El aborto de la protagonista de la conocida serie Scandal ha provocado la polémica en Estados Unidos y el aplauso de Planned Parenthood, el mayor proveedor de abortos del país acusado de traficar con órganos humanos.
Los abortistas han obtenido una de sus principales victorias en los últimos meses: conseguir hacer amable el aborto a través de su introducción en series de televisión de éxito.
Después de la polémica por la publicación de diez vídeos grabados con cámara oculta que muestran cómo en las clínicas abortistas de Planned Parenthood se trafica con los órganos de los niños abortados, el negocio del aborto ha contraatacado a través de las series de televisión.
Pocos días después de que el Senado de Estados Unidos diera luz verde a un proyecto de ley para retirar la financiación pública al gigante del aborto Planned Parenthood, se emitió un capítulo de la conocida serie de televisión Scandal en el que se realizaba una defensa a ultranza de la organización abortista.
Durante el capítulo, una de las protagonistas de la serie y mujer del presidente de Estados Unidos en la ficción, Mellie Grant, se opone en el Senado a una medida que podría dejar sin fondos a Planned Parenthood, como una forma de defender los derechos de las mujeres.
No contentos con esta defensa explícita al escándalo del gigante del aborto acusado de traficar con órganos humanos, la protagonista de la serie, Olivia Pope, decide abortar en el mismo capítulo. Un auténtico alegato en favor del asesinato de niños inocentes en el vientre de sus madres, que pocas veces había aparecido en populares series de televisión.
La responsable de esta defensa del aborto en televisión ha sido la conocida guionista Shonda Rhimes, que en varias entrevistas había mostrado su indignación por el hecho de que en las series no aparecieran nunca abortos provocados. “No tengo muy claro por qué no está siendo tratado”, declaró Rhimes en una entrevista al Time en referencia al aborto y las series de televisión.
Su decisión de llevar el aborto a la pequeña pantalla para normalizar el hecho de acabar con la vida de un bebé no nacido comenzó cuando Rhimes introdujo este tema en la serie “Anatomía de Grey“, aunque finalmente y por presiones de los directivos de la cadena tuvo que contentarse con el hecho de que una de las protagonistas tuviera un aborto natural y no provocado, tal y como la guionista quería.
Tras la emisión de este capítulo de Scandal, Planned Parenthood mostró su satisfacción por el contenido del episodio de la serie. “Esta noche, los millones de personas que sintonizan ‘Scandal’ todos los jueves por la noche se enteraron de que nuestros derechos a la atención de la salud reproductiva están bajo ataque”, comenzaba el mensaje de la multinacional abortista, amenazada por la acusación de tráfico de órganos que le ha costado que se ponga en juego su financiación pública después de que el Senado y la Cámara de Representantes votaran a favor de no aportar ni un dólar del dinero de los contribuyentes.
“Shonda Rhimes utilizó su plataforma para decirle al mundo que si Planned Parenthood pierde financiación para el asesoramiento anticonceptivo, detección del cáncer, y aborto seguro y legal – millones de personas sufrirán”, aplaudía el gigante del aborto la emisión del capítulo de la serie, que continuaba afirmando que “esta noche vimos a uno de nuestros personajes favoritos tomar una profunda decisión personal, aplaudimos a Shonda Rhimes esta noche”.
Después de que la ideología de género haya conquistado las series de televisión, normalizando realidades como el matrimonio homosexual incluso en programas infantiles, ahora es el aborto el que se ha introducido en la ficción que consumen miles de personas como el modo más efectivo de dejar huella en la mentalidad de la sociedad contemporánea.
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