Hoy os daré una oración, se vienen tiempos muy difíciles para todos, pues vuestros hijos se deben a la humanidad toda. La oración que Yo os daré es para ser puesta y orada en comunidad, pero también para vuestros hogares. Un día mandé marcar las puertas de los hogares con la sangre del cordero, hoy os doy esta oración para que también sea colocada en cada hogar como señal de la presencia de la luz en ese sitio, y preservarlos de las oscuridades que vendrán. Vendrán para ser luchadas y para ser erradicadas, pero no atravesarán las paredes que tengan esta oración, orada y visible a todos sus miembros. Esa oración será dada por mi esposa, quien llegara a vosotros y os hablará, prestad especial atención a sus palabras, como Madre Divina os hablara con amor a fin de protegeros de todo mal. Hijo mío, mi esposa está siendo aceptada por muchas naciones, merced al trabajo de vuestro Ejército Mariano, eso me complace grandemente. Os doy esta alegría, pues sé de vuestro esfuerzo y de vuestra entrega. Como Padre os agradezco como comunidad de luz por cada oración, por cada rezo comunitario que ha abierto las puertas al Corazón Blanco e Inmaculado, un Corazón rebosante de amor y de entrega, como es el corazón de mi amada esposa. Todo lo que hacéis por su grandeza y por su reconocimiento como Señora Soberana de cielos y tierras es agradable a mis ojos y llena mi corazón de gozo. Recibid mi abundante redención y bendición y os doy voces para que no desfallezcáis jamás en la labor de entrega y de servicio que habéis emprendido. Me complazco cuando un hijo más se une a vosotros y cuando vuestra comunidad se ensancha abarcando los siete continentes, pues esa es la obra que os pedí y esa es la obra que hacéis.
- Amadísima Madre mía, te veo llegar entre nubes, tu presencia flota ante mí portando un gran libro con tapas doradas, dime Madre amada ¿qué es lo que traes tan apresuradamente ante mí?, aquí estoy soberana emperatriz de cielos y tierra para escuchar tu mensaje
Amadísima hija mía, durante mucho tiempo fue dado a los maestros un gran número de oraciones y bendiciones especiales para que sean propagadas, pues todas ellas son de una gran riqueza espiritual y conforman una poderosa protección para los momentos de luchas, pero quiso el hombre enviarlas al olvido, pues no faltaron voces que proclamaran que tales bendiciones pertenecían a otros niveles y que debían ser quitadas e ignoradas.
Hoy vengo a vosotros por mandato de vuestro amadísimo Padre a fin de ir develándoos poco a poco todas estas oraciones y bendiciones para que sean oradas y tenidas en cuenta por todos mis hijos pues su ser espiritual y el de todos sus seres queridos, será alcanzado por la protección y la bendición de cada una de ellas, escucha hija mía y escribe, así bendeciréis vuestra comunidad y vuestros hogares
ORACION
"En esta casa sólo hay una presencia: La Presencia de Dios. Lo bueno. Aquí no puede entrar ningún mal. Dios, lo bueno habita aquí. Quienquiera que entre, sentirá la presencia divina de lo bueno.
Aquí sólo hay una Presencia: la Presencia de la verdad. Nada falso puede entrar. En esta casa no se encuentra el engaño, ni la mentira ni la envidia, ni los celos, ni el egoísmo. Se desecha todo pensamiento falso. Quienquiera que entre aquí, sentirá la presencia de la verdad.
Aquí sólo hay una Presencia: la Presencia de la vida. No se piensa en la muerte, ni se teme por ella. Sólo hay vida. Todo temor se desecha, quienquiera que entre, sentirá la Presencia de la vida pura y bendita de Dios.
Aquí sólo hay una Presencia: la presencia de la salud. Ninguna enfermedad puede entrar ninguna impureza, ningún temor. Toda enfermedad y flaqueza será desechada. Quienquiera que entre aquí, sentirá la Presencia de la salud, gracia bendita de Dios.
Aquí sólo hay una Presencia: la Presencia de la Pureza. Ningún pensamiento impuro puede entrar. Nosotros habitamos en la pura y bendita Presencia de Dios. Quienquiera que entre aquí, sentirá esta Presencia pura y bendita de Dios.
En esta casa se aposentan la paz y la armonía, aquí trabajamos en la Presencia de la paz. Ningún pensamiento de inquietud o discordia puede entrar, ninguna irritabilidad, ningún temor. La Presencia de Dios es Paz. Quien quiera que entre sentirá la Presencia de la Paz.
En esta casa se aposenta la Opulencia de Dios. Ningún bien faltará. No hay falta de satisfacción. Quien quiera que entre aquí se sentirá complacido, contento y próspero.
En esta casa se aposenta la presencia de sus ángeles y santos, que atentos contribuirán en perfecta comunión de amor, intercediendo por todos sus miembros, a fin de que vivan en perfecta armonía y en perfecta unión.
En esta casa hay solo una presencia, la presencia del entendimiento y la confianza mutua, ningún mal podrá atentar contra ella pues sus paredes se encuentran custodiadas por la luz del único y soberano Dios.
En esta casa son todos bienvenidos, como bienvenidos somos todos en la morada de nuestro Padre Dios, no excluimos a nadie, pero no aceptamos resentimientos, discordias ni envidias, defenderemos la verdad, la sinceridad, el servicio y la transparencia entre todos sus habitantes.
Que esta Bendición se extienda hacia todos los Seres que lean esta Consagración."
- Gracias amadísima Madre, por tu presencia en medio nuestro, por tu voz que llega a lo profundo de nuestros corazones, gracias Madre porque velas por nosotros día y noche. Tus hijos todos te alabamos y te bendecimos eternamente, Amén
Te desciendo hija mía, gracias hijita por escuchar una vez más mi voz, enseña, cuida y transmite hija mía. Amén
No hay comentarios:
Publicar un comentario