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Este es un artículo que nunca pensé que tendría que escribir. Y que nunca jamás querría haber escrito.
Pero no puedo permanecer más tiempo callado. La verdad y la evidencia se imponen. Las pruebas y los testimonios se acumulan…
Han sucumbido a la seguridad, al poder, a las riquezas, a la seducción de un enemigo “amable”… ¡Falsos pastores!
Sí. Por eso es un artículo que me duele especialmente escribirlo. Que me sangra el corazón por cada palabra que tecleo.
Todo con los ojos vendados. Sin querer ver, sin querer conocer, sin querer saber… Como si de un juego se tratase.
Pero es un juego que cuesta vidas… De hecho, la foto que en verdad debiera ilustrar esta entrada tendría que ser la de un niño destrozado por el aborto. Pues esa es la realidad de lo que pasa en estos hospitales.
Pero el asunto crece y se multiplica. Y cada vez es más lo que sale a la luz:
El Hospital Materno-infantil de San Juan de Dios de Esplugues (prolongación de la Barcelona más señorial) se ha convertido en hospital de referencia de las prácticas más contrarias a lo que fue su espíritu fundacional. Otro tanto ocurre en Manresa. “El Hospital de Referencia de Salud Sexual y Reproductiva y para la Información para la Interrupción Voluntaria del Embarazo en Manresa y en Barcelona, es el de San Juan de Dios”.
Esto lo escribe un sacerdote de Barcelona,
el P. Custodio Ballester, del que ya también
he escrito varias veces, conocido por su defensa de la libertad religiosa en la opresiva Cataluña, y defensa de la vida no nacida, denunciando los abortos, especialmente en estos hospitales de la Iglesia. Y del cual, además, me honro inmerecidamente de ser su amigo. Por tanto, del que me fío por completo.
Pero es que el tema ha salido a la luz varias veces. Y con testigos. Recomiendo visitar su
blog,Sacerdotes por la vida, que es también la plataforma provida de la cual el mismo mosén Custodio es delegado en España.
En esos interesantes artículos del P. Custodio, se habla de varios hospitales catalanes de titularidad eclesiástica, como el Sant Hospital de la Seo de Urgell, el Bernabé, en Berga, o el de Sant Pau, en Barcelona. Y de los obispos de Tarrasa, San Feliu, Solsona o Barcelona.
Y se habla de varios obispos: Pujol, Meneses, Novell, Cortés y Sistach. ¿Tienen conocimiento de lo que pasa? ¿o solo lo tienen -permitiéndolo y asintiendo- sus representantes en las Juntas Directivas?
Se trata de algo tan grave -vidas humanas aparte- como que todos los hospitales de titularidad eclesiástica en Cataluña, y de utilización -y gestión- compartida con la administración sanitaria de la Generalitat, forman parte de la Red de Centros abortistas de Cataluña.
Es un grave problema y un disgusto para muchos. Una auténtica infamia.
Se que muchos de los incondicionales que aún me leen sentirán un profundo dolor. Es inevitable. Y hay que asumirlo. Pero lo mismo que otros dolorosos escándalos que han afectado a miembros de la Iglesia, no se debe soslayar ni tapar. Hay que extirparlo. Callarlo es colaborar con ese clamoroso crimen.
Es también un juego peligroso. Juegan al dontancredismo de no moverse para no molestar al poder -la administración de la Generalidad catalana-… Juegan a arrastrarse, a mimetizarse en el suelo, cual serpientes, para no llamar la atención de aquél que les da de comer… La seguridad del dinero, como otros Judas que recogen puntualmente la bolsa de las treinta monedas.
Pero ese juego secreto e infame se ha conocido. ¡Yo doy fe! He hablado directamente con testigos oculares de los abortos practicados en el St. Pau, por ejemplo. Aunque los responsables de esos hospitales lo nieguen una y otra vez, en un ejercicio de cinismo sublime, diciendo que allí no se hacen “interrupciones voluntarias de embarazo”…
Frente a esa colosal mentira, a ese gran aparato administrativo que oculta la verdad, se alza la voz de unos providas valientes, que todos los días 25 de cada mes (aniversario mensual del 25 de marzo, día de la Encarnación y día internacional de la vida), acuden a la marcha 25V, desde la puerta del St. Pau hasta la de la Sagrada Familia. Sin desistir ni un solo mes.
Docenas de personas coreando cánticos y consignas, con pancartas y mucha alegría. Aguantando los desprecios y las agresiones de los abortistas.
Liderados por el P. Custodio y por la gran capitana Tania Fernández, mis amigos de Derecho a Vivir Barcelona, que con una audacia fuera de lo normal, hacen frente a “la gran mentira”.
Otro día tendré que hablar más sobre estas marchas.
Hoy solo puedo rezar y ofrecer este dolor. El dolor profundo que siento al ver como -los que más tenían que proteger la vida- miran para otro lado (y reciben el dinero público) cuando en su propia casa, su propia gente, asesinan a niños en el seno materno.
Asesinatos debajo de una cruz, en una casa con nombre católico. Un escándalo.
Dios los perdone.
@petrusquinta
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