SALMO PARA TIEMPO DE
NAVIDAD
San Francisco de Asís
Aclamad a Dios, nuestra fuerza (Sal 80,
2), Señor Dios vivo y verdadero, con gritos de júbilo.
Porque el Señor es sublime y terrible, emperador de toda la tierra (Sal 46,
2-3).
Porque el Santísimo Padre del cielo,
nuestro rey desde siempre (Ver Sal 72, 13),
envió a su amado Hijo desde lo alto y nació de la bienaventurada Virgen Santa
María.
Él me invocará: "Tú eres mi Padre"; y yo lo nombraré mi primogénito,
excelso entre los reyes de la tierra (Sal 88, 27-28) .
De día el Señor me hará misericordia, de noche cantaré la alabanza del Dios de
mi vida (Sal 41, 9).
Este es el día en que actuó el Señor; sea nuestra alegría y nuestro gozo (Sal
117, 24).
Porque se nos ha dado un niño santo y amado, y nació por nosotros (Is 9, 5)
fuera de casa, y fue colocado en un pesebre, porque no había sitio en la posada
(Lc 2, 7).
Gloria al Señor Dios en las alturas, y en la tierra paz a los hombres de buena
voluntad (Ver Lc 2, 14).
Alégrese el cielo y goce la tierra, retumbe el mar y cuanto contiene; vitoreen
los campos y cuanto hay en ellos (Sal 95, 11-12).
Cantad al Señor un cántico nuevo, cantad al Señor toda la tierra (Sal 95,
1).
Porque grande es el Señor, y muy digno de alabanza, terrible sobre todos los
dioses (Sal 95, 4).
Familias de los pueblos, aclamad al Señor, aclamad la gloria y el poder del
Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor (Sal 95, 7-8).
Tomad vuestros cuerpos y cargad con su santa cruz, y seguid hasta el fin sus
santísimos preceptos" (Ver Rom 12, 1; Lc 14, 27; 1Pe 2, 21).
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