“Meditad vuestra situación: sembrasteis mucho, y cosechasteis poco, comisteis sin saciaros, bebisteis sin apagar la sed, os vestisteis sin abrigaros, y el que trabaja a sueldo recibe la paga en bolsa rota”.
A veces, alguien o algo nos devuelven una imagen de nosotros mismos que no nos gusta. Y vemos que hacemos cosas, proyectamos intentos, creemos estar como queremos estar, pero los resultados no son los esperados. Como si nuestras acciones fueran huecas. Como si nuestra vida perdiera fuerza. Los profetas son algunos de esos personajes incómodos que nos devuelven lo inútil de nuestra vida, lo hueco de nuestras acciones. Por eso, como hoy Ageo en la primera lectura, se nos invita a meditar nuestra situación. Cada uno sabe dónde bebe sin saciar la sed, cómo se viste sin abrigarse o donde sembramos sin cosechar. Globalmente, valdría con echar un vistazo a las noticias. Os propongo alguna imagen de las muchas posibles que pueden hacernos meditar:
La Iglesia celebra hoy a Nuestra Señora de la Merced, patrona de cuantos viven presos o esclavos en cualquier modo. La injusticia y la violencia son, sin duda, algunas de las mayores “esclavistas” de los seres humanos. Pero no lo es menos nuestra indiferencia. “Meditar vuestra situación”, repite el profeta Ageo. ¿Qué estamos haciendo con nuestros hermanos y hermanas?, ¿qué estamos haciendo con nuestra vida?, ¿y con nuestra fe?
No vaya a ser que nos ocurra como al virrey Herodes en el Evangelio: quería ver a Jesús y lo deseaba con fuerza. Pero ese deseo nada tenía que ver con el deseo de cambiar el mundo, elegir la misericordia y luchar por la justicia a favor de tantas situaciones del mundo que claman al cielo.
Hagamos algo. Acerquémonos a Jesús de verdad. A fondo.
Vuestra hermana en la fe, Rosa Ruiz, misionera claretiana
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