El prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal Gerhard Müller, es el encargado de custodiar la doctrina y la fe de la Iglesia Católica. Un auténtico desafío en el mundo de hoy. En el Informe sobre la Esperanza (BAC) del que Actuall le ofrece un adelanto, el prelado alemán analiza las causas de la desesperanza de hoy así como de temas que han sido cuestionados por el pensamiento único como el celibato o el sacerdocio femenino.
En este libro-entrevista con Carlos Granados, el cardenal Müller habla de una sociedad cada vez más secularizada y que ha abandonado a Dios. “El hombre de hoy no percibe su falta de fe como una tragedia, pero en cambio, sí le inquieta profundamente la falta de esperanza y, lo que es peor, pretende subsituirla con sucedáneos, como el optimismo”, afirma.

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En su opinión, el hombre de hoy vive sumergido en “mundos virtuales de la ficción televisiva para ‘vivir historias que siempre acaban bien”. Además, el cardenal alemán agrega que “nos creemos todos y cada uno de los mensajes que nos lanzan los medios sobre las bondades de nuestra sociedad tecnificada” o “damos crédito a aquellos mensajes electorales que nos prometen el paraíso en la Tierra, a cambio ‘solo’ de nuestro voto (voluntad) y de nuestra renuncia a exigir a los políticos a una gestión ética del poder (conciencia)”.
Siguiendo con este análisis de la desesperanza que sólo la fe puede cambiar, el prefecto habla del “egoísmo que se impone una y otra vez en la política y en la economía planetariao la falta de voluntad en muchos de tener hijos”.
Un grupo de homosexuales sobre una carroza en el desfile del Orgullo gay de MAspoalomas, 2015 / Youtube
Un grupo de homosexuales sobre una carroza en el desfile del Orgullo gay de Maspoalomas, 2015 / Youtube
“Nuestras sociedades secularizadas están siendo dinamitadas desde dentro por la vulgaridad y la frivolidad”
Como causante de todo esto el purpurado destaca “el pensamiento único” que se está imponiendo después de haber sustituido la religión cristiana con el pensamiento laico y la consecuencia es que “nuestras sociedades secularizadas están siendo dinamitadas desde dentro por la vulgaridad y la frivolidad”.
Ante esta situación, la Iglesia presenta una alternativa que traiga esperanza a este mundo  aunque ciertos sectores del catolicismo se hayan dejado embaucar por las ideologías mencionadas por el cardenal alemán.
De este modo, Müller hace autocrítica y preguntando por las acusaciones de “papismo”.  “Es verdad que puede darse un falso papismo: ello se da cuando se admira exageradamente al Papa como un personaje más de la vida pública, como una especie de líder mundial, como un personaje eminente comparable a un actor famosos o a un político conocido”, asegura el prefecto, que aclara que el Papa Francisco ha denunciado esta “eclesiología mundana”.
El teólogo alemán también se refiere en la entrevista a “múltiples experiencias pastorales” que durante décadas se han puesto en práctica y que se han dejado llevar por la dictadura del relativismo. “La Iglesia tiene que cambiar; La Iglesia está anticuada y desfasada”, cita el cardenal Müller como ejemplos de frases que se han pronunciado con el objetivo de modificar la Iglesia a los tiempos. “Quienes hablan así, generalmente, luego no son capaces de estructurar propuestas inteligentes, ni de proponer soluciones atinadas, ni tampoco encuentras en ellos la fortaleza para llevarlas a término”, agrega el prefecto vaticano.
Por otra parte, el prefecto para la Doctrina de la Fe también responde a todos aquellos que defienden que abolir el celibato resolvería el problema de vocaciones de la Iglesia. Ante esto, indica que “el sacerdote es más que un funcionario religioso al que se ha atribuido una misión independiente de su vida”.
Un grupo de seminaristas en procesión
Un grupo de seminaristas en procesión
El cardenal Müller indica que entre los contestatarios con el celibato está muy difundida la analogía de que hace décadas hubiera sido inimaginable que una mujer pudiera ser soldado, siendo en el presente una realidad. Su respuesta ante este argumento es que “la substancia del oficio militar, independientemente de algunas cuestiones de tipo práctico, no reclama un determinado sexo en quien lo ejercita, mientras que el sacerdocio está en íntima conexión con el celibato”.
La crisis del celibato ha sido, explica el teólogo, un tema especialmente recurrente en momentos muy complicados en la Iglesia como en tiempos de la Reforma protestante, la Revolución francesa o la Revolución sexual de los años 60 del siglo XX. “Si algo podemos aprender del estudio de la historia de la Iglesia y de sus instituciones es que tales crisis siempre han demostrado y consolidado la bondad de la doctrina sobre el celibato”, concluye.
Irremediablemente unido a la abolición del celibato aparece la exigencia de abrir el sacerdocio a las mujeres. También en este aspecto, el prefecto se muestra claro: “La Iglesia no tiene la autoridad para admitir a las mujeres al sacerdocio”.
Hablar del sacerdocio femenino es “un debate muy superficial, ideológico y, sobre todo, antieclesial”
¿Por qué? Müller dice que “es competencia del Magisterio decidir si una cuestión es dogmática o disciplinar: en este caso, la Iglesia ya ha decidido que esta propuesta es dogmática y que, siendo de derecho divino, no puede cambiarse ni tan siquiera es revisable”.
Müller destaca que existe una “igualdad esencial” entre el varón y la mujer en la naturaleza pero que llevar el debate al hecho de que la Iglesia se modernizaría si hubiese sacerdocio femenino es para el cardenal un “debate muy superficial, ideológico y, sobre todo, antieclesial, pues obvia que se trata de una cuestión dogmática”.
En la entrevista también se trata de otro de los temas más polémicos, el ecumenismo. Sobre la celebración conjunta entre católicos y protestantes en 2017 del quinto centenario de la Reforma de Lutero, el cardenal alemán se muestra muy contundente.
“Los católicos no tenemos ningún motivo para celebrar el 31 de octubre de 1517, fecha del inicio de la Reforma”
“Los católicos no tenemos ningún motivo para celebrar el 31 de octubre de 1517, es decir, la fecha que se considera como el inicio de la Reforma que condujo a la ruptura de la cristiandad occidental”, asegura Gerhard Müller.
El Papa Francisco y el patriarca ruso durante su histórico encuentro en Cuba. / EFE
El Papa Francisco y el patriarca ruso durante su histórico encuentro en Cuba. / EFE
Por todo ello, el guardián de la ortodoxia indica que “una protestantización de la Iglesia Católica desde un pensamiento secular sin referencia a la trascendencia, no nos puede reconciliar ni tan siquiera puede permitir un encuentro con el Misterio de Cristo”.
Igualmente, el prefecto de la Doctrina de la Fe valora el reciente encuentro entre el Papa Francisco y patriarca ruso ortodoxo Kyril. Para el prelado, “representa un paso más hacia la reconciliación institucional completa y la comunión sacramental de todas las iglesias locales bajo la guía de los obispos”.
A su juicio, la unidad de la Iglesia sólo se podrá llevar a cabo en la “communio ecclesiarum,respetando las tradiciones y autonomías legítimas de las grandes y antiguas Iglesias particulares, particularmente de aquellas patriarcales: estas últimas, inspirándose en el modelo civil se originaron en el Oriente cristiano en base a la relación en una determinada región entre la iglesia madre y las iglesias hijas”.