9 de Diciembre de 1978
UNA CATEDRA LUMINOSA
Escribe, hijo mío, soy Jesús. Continuemos con el mensaje de hoy mismo: la Verdad.
Está en medio del Mundo una CÁTEDRA resplandeciente y luminosa, y sobre aquella cátedra se sienta un hombre igual, pero "diferente" de todos los demás hombres, es el Cristo en la Tierra, Mi Vicario, el Romano Pontífice ¡y es el único hombre en la tierra que cuando habla a la Iglesia y al Mundo como Vicario Mío, tiene el don de la infalibilidad!
También éste es un inestimable tesoro, por el cual ninguno debe alimentar la duda de perderse en los laberintos de los errores y de las herejías poniéndose en el camino de la perdición, porque Él, el Maestro que me sustituye en la tierra puede decir con seguridad absoluta a los errantes, a los perdidos, a los inciertos y a los dudosos: "el Camino a seguir es el camino que Yo os indico; siguiéndolo no os perderéis jamás". Por lo tanto este hombre que está en la Cátedra de Pedro con la "verdad" puede dar también a los hombres de buena voluntad paz, seguridad y serenidad.
El Romano Pontífice, faro de luz y de verdad
Por parte de muchos enemigos internos y externos, con una tremenda erosión, aún en acción, se ha intentado destruir el Dogma de la Infalibilidad del Romano Pontífice cuando en su calidad de Vicario Mío habla de Fe o de Moral a todas las Gentes... ¡pero su turbia acción no arribará a nada!
El Dogma está, permanece y permanecerá en la vida de Mi Iglesia como una espléndida gema que le dará un esplendor del todo particular y extraordinario, especialmente después de la purificación. Y tal don es participado a todos los Obispos que viven en comunión de fe y de amor con Mi Vicario y con Él actúan en unidad de propósitos para el bien común de Mi Iglesia.
"Los Obispos que no están unidos a Mi Vicario, como he dicho antes, no disfrutan de este maravilloso tesoro".
He aquí entonces que en el mundo oscurecido por las tinieblas generadas por la soberbia está una Cátedra única como faro de luz y de verdad, capaz de señalar a todos los hombres que vienen a este mundo el camino seguro de la salvación eterna... pero los hombres hoy, sumidos en la materialidad como están, no saben ni pueden comprender el Amor Misericordioso del Padre que tanto los ama.
¿Quién se preocupa, hijo mío, de enseñar y explicar a los hombres estas manifestaciones del Amor de Dios respecto a ellos?
Fides ex auditu…[111] este es el plan de la Divina Providencia, pero si ninguno habla de las cosas necesarias para la formación de las conciencias cristianas ¿cómo podrán formarse estas conciencias?
Cátedra de Verdad y la Verdad es luz, pero los hombres de hoy son tinieblas. ¿Cómo pueden entonces desear, buscar y amar la Verdad?
Se busca de todo, se habla de todo excepto de la Verdad, y distraídos como el Procurador Romano Poncio Pilato preguntan: "¿quid est veritas?"[112] pero no esperan la respuesta ¡por el vago temor de conocerla!
En el mensaje de esta mañana te he dicho que la Verdad es la antítesis del error, como las Tinieblas son la antítesis de la luz, como el amor es la antítesis del odio; ahora bien, como Verdad y Error tienen fuentes opuestas y en contraste, se explica la lucha que no cambia, ni cambiará jamás, en efecto Dios, transparencia infinita, porque es "verdad infinita", y las potencias oscuras del Infierno, porque son "oscuridad y error", están en una lucha perenne que tendrá su conclusión sólo al fin de los tiempos.
La "Verdad" es Dios participado a vosotros mediante Mi Palabra
Los Escribas, los Fariseos y los Sacerdotes del Templo siempre han impugnado Mis verdades, las odiaron siempre y las combatieron con todos los medios, porque eran tinieblas, esto es, soberbia, que quiere decir odio implacable, odio que encuentra su punto de desfogue en la "Cruz". Hijo mío, tú sabes que hasta ahora no ha cambiado nada y que ¡la Sinagoga continúa con los mismos engañosos medios y con los mismos propósitos que tenía la iglesia hebraica en los tiempos de mi vida terrena!
La Verdad es Dios participado a vosotros mediante Mi Palabra, es decir, la Revelación, asegurada mediante la Infalibilidad del Romano Pontífice y de los Obispos en comunión con Él.
La herejía, el error y la oscuridad son el producto de Satanás, producto que les participa largamente a sus seguido res que no ven otra cosa que su propio yo…
¡Oh hijo mío, en Mi Iglesia hay ya quien ha pagado la verdad con la vida así como Yo pagué con la Cruz… como mis Apóstoles pagaron con el Martirio … y como tantos hoy están pagando con lo mismo!
Nada puede cambiar, por que no pueden cambiar los términos de este lucha: transparencia, luz y amor por una parte, oscuridad, error y odio por la otra. Pero no temáis, porque Yo, Verdad, estoy en medio de vosotros y permanezco en medio de vosotros, y si Yo estoy con vosotros ¿quién podrá algo contra vosotros?
Ahora basta, hijo mío, estás cansado, como siempre, te bendigo y Conmigo te bendicen el Padre y el Espíritu Santo y con Nosotros te bendicen mi Madre Santísima y San José, juntos bendecimos a ti y a todas las personas queridas por las que rezas, y también a la Comunidad
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