Con muchísima frecuencia la Sma. Virgen en sus mensajes, invita a orar por los pastores. Creo que es una de las peticiones más importantes.
No hay nada más útil para la humanidad que un sacerdote santo. Por eso el maligno se esfuerza en tentar fuertemente a los ministros del Señor, porque está escrito: ”heriré al pastor y se dispersarán las ovejas”. (Mac.14,27-28)
El sacerdote es un ser humano, débil, con virtudes y defectos, pecador; pero sólo él puede hacer posible que el pan se transforme en el cuerpo de Cristo y el vino en su sangre preciosa. Si es santo, será una fina copa de cristal que contiene la salvación que Jesús mereció en la cruz y nos la administra gratuitamente; si es pecador, siempre administrará la salvación como vaso de barro.
Es notable cómo se expresa la Gospa al respecto. Cuando bendice los objetos religiosos, durante la aparición, invita a que lo bendigan los sacerdotes, porque cuando ellos bendicen, es su hijo Jesús quien los bendice. En ocasiones ha dicho: “Cómo pueden hablar mal de los pastores que mi Hijo ha elegido?”.
En una ocasión en que Sta. Margarita María Alacoque iba a empezar a hablar de los defectos de un sacerdote al mismo Jesús, éste no la dejó seguir diciéndole: “con mis sacerdotes…yo”.
Cierto que cada presbítero deberá dar cuenta de sus acciones a Dios, como cada uno de nosotros, pero el Señor no quiere que critiquemos ni mucho menos juzguemos a sus elegidos.
El triunfo del Inmaculado Corazon de María vendrá a través de esos puentes que son los pastores. Así me decía hace pocas semanas una de las videntes. Ame a su párroco. Ayune y sacrifíquese por los pastores de la Iglesia. Recuerde al sacerdote que le bautizó, a quien le dio la primera comunión, al que le ha confesado, casado o tal vez enterrado a alguno de sus seres queridos y especialmente a quienes estén pasando momentos difíciles.
Si ama a los pastores y reza por ellos hará sonreír a la Virgen y recibirá muchas bendiciones.
P. Inocencio Llamas
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