VATICANO, 19 Mar. 16 / 09:06 am (
ACI).- El Papa Francisco confirió esta mañana la ordenación episcopal a Mons. Peter Brian Wells, nuevo nuncio en Sudáfrica y tres países vecinos, y a Mons. Miguel Ángel Ayuso Guixot, Secretario del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso.
La celebración tuvo lugar en la en la Basílica de San Pedro en el Vaticano y durante la homilía Francisco recordó la misión de todo obispo: “Sean servidores. De todos: de los más grandes y de los más pequeños. De todos, pero siempre servidores, al servicio”.
Francisco tomó parte de la homilía del pontifical romano de ordenación de obispos, pero improvisó ofreciendo consejos personales tomados de su propia experiencia.
El Pontífice les pidió: “Cuiden y orienten a la
Iglesia que se les confía, y sean fieles dispensadores de los misterios de Cristo. Elegidos por el Padre para gobernar su
familia, tengan siempre ante sus ojos al Buen Pastor, que conoce a sus ovejas”.
El Obispo de Roma recordó a los candidatos al orden de los Obispos, “que han sido escogidos entre los seres humanos para servirles en las cosas de Dios. El episcopado es un servicio, no un honor”.
“Por esto, el Obispo debe ante todo vivir para los fieles, y no solamente presidirlos; porque, según el mandato del Señor, el que es mayor debe hacerse el más pequeño, y el que preside, debe servir humildemente”.
El Santo Padre les dijo también que “la primera tarea del Obispo es la oración: esto lo ha dicho Pedro, el día de la elección de los siete diáconos. La segunda tarea, el anuncio de la Palabra. Luego viene lo demás. Pero el primero es la oración. Si un Obispo no reza, no podrá hacer nada”.
“Amen con amor de padre y de hermano a cuantos Dios pone bajo su cuidado, especialmente a los presbíteros y diáconos. Hace llorar cuando escuchamos que un presbítero dice que ha pedido hablar con su Obispo y la secretaria le ha dicho que ‘tiene muchas cosas por hacer, pero dentro de tres meses no lo podrá recibir’. El primer prójimo del Obispo es su presbítero: su primer prójimo”.
“Si tú no amas al primer prójimo, no serás capaz de amar a todos. Cercanos a los presbíteros, a los diáconos, a sus colaboradores en el ministerio; cercanos a los pobres, a los débiles, a los que no tienen hogar y a los inmigrantes. Miren a los fieles en los ojos. Pero miren el corazón. Y que aquel fiel tuyo sea presbítero, diacono o laico, pueda mirar tu corazón. Pero mirar siempre en los ojos”, destacó.
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