
deberéis practicar la obediencia; obedeced a vuestros superiores y
también a aquellos que están por debajo de ti. Como yo he obedecido
todo, tú debéis hacer lo mismo. Yo me siento muy angustiada, pero
os daré fuerzas. De tal modo, no lloréis, no os lamentéis y no os
pongáis mal. No podéis deteneros nunca. Manteneos en pie con
coraje. Qué podemos hacer si la gente rehúsa aceptar nuestro amor,
ni siquiera DIOS os puede forzar. No esperéis demasiado tan pronto.
Sé paciente y esperad los buenos tiempos. Os reitero, nunca bajéis
vuestros brazos. Seguid, habladles, guiadlos, seguid haciendo
Cenáculos y orad, amado hijo, rezad el Santo Rosario, habladles y
transmitidles nuestro amor hasta que comprendan y abran sus corazones
al amor de CRISTO JESÚS y de vuestra Madre.
Os
amo. No sufráis más y seguid avanzando. No os detengáis, seguid de
pie, nosotros estaremos a vuestro lado siempre, amado hijo.
Amén.
18/01/15
Hijo
mío,
Quiero
que os hagáis ésta pregunta a todos vuestros hermanos y hermanas,
mis hijos amados, si hay alguien que pueda bajarme de la Cruz.
Momento tras momento, hay cada vez más gente que me crucifica. Yo
estoy sufriendo en la Cruz junto a mi Hijo amado JESÚS. Por
ello, os ruego y os pido que me ayudéis. Yo no puedo calmar la Ira
de DIOS PADRE sin vuestra ayuda, sin la ayuda de todos vuestros
hermanos, mis hijos. Podéis participar en mis sufrimientos debido al
control de la natalidad y a los abortos. Siento extremos dolores en
mi vientre porque en estos años pequeñas vidas están deambulando
en el Limbo después de haber sido privadas de su dignidad humana y
tratadas sólo como un pedazo de carne sangrienta. Hijo, ésta es la
consecuencia de la crueldad humana, la desacralización y el no
reconocimiento de la dignidad de la vida humana. Por ello, hoy más
que nunca os
ruego y os pido a todos vosotros que debéis orar y calméis vuestras
heridas y ofrezcáis reparaciones por los pecados cometidos durante
la noche.
Yo habitaré en vosotros si renunciáis a sí mismos y vienen a
mí. Por
ello, uníos unos con otros en el amor.
Si lo hacéis, el ángel desterrado, os aseguro, ha de ser vencido.
Os
pido y os ruego que seáis Apóstoles de mi Inmaculado Corazón.
Consoladme. Haciéndolo, os pido que os digáis a todos mis hijos e
hijas que os transformen en una persona humilde, muy humilde. Yo
estoy preparando una corona de laureles para cada uno de ellos que
sigan tras los pasos y escuchen mis palabras.
Por
ello, ahora, hijo mío, miradme. Recibid la Luz de mi Inmaculado
Corazón y hacedla brillar hacia toda la gente que vive en la
oscuridad. Yo estaré contigo. ¿Quién puede decir que está
calificado? Lo que se requiere es la determinación de vivir
de acuerdo a la VOLUNTAD DEL SEÑOR y
hacer el esfuerzo de arrepentiros con lágrimas frente al Señor
cuando se cometen errores. Sabéis cuán intensamente mi Inmaculado
Corazón arde para salvar aunque sea un alma más de las que están
siendo contaminadas con pecados en su debilidad.
Hijo
mío, muchos de mis Hijos Predilectos en estos tiempos se encuentran
caminando por una senda de soledad con una dolorosa Cruz. Están
subiendo el Monte Calvario en medio del cansancio y el sufrimiento.
Ellos caminan por la senda de la Cruz sufriendo muchos dolores en sus
heridas. Ayudadlos;
orad por ellos para que no sean infectados por el mundo, y que en
cambio sean fieles a su vocación. Ellos
son mis hijos que merecen respeto y ser amados por todos. Prestad
atención y decidles esto a todos los demás. Vosotros debéis
también ser quienes os consoléis. Ésta era es tan maligna y llena
de errores que los demonios utilizan todos los medios para destruir a
los Sacerdotes. Ellos saben que ganan más arruinando a un Sacerdote
que destruyendo a mil o aún a diez mil laicos. Por ello, os recuerdo
lo que siempre os pido y os ruego como Madre de cada uno de vosotros,
y lo sabéis porque tú lo hacéis continuamente, pero muchos de mis
hijos no lo llevan adelante aún sabiendo que os lo pido
continuamente que es, como os dije antes, rezar
continuamente sin deteneros todos juntos el Santo Rosario,
venced a los demonios y de esa forma liberad las almas de vuestros
hermanos, mis hijos, y construid
entre todos un mundo basado en la verdad y el amor.
Hijos míos, os lo ruego, seguid el sendero de la luz. Llevad a mis
pequeños rumbo al camino de la luz y vivid en armonía y paz. Haced
que vuelvan todos al sendero de la luz, y a través de ella a
encontraros con mi amado Hijo JESÚS.
Os
amo, amados hijos, os amo. Por ello os pido y os convoco al encuentro
entre todos vosotros y a su vez a través de la oración con mi amado
Hijo y conmigo, vuestra Madre.
Amén.
Tenéis
que haceros comprender a vuestros hermanos, hijo mío, que a pesar de
las muchas obras que hayáis acumulado, ellas colapsan una tras otra
si vosotros no prestáis atención
a las pequeñas cosas y habláis mal de los demás. Por
ello, os ruego que seáis muy lentos en abrir la boca y controléis
sabiamente vuestra lengua. Cuando
sintáis deseos de criticar a los demás, en cambio, cubridlos con
amor. Ésta es una buena obra también. Sed
sagrados en vuestras palabras y en vuestros actos. Practicad la
humildad. De este modo me daréis un
especial y precioso gozo. Nunca tratéis de estar por encima de los
demás. Vuestra
penitencia, caridad,
sacrificios y reparaciones se
volverán aceite perfumado para mis heridas.
Quiero
que sepáis, hijo mío, que ahora es el tiempo de una gigantesca
batalla entre mí y mi enemigo. Nuestro enemigo es el ejército del
dragón rojo, que tiene el aspecto de un terrible animal. Todos los
demonios están sueltos para conquistar ésta tierra desde el
infierno. Ellos están desafiándome para conquistar muchas almas en
este mundo, haciéndolas rechazar a DIOS y cometiendo pecados basados
en toda clase de egoísmos. De este modo, ellos están tratando de
formar un ejército. Una gigantesca
batalla ha comenzado debido a que es una batalla espiritual. Armaos
conmigo confiando todo a mi Inmaculado Corazón.
También practicad los mensajes de mi amor. Entonces vosotros seréis
capaces de escapar del terrible castigo que se aproxima a la
humanidad y a la Iglesia, porque debéis saber, hijo mío, y todos
vuestros hermanos, que los demonios viciosos han penetrado hasta el
interior de la Iglesia causando división, confusión y oscuridad.
¡Qué serias heridas causarán a las ovejas del rebaño! Por lo
tanto, orad, haced sacrificios y penitencia con un gran amor en este
tiempo de oscuridad que os ataca y nos ataca. Ellos están siempre
preparados para atacaros y llevaros, con mentiras, rumbo a las
lenguas de fuego. Por ello, tenéis
que llevar siempre en vuestras manos las cuentas del Rosario y vivir
en total armonía y paz y abrazar vuestras Cruces con infinito amor.
También debéis todos vosotros hacer y llevar adelante frecuentes
confesiones para recibir al Señor de forma más digna y abrir
vuestras mentes totalmente; mantenedlas limpias y organizadas; y
amaos los unos a los otros de tal modo que se transformen en un
Palacio y un Tabernáculo donde el Señor pueda habitar. Decid
esto a todos los niños del mundo. Quiero que todos vosotros uséis
el Escapulario con la intención de estar conmigo. Rezad el Rosario
de modo más fervoroso con todo vuestro cuerpo, vuestra mente, con
amor. Vivid una vida totalmente consagrada a la oración, a los
sacrificios y a las reparaciones. Renovad vuestra vida con el
espíritu de la auto-renunciación y la pobreza, y de este modo
podréis repeler la violencia del demonio.
Hijo
mío, veréis que pronto será LA ERA DE LOS APÓSTOLES DEL SAGRADO
CORAZÓN DE JESÚS Y DE MI INMACULADO CORAZÓN. En ese momento habrá
muchos que se lamentarán y llorarán sin consuelo. Debido a
ello, practicad el ayuno. Aquellos
que sigan al Señor llevando la Cruz, que divulguen y practiquen el
Evangelio y acepten los mensajes de mi ardiente amor, serán salvados
y recibirán el gozo de la Vida Eterna.
Por ello, os pido que os cuidéis porque en éstos tiempos son y
serán numerosos los falsos profetas. Ellos cayeron en la tentación
del demonio y están divulgando toda clase de falsa información como
si fueran mensajes míos. De este modo están confundiendo a mis
niños y promoviendo el desorden de modo de neutralizar y diluir mis
mensajes. Y todo ello, mis queridos hijos, llena a mi Inmaculado
Corazón de terrible dolor. Por ello os pido la unidad de todos y que
meditéis tras cada palabra y siempre caminéis por el sendero de la
luz, del amor y de la paz. No os desviéis nunca más, hijos míos, y
preparaos para la gran batalla. No me abandonéis, seguid el
sendero, seguid el camino unidos
todos a vuestros Pastores; y especialmente tenéis que proteger a
vuestro Papa, mi amado Hijo; escuchadlo y cuidadlo, rezad por él
todo el tiempo y acompañadlo, y formad el ejército más grande del
mundo en la defensa del amor y de la paz a través de la oración y
la consagración de cada uno de vosotros a nuestros Inmaculados
Corazones. Venid a nosotros, amados hijos.
Os
amamos.
Amén.
MENSAJE
DE LA SANTÍSIMA MADRE MARÍA- 21 Enero 2015
Mi
amado hijo,
En
estos días que han transcurrido y desde ya hace muchos años vengo
pidiendo, y a través de vosotros, convocando a mis amados
niños, os vengo hablando a través de cada uno de vosotros, os llamo
para preveniros, para que no os alejéis, para que aprendáis a
cuidaros unos a otros y para que os améis y comencéis, en la
unidad, a levantar LA GRAN NACIÓN DE CRISTO JESÚS. También os
llamo a cuidaros del ángel desterrado y de sus seguidores, porque
ellos se encuentran entre vosotros; y os pido y os ruego a vosotros
que os hagáis siempre comprender de todas las formas que sean
posibles a vuestros hermanos que deben cuidaros y cuidar mucho más
sus almas.
Quiero,
como Madre de todos, sin excepción de ninguna clase, reuniros bajo
mi Manto de Misericordia y de Amor. Yo he llamado y reunido a
numerosos niños y os he abrazado en mi Manto, pero la mayoría de
ellos no son agradecidos y os dispersan en todas direcciones, uniendo
sus fuerzas con el ángel desterrado, en lugar de transformaros en la
luz para éste mundo que día tras día cae y se ha vuelto oscuro. Yo
estoy muy apenada y mi Corazón sufre mucho por cada uno de aquellos
que están tan apartados de mi morada, de mi Iglesia, de mi amado
Hijo, alejándose rumbo a la inmensa oscuridad. En ésta era
presente, no sólo aquellos que están fuera de la Iglesia, sino
también los numerosos niños que dicen que aman a DIOS, os están
enemistando con Él y os están transformando como en asesinos en sus
corazones, haciendo a éste mundo no menos miserable que el de los
tiempos en que Caín mató a Abel. Por ello os convoco, por ello os
llamo, os suplico desde mi Corazón de Madre de todos vosotros,
porque no quiero que os perdáis entre las tinieblas, el llanto y el
dolor por toda una eternidad. Os ruego escuchad mis palabras, dejaos
guiar por ellas, caminad todos juntos y volved a ser el Gran Rebaño
guiado por vuestros Pastores y caminad todos unidos para llevar a
vuestro mundo a un mundo de armonía, paz y amor. Hoy veo con inmensa
tristeza, amados hijos míos, que la corrupción se ha expandido no
sólo en la sociedad y en las familias sino también en mi amada
Iglesia, haciendo que el mundo se envuelva en una cortina de
oscuridad. Pero, la mayoría de los líderes políticos y los
superiores en la Iglesia, cuya tarea es corregir los problemas, son
incapaces de crear la unidad, culpándose unos a otros, peleando
entre ellos, llenándose de orgullo de sí mismos y arrojando falsas
acusaciones hacia los demás, mientras, arrogantemente exponen sus
conocimientos y no os dan cuenta qué alejados se encuentran ellos
también del verdadero camino que un día emprendieron. Tenéis que
uniros, tenéis que hablar, tenéis que aprender a vivir en la más
inmensa humildad y abrazar y cuidar de vuestros rebaños. Tenéis
que construir todos juntos, unidas todas las religiones, UN MUNDO
DONDE LA PAZ SEA VERDADERA Y NO UNA TOTAL FALSEDAD,
o acaso me vais a decir vosotros, que gobernáis en todo el mundo,
que no os dais cuenta que sois los culpables de un mundo que
continuamente se encuentra enfrentado en guerras interminables, y eso
ocurre por vuestra inmensa codicia y por el orgullo que tenéis
muchos de vosotros, os creéis que tenéis el poder de hacer lo que
queréis con la vida de vuestros hermanos y con la Tierra que vuestro
Padre os entregó a todos sus hijos por igual para que vivierais en
armonía entre todos vosotros y cuidarais de ella; no sólo no
cuidáis de los rebaños, sino tampoco cuidáis de vuestro mundo que
agoniza día tras día, y ni siquiera podéis comprender que con él
agonizáis todos vosotros. Yo os pregunto a vosotros, hijos míos,
qué ocurre con ellos, son como capitanes de barcos que navegan en el
mar y os han vuelto ciegos, sordos e ineptos espiritualmente; cómo
podéis, hijos míos, pensar muchos de vosotros que vuestro amado
Padre no puede encontrarse enojado. Hijo, podéis ver lo mismo que
nosotros observamos diariamente, a muchos de mis hijos e hijas venir
a mi morada a decir que abrazan sus Cruces, y cuando tan pronto
atraviesan sus puertas rumbo a la calle, vuelven a cometer los mismos
pecados y nada os importa, pero, hijo mío, decidles que deben
arrepentiros golpeando sus pechos, llorando y gritando antes del
tiempo en que el castigo de DIOS por todos los pecados de ésta era,
que se ha vuelto tan corrupta, caiga sobre el mundo. Os pido y os
ruego que mediéis de qué utilidad os será arrepentiros luego
debido a que yo no seré capaz de hacer algo en ese momento. Estoy
ansiosamente alegando por vosotros, repitiendo las mismas palabras
una y otra vez, y vosotros desprestigiáis lo que os digo, injuriáis
a mis hijos e hijas que en el mundo yo he elegido, os burláis, pero
no tan sólo vosotros, sino tengo que ver con inmenso dolor que
muchas veces sois guiados para no hacer lo que os digo por muchos de
vuestros Pastores que no creen porque piensan que vuestra Madre no
puede buscar entre todos sus hijos e hijas a aquellos que no están
al frente de mi morada; y ahí se encuentra el gran error, y más que
error ahí están la ambición y la falta de humildad de muchos de
ellos.
Por
ello, os convoco a que reflexionéis todos y que os unáis en
oración, que os unáis a llevar la Palabra a todo lugar de vuestro
mundo, que rescatéis a todas las ovejas perdidas; y a vosotros,
fieles a mi amado Hijo y a mí, vuestra Madre, os ruego que recéis
mucho por aquellos Pastores que os apartaron del verdadero sendero de
la luz y del amor y de los votos que dieron un día y no os están
llevando adelante. Por ello, os pido como Madre y os ruego, uníos
todos y orad,
hijos míos, rezad el Santo Rosario, confesad vuestros pecados,
recibid el Cuerpo y la Sangre de mi amado Hijo, haced ayuno y
penitencia y vivid la semilla del amor, la misericordia, la justicia
y la paz sobre toda la Tierra. Mis
amados hijos, volved a ser el Gran Rebaño y volved a los brazos de
vuestro amado Padre, mi amado Señor.
Quiero
que comprendáis y sintáis lo que os diré, hijos e hijas mías, os
repetiré algo que os vengo diciendo y pidiendo, que
si vosotros volvéis al sendero, todavía no es demasiado tarde.
Vaciad vuestros corazones en forma urgente, arrepentíos y regresad a
mí, vuestra Madre Celestial.
Entonces, el Señor, quien se ha transformado en la Víctima de
Sacrificio para la reconciliación y para salvaros, verá que piden
por su perdón y reconstruirá lo que el ángel desterrado ha
destruido y sanará las heridas que el ángel desterrado ha
causado. Por
lo tanto, orad y pedir a DIOS con amor, aún por aquellos que están
gozando sobre las miserias de los demás.
Esto es debido a que sólo a través del amor vosotros podréis
lograr la victoria sobre el ángel desterrado y sus seguidores.
Sabed, hijos míos, que DIOS aún sostiene la Copa de la Ira debido a
las oraciones, los sacrificios y las reparaciones de las pequeñas
almas que se han consagrado a mi Inmaculado Corazón. Por lo menos
vosotros, que habéis sido llamados, haceos apóstoles del SAGRADO
CORAZÓN DE JESÚS y de mi Inmaculado Corazón y armaos vosotros
mismos con amor; permaneced despiertos y orad para prevenir el
castigo que DIOS ha hecho descender. Quiero en este día que todos
mis amados hijos que han sido llamados como apóstoles del SAGRADO
CORAZÓN DE JESÚS y de mi Inmaculado Corazón siempre penséis en
construir entre todos un mundo de amor y de paz; y haceos uno
conmigo. Vuestro
trabajo para el Señor y para mí será acompañado de numerosos
dolores de todos modos. Sabed que cuanto más dolores vosotros
sufráis, tanto más recibiréis y más grande será el premio en el
Cielo. Ofreced esos dolores sangrantes graciosamente. Ahora
no hay más tiempo para retroceder o dudar. Yo quiero que todos
vosotros demostréis más valientemente el poder del amor
manteniéndose en unidad y que me seáis total y heroicamente leales,
de tal modo que el ardiente amor y los ansiosos alegatos de mi
Inmaculado Corazón sean conocidos en todo el mundo. Por ello, aún
cuando vosotros gimáis en la ladera de una peligrosamente empinada
montaña mientras me hacéis conocer, sólo durará un breve tiempo.
Esto será de éste modo porque yo os protegeré dentro de mi Manto,
que está siempre listo para vosotros, y os guiará al Cielo. Por
ello, os ruego, amados hijos míos, seguid vuestro sendero, seguid
caminando de la mano de vuestros hermanos y hermanas, escuchad
siempre mis palabras, salid a recorrer todo lugar donde seáis
necesarios, mantened siempre viva mi amada IGLESIA, que el mundo sepa
que se encuentra de pie y que está luchando a través de la oración
y del amor, de unir a todos los pueblos y naciones del mundo; vivid
en armonía y paz, construid la Gran Nación y abrazad vuestras
Cruces.
Pequeños
míos, yo os convoco, yo os llamo en nombre de mi amado Hijo, en
nombre de mi amado Señor, y os pido uníos a mi llamado, romped toda
cadena y atadura que no os permite caminar rumbo al Gran Encuentro y
a volver a renacer y despertar de éste mundo que el ángel
desterrado llevó a muchos de vosotros, con engaños y mentiras, a
pensar que teníais que abandonar mi morada. Por ello, volved y
venid, amados hijos, que yo os protegeré bajo mi Manto de
Misericordia y Amor.
Os
amo, hijos míos. Orad,
rezad todos los días en unidad el Santo Rosario, haced Cenáculos y
uníos para entre todos llevar adelante un mundo donde reine la paz y
el amor.
Os amo. Os ruego que mis palabras lleguen a todo rincón de vuestro
mundo, que toquen cada corazón y que la luz brille en toda su
intensidad.
Amén.
MENSAJE
DE SANTÍSIMO JESÚS - 22/1/15
Hijo
tenéis que hacerles comprender a vuestros hermanos, mis amados hijos
que sienten que se encuentran solos, que jamás os dejamos en ningún
momento, que siempre Yo, junto a Mi Madre y Madre de todos vosotros,
estamos a vuestro lado cuidándolos y guiándolos a través de la
Palabra y de cada mensaje que os entregamos a ti y a vuestros
hermanos en el mundo entero; al encuentro, a la oración y a que
viváis en eterna Comunión con nosotros. Os pido que os hagáis
comprender que vuestra Madre, la Madre de todas las Criaturas, que
vive en vuestro mundo, os trae en nombre de Mi Padre y en Mi nombre a
todos vosotros lo que os ofrecemos, la Luz del Amor y la
Misericordia.
Por
ello, os ruego a todos vosotros que oréis y oréis nuevamente,
siempre, continuamente, y no dejéis de hacerlo aún si vuestros
pensamientos son imperfectos; ofreced vuestra vida entera a Mí a
través de Mi Madre como pequeñas, pequeñitas personas. Esto
es transformar verdaderamente la vida en plegarias y ofreceros
vosotros mismos. Aunque parezca que la oscuridad lo cubre todo,
seguid a Mi Madre confiándole todo a ella con fe y confianza,
creyendo en ella. Entonces,
vosotros recibiréis LA LUZ DE MI SAGRADO CORAZÓN y ganaréis el
Cielo todos aquellos que cumpláis con lo que hoy, hijos Míos, os
pido.
También, las palabras de Mi Madre, que dijo a través de las
plegarias, sacrificios y reparaciones de las pequeñas almas y se
logrará la paz en el mundo, serán ciertamente cumplidas. Por ello,
siempre Os
pedimos que tengáis confianza, que no abandonéis la Fe, la
Esperanza, y que cada oración que deis todos vosotros lo hagáis
desde lo más profundo de vuestros corazones; y cuando recéis el
Santo Rosario, lo meditéis profundamente y lo hagáis despacio,
sintiendo cada una de las oraciones que repiten con total amor,
armonía y paz.
Yo
os diré a todos vosotros hoy que Mi Madre os ama y el sufrimiento
que siente en su Inmaculado Corazón es inmenso muchas veces por el
alejamiento que encuentra en muchos de vosotros y que no llegáis
hasta su presencia para acompañarla, para hablarle y para pedirle
cuando muchas veces os sienten mal. Tenéis que comprender, pero
todos, amados Míos, que ella desea que ni siquiera uno sólo de
vosotros, sus hijos e hijas del mundo, os perdáis y os dejéis
engañar por el ángel desterrado a través de la mentira y de esa
forma os alejéis de su morada, nuestra amada Iglesia, y de nuestros
Inmaculados Corazones. Por ello, os está siempre advirtiendo,
pidiendo y rogándoles que no os apartéis, que caminéis
todos juntos tomados de la mano como debéis hacerlo, como una Gran
Nación, una sola nación basada en los Sagrados Mandamientos, el
amor, la pureza, la justicia y la paz. Comprended,
amados hijos Míos, el amor que sienten nuestros corazones es inmenso
y queremos que ni una sola criatura se pierda en la oscuridad y el
dolor. Por
ello, os pido en Mi nombre y en nombre de Mi Madre que se una todo el
Rebaño, que volváis a nuestra morada, que os confeséis y de esa
forma viváis todos en total armonía y paz unidos a nuestros
Inmaculados Corazones. Haced penitencia, amados
hijos, por tanto dolor y tantos ataques que en éstos últimos años
nuestras moradas están sufriendo por los bárbaros y son profanadas.
Unid vuestras voces y hacedlas sentir en cada rincón de vuestra
tierra para detener tanta ofensa y tanto dolor. También no permitáis
que Mis hermanos sean injuriados, perseguidos y castigados. Por ello,
os pido oración, y unido a ella, la conversión de todos aquellos
que os apartaron un día de nuestro lado. No nos dejéis solos,
necesitamos de cada uno de vosotros, de sentiros junto a nuestros
Corazones, de escuchar vuestras voces y de entregaros a cada uno LA
LLAMA DE AMOR DE NUESTROS INMACULADOS CORAZONES.
Amados
Míos, hoy Mi Madre y Yo, vuestro Hermano, os hablamos y os pedimos
que os pongáis todos en camino para reparar todo el mal que muchos
habéis cometido. Salvad vuestras almas de la oscuridad, salvad
vuestras vidas y vuestro mundo de la inmensa oscuridad, del dolor, de
la depuración y de la guerra y nunca más os dejéis guiar por el
ángel desterrado. Mi Madre siempre se encuentra al lado de cada uno
de vosotros. Ella os acompaña y os guía. Yo estoy a vuestro lado y
camino junto a cada uno de vosotros guiándolos al Gran Encuentro.
Por ello, os lo ruego, volved al comienzo y levantad la Gran Nación
basada en el amor. Apartaos de todo pecado y romped todas las
ataduras que no os permiten vivir en armonía y paz. Comprended todos
que os amamos y comprended
que Yo os perdono a todos aquellos que lleguéis hasta Mí y pidáis
perdón por los pecados cometidos y renunciéis a todo. Vivid
en armonía entre vosotros y con vuestra Madre Tierra y vuestra Madre
Naturaleza; cuidad de ella y cuidaos unos a otros; no permitáis que
nunca más se pierda uno de vosotros en la oscuridad.
Sed la luz en todo lugar de vuestro mundo y demostradle a aquellos
que piensan que Mi Iglesia no está a su lado, decidles que abran sus
ojos, que despierten de ese largo sueño y aprendan a mirar, y
entonces podrán ver y observar que sí nos encontramos más que
nunca al lado de vosotros; y también tienen que comprender hoy más
que nunca que cada mensaje dado a nuestros hijos son reales. No
permitáis que aquellos que están al lado y al servicio del ángel
desterrado siembren en vuestras mentes la duda que no somos nosotros
los que estamos hablando a través de éstos hijos elegidos. Amados
Míos, es nuestra voz, es la voz de nuestra Madre previniéndolos y
preparándolos para lo que ha de venir si no siguen por el sendero
que ella os marca todos los días. Estamos entre vosotros por amor,
porque no queremos que os perdáis en la oscuridad, para salvar
vuestras almas y PARA QUE UN DÍA ESTÉIS TODOS GOZANDO DEL REINO DE
LOS CIELOS JUNTO A NOSOTROS. Comprended, amados Míos, volved a
nuestra morada, volved a los brazos de Mi Padre, volved a la entrega
y a la oración y convertíos cada uno en un verdadero Misionero del
Amor de nuestra Llama de Amor. Yo, junto a Mi Madre, os convocamos a
todos vosotros a volver a comenzar, pero junto a vuestros Pastores. Y
os ruego y os pido, proteged a Francisco, nuestro amado Hijo; cuidad
de él, acompañadlo, no lo abandonéis y no permitáis que aquellos
que están unidos a las fuerzas del mal, que obedecen al ángel
desterrado, lo ataquen; él está llevando nuestra morada por el buen
sendero, os está guiando a la luz y a nuestros brazos; escuchadlo y
dejaos guiar, os lo ruego. Os amamos, amados Míos.
Y
yo, como Madre de todos vosotros, hijos míos, os ruego no abandonéis
la lucha, y la
lucha ha de ser a través del rezo del Santo Rosario, de la entrega,
del amor, de la unidad de todos vosotros, de llevar adelante la
Palabra y QUE SIGÁIS ABRAZANDO TODOS JUNTOS LA CRUZ CON INFINITO
AMOR.
Amados
hijos e hijas, hoy os pedimos unidad y que llevéis adelante este
mundo rumbo a una nueva nación, la Gran Nación, donde reinará por
siempre la paz; y si lo hacéis, entonces, amados hijos, podréis
todos unidos ver un nuevo amanecer.
Amén.
JOSÉ
LUIS BELMONTE
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