Gospa, Podbro“Este es el amor que llama, une, convierte, alienta y llena. Por eso, apóstoles míos, ámense siempre los unos a los otros, pero, sobre todo, amen a mi Hijo: este es el único camino hacia la salvación y hacia la vida eterna. Esta es mi oración más querida que, con el perfume más hermoso de rosas, llena mi Corazón.”
Quien reza el Rosario también debe amar. Es imposible separar la oración del amor. Más aun, la oración que no lleva al amor habría que rechazarla por ser falsa, porque la oración debe trasformar el corazón. Por eso la Madre lo recuerda: se ora y se crece en el amor, a fin de no caer en el fariseísmo, en la práctica de la falsa devoción. Entonces, la oración más querida de la Madre es la que lleva, como Ella misma dice, a amar más al prójimo y a Su Hijo.
Al final, como lo hace en el mensaje del día dos, la Virgen invita a orar por los pastores de la Iglesia: “Oren, oren siempre por sus pastores, para que tengan la fuerza de ser la luz de mi Hijo. ”
Como conclusión, pues, la Madre nos pide que oremos por la paz, que oremos también por los pastores.  Que no dejemos de rezar el rosario con amor, con el corazón. Nos dice que acojamos a Jesús en nuestro corazón para que seamos eficazmente paz para los demás. Nos pide desarrollar la pequeñez evangélica o infancia espiritual. Nos pide también que nos abandonemos y confiemos más en Dios, en Jesús y en Ella, y que no busquemos tantas respuestas a la vida.