7/9 de Diciembre de 1978
DIOS UNO Y TRINO VERDAD ABSOLUTA
Escribe, hijo mío, soy Jesús y deseo continuar con el coloquio interrumpido ayer.
Entre los tesoros de mi Iglesia hay otro preciosísimo, pero no siempre apreciado por los hombres y buscado con el ardor que bien se merece, y es la "Verdad".
La verdad absoluta soy Yo, Dios Uno y Trino.
La verdad relativa es la que más se acerca a Mí, esto es, es aquella a vosotros participada por Mí, verdad suprema..
La "mentira" es oscuridad que brota, como cualquier otro mal, de la soberbia.
La "verdad" es transparencia que se deriva de la Transparencia absoluta que es Dios.
La Verdad es luz intelectual plena de amor y de amor está toda compenetrada; mientras la mentira, que es siempre engaño, es la antítesis de la verdad.
Quien posee la verdad posee a Dios, "Ego sum Veritas"[110]; y poseer a Dios es poseer todo, es decir, es poseer la paz, la vida, la esperanza que sostiene, ayuda y fortalece, que genera la fuerza de luchar y proseguir el camino hacia la meta final, única finalidad de la vida y de la creación. Por el contrario el error, que es engaño, mentira y tortuosidad mantiene al alma vinculada a la muerte.
La Iglesia: única legítima intérprete de las verdades reveladas
Hijo, la "verdad" está en Mi Iglesia, la sola y única institución humana que posee este inestimable tesoro que Yo le he dado;
es la sola y legítima Depositaria de la Revelación;
es la sola y legitima intérprete de las Verdades reveladas;
es la sola Maestra de verdad que tiene en sí la garantía de las verdades enseñadas;
por esto le será dado el puesto que le corresponde esto es de Guía de los pueblos y de las naciones.
He dicho qué es Mi Iglesia, sacramento de salvación, que posee este precioso e inestimable don, pero no son para considerarse sacramentos de salvación los miembros individuales de la Iglesia, o particulares "grupos" o determinadas escuelas, a veces verdaderos estercoleros donde pululan herejías de todo género;
no son para considerarse iglesia los numerosos presuntuosos Teólogos que se han hecho promotores de doctrinas insensatas rebosantes de errores y de verdaderas y propias herejías;
no son ni siquiera para considerarse iglesia tantos Pastores que independientemente de Mi Vicario difunden principios contrarios a la Revelación;
no son de ninguna manera para considerarse buenos Pastores y buenos Maestros aquellos Obispos que "tácitamente" aprueban el afirmarse y el difundirse tantos errores entre su grey... ¡y el número de estos últimos es grandísimo!
Sé que lo que te voy a decir, hijo mío, podrá parecerte paradójico, pero es la verdad: Si un Obispo o un Sacerdote están en gracia de Dios ven y verán más o menos, según su transparencia espiritual, pero si no están en gracia de Dios en su espíritu está la oscuridad, esa oscuridad tremenda que es muerte espiritual y tú sabes que los muertos no pueden sino emanar hedor, ahora bien, quien por soberbia y orgullo ha traicionado vendiéndose a la iglesia de Satanás y tú sabes que hoy éstos son muchos, si no ha habido en él un sincero arrepentimiento seguido de una santa Confesión, podrá ser Obispo o Sacerdote sólo ante los hombres pero no lo es ante Dios, porque el Orden Episcopal o Sacerdotal está suspendido, esto es, no ha impreso jamás ningún Carácter ni podrá jamás producir algún efecto en aquellas almas desventuradas.
No aceptan la Verdad... y Yo soy la Verdad
¿No te dije muchas veces que si te hiciera ver todo lo que está detrás de la fachada de Mi iglesia no podrías sobrevivir ni siquiera un instante?
¡Pero esto no es todo!
Tú continúas preguntándote cómo es posible todo esto, ahora no es el caso de hablar de posibilidades sino de mirar de frente una tremenda realidad que te abre una rendija de luz sobre una situación dramática de mi Iglesia y que te explica la complaciente indiferencia de la propagación del error y de la herejía y además tantos otros males.
¿Cómo podrías explicar la pasividad, el silencio culpable y ese intentar continuamente obstaculizar el bien bajo los más absurdos pretextos, siempre naturalmente camuflados de celo por la verdad, por parte de quienes no aman, no buscan y no quieren la verdad, mientras que no tienen ojos para ver ni palabras para estigmatizar el mal que se consuma ante ellos?
No aceptan la verdad... y Yo soy la Verdad; no pueden aceptarla porque han matado en ellos la Fe, que es transparencia, a través de la cual se vislumbra la verdad para adherirse con la voluntad a ella... pero ¿cómo puede ver quien ha sofocado y matado en su propio corazón la Fe por amor del propio yo?
Es cierto, hijo mío, que ellos leyendo estos mensajes Míos se sentirán ofendidos y reaccionarán contra ti, pero tú no te preocupes por ello, porque no podrán nada contra ti, pues lo quieran o no, soy Yo, Jesús quien te habla y quien te ha elegido para desenmascararlos, en vista de que se han resistido a toda invitación mía para ponerse de nuevo en el camino justo del arrepentimiento para el retorno a la Casa del Padre.
Los depositarios de la Verdad son Mi Vicario y los Obispos unidos, he dicho unidos, con Él en una profunda comunión de Fe y de Amor; a ellos la tarea de ser Luz y Maestros de Verdad.
Ahora basta, hijo mío; te bendigo y contigo bendigo a todos aquellos que te son queridos; no temas, no temas nada, ¡Yo, Jesús, soy el más fuerte!
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