PADRE SERGIO EXORCISTA NOS HABLA SOBRE EL ABORTO Y SUS CONSECUENCIAS FISICAS Y ESPIRITUALES......

Impactante testimonio 

28 de Diciembre
DÍA DE LA SAGRADA FAMILIA
DÍA DE LOS SANTOS INOCENTES
Hola queridos amigos. Felicidades a todos en este día de la Sagrada Familia y de los Santos Inocentes. No resisto a la idea de compartirles una experiencia a la vez terrible y también al mismo tiempo llena de felicidad que creo podrá ayudar a algunas personas, especialmente a las mujeres y también a médicos, enfermeras, comadronas. No sé cómo harán otros exorcistas o que experiencia tendrán, pero estoy claro de que tarde o temprano todo aquel que sirve en el campo de la ayuda a las personas afligidas por la acción diabólica se encuentra con las almas de los niños abortados o no nacidos. Hay teólogos y exorcistas que dicen que eso no es posible, que se trata de un engaño del Demonio. Bueno, yo respeto su opinión. Aquí simplemente comparto mi experiencia, que es también la experiencia de otros exorcistas. El Ritual de exorcismos y la praxis orientan al exorcista a que sea muy prudente. Que pregunte el nombre del Demonio y evite conversar con él precaviendo todo engaño. Cuando el exorcista capta que durante el proceso de oraciones aflora una personalidad diferente a la del afectado pregunta: ¿...cómo te llamas? ¿...cuál es tu nombre? Y aquí comienza un pequeño diálogo que puede ayudar en el proceso de liberación.

Fue hace muchos años cuando tuve mi primer encuentro con las almas de los niños no nacidos. Yo sabía por boca de otros exorcistas de mucha experiencia que eso me sucedería. Exorcizaba a una persona afectada y noté que emergía alguien de dentro de ella que no era la personalidad propia del interesado. Cuando pregunté: ¿Cómo te llamas? No recibí respuesta. Era alguien mudo, que no podía hablar. ¿No puedes hablar? Con la cabeza dijo: no. Recordé los consejos de mis amigos exorcistas: pregúntale: ¿eres un niño abortado? Así lo hice. La persona, como dormida, bajó la cabeza en signo de asentimiento. Entonces le dije: En este momento, en nombre de Jesucristo, te abro la boca. Inmediatamente comenzó a llorar un niño. Con una voz lastimera y sollozando me dijo: mi mamá me mató.... por qué no me quisieron? Era un dolor tan infinito en el corazón de esa alma que yo me sentí traspasado por su sufrimiento. Casi me pongo a llorar. Muchísimas veces desde entonces he oído ese llanto. Es el dolor de alguien que se ha sentido despreciado desde su raíz. Es el sufrimiento de un inocente que experimenta el más terrible de los rechazos, el de su madre. "Mi papá no me quiso..."...llanto, llanto, llanto. Es impresionantísimo descubrir que las almas sufren. Que lloran. Que penan. Antes no había comprendido la expresión "almas en pena". Sí, es totalmente cierto. Más allá de nuestros ojos, dentro de nosotros mismos hay un mundo de sufrimientos que no queremos ver, ni reconocer, ni aceptar. Es el sufrimiento de las almas de los muertos. El más noble y desgarrador de esos sufrimientos es el de los niños no nacidos por aborto provocado. Seguí entonces los consejos de mis amigos exorcistas: bautízalos. Le dije: Te voy a bautizar. Lo bauticé espiritualmente en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Le dí un nombre. Ahora vas a perdonar a tu mamá. Dí conmigo: mamacita yo te perdono. El Niño repitió: mamacita, yo te perdono. Papacito yo te perdono. Y después me dijo: "y al hombre de blanco que me sacó". Después me dice: mi cuerpecito está destrozado en la basura. ¡Qué golpe para mi corazón! El alma se da cuenta de todo. ¡Con el poder de Nuestro Señor Jesucristo yo paso mi mano consagrada sobre tu cuerpecito y lo restauro! El niño se sintió feliz. ¡Qué lindo estás! ¡Qué bello te ves! Sí, me dijo. Ahora te voy a sacar y a colocar en el pesebre con el Niño Jesús para que juegues con Él. Hice el gesto de tomarlo y de colocarlo en el pesebre. Segundos después le dije: ¿estás jugando con el Niño Jesús? Sí, me respondió. ¿cómo es el Niño Jesús? Es muy lindo. Y la Virgencita, ¿cómo es? Es muy linda. ¿De qué color son sus ojos? Azules. Una vez que hubo jugado con el Niño Jesús, lo coloqué en los brazos de la Virgen. Y le pregunté: ¿Te quieres ir con la Virgencita y con el Niño Jesús? Sí, me dijo. Entonces vete con ellos. Un suspiro salió de la persona y el alma de ese niño abortado se fue con Jesús. Desde entonces he ido descubriendo muchas cosas que antes no sabía. Que muchas almas de niños abortados se quedan en el seno de la madre. Que unos están llenos de odio hacia su madre y la torturan desde dentro y desean matarla. Que otros no, son como corderitos sacrificados, silenciosos, llenos de dolor. Y allí están. He encontrados niños en el seno de mujeres que utilizaban anticonceptivos y fueron matados por los químicos. Abortos desconocidos por la misma madre. Además de oír llorar a los niños he oído llorar a las almas de los doctores y enfermeras que han cometido abortos. Qué dolor tan terrible. Yo con todo el amor de mi corazón le digo a las mujeres: NO ABORTEN, POR LO QUE MÁS QUIERAN NO ABORTEN. A los médicos y enfermeras les digo tengan compasión de sus propias almas, NO HAGAN ABORTOS. A las mujeres NO TOMEN ANTICONCEPTIVOS. Son abortivos. Usen los medios naturales para regular la natalidad. De los innumerables casos que recuerdo el que más me ha impactado, y espero que no se escandalicen es el siguiente. Desde hace varios años ayudo a una joven que ha sido fuertemente atacada por la acción diabólica. Maleficio tras maleficio. Hay un odio terrible contra ella de parte de una mujer perversa que ha buscado vengarse de su familia. En esta joven ha permanecido por muchos años una tristeza y una inquietud que nada había podido sanar. Unas ideas obsesivas de que ella no podía ser perdonada, que Dios no la podía perdonar. Su cara siempre tensa, ensombrecida por una tristeza oculta. Una máscara de fingida alegría en los momentos sociales. Sospechaba yo de que se trataba de un alma que le estaba transmitiendo sus sentimientos de angustia. Muchas veces había intentado yo llegar hasta esta alma, pero ella se escondía y no respondía. Ese día me decidí a emplear todo el tiempo que fuera necesario para llegar a la raíz del sufrimiento. Me armé de gran paciencia y comencé a proclamar la misericordia infinita de Dios sobre el pecador. En voz alta comencé a decirle a esa alma: "Dios es misericordia, Dios perdona siempre, aunque tu pecado sea el pecado más horrible, el Señor te perdona, el Señor es ternura, el Señor te quiere perdonar, el Señor no te condena. Yo no quiero hacerte daño. Yo estoy aquí para ayudarte. Si tú aceptas la infinita misericordia de Dios yo como su ministro te perdonaré..." Así estuve varios minutos hablándole al alma que tenía miedo de emerger. Yo veía en la cara de la joven la reacción de mis palabras. Era una lucha entre esconderse y el salir afuera. De repente una voz lastimera comenzó a salir de la joven. "Dios no me puede perdonar. Mi pecado es muy grande". ...después de unos segundos que me parecieron minutos dijo solzando. "Yo soy juana, fui monja en un convento. Yo aborté. Tuve relaciones con un hombre y quedé embarazada". Se imaginan la impresión que me embargó. ¿Cuándo moriste? En mil novecientos cuarenta. No creo que Dios pueda perdonarme....mi pecado es muy grande."

Comencé entonces a animarla a confiar en la infinita misericordia del Señor. La llevé poco a poco a confiarse en los brazos misericordiosos del Padre celestial. Ellla aceptó la misericordia de Dios.En una serie de eructos se fue a los brazos de Jesús después de que yo pronuncié las gigantescas palabras: "yo te perdono todos tus pecados en el Nombre del Padre....". ¡Qué maravilla! Me quedo impactado por el poder de mi sacerdocio. Más allá de la muerte las almas esperan el perdón de Dios. Resuenan en mi memoria las palabras de Cristo. "Este pecado no se perdona ni en esta vida ni en la otra". . Luego hay pecados que se perdonan en la otra.... Cuántas veces un alma emerge y me dice: yo soy Fulano de Tal. Ayúdame. Perdona mis pecados". Grandioso sacerdocio que me permite ejercer la misericordia de Dios más allá de la muerte. Aquí la teología que aprendí en el seminario se queda corta. He tenido que revisar la escatología que me enseñaron. El perdón de Dios no tiene fronteras. La muerte no es ningún muro para la misericordia del Padre celestial que acompaña a sus hijos más allá del deceso. La cara de la muchacha cambió. Al día siguiente la vi sonriente. Qué misterio. Una vez más yo digo a las mujeres, y especialmente a las jóvenes : no jueguen con el sexo. Jamás aborten. Cualquier sacrificio vale la pena para garantizar la vida de un niño no nacido. Y a los que promueven el aborto les digo TENGAN MISERICORDIA DE USTEDES MISMOS. Créanme después de la muerte TODO SE PAGA. Y ese Dios que es infinitamente misericordioso es infinitamente justo. No vayan a estar en las sombras de la muerte hasta el fin del mundo. El que aborta a un niño ODIA A DIOS y se convierte en instrumento de Satanás , dios de la muerte. Yo tengo una infinita compasión por las mujeres que han abortad voluntariamente. Pobrecitas. Lo hicieron porque "no sabían lo que hacían". Pero para los abortistas, los que hacen y promueven el aborto lo que siento en un "terrible horror". Me dan miedo, ....pobrecitos, pobrecitos, pobrecitos, ....lo que les espera después de la muerte . Respecto del Sacerdocio, al contacto con esta tremenda realidad de las almas, cada día lo siento y lo veo más grandioso. Qué cosa más gigantesca es ser sacerdote. Vale la pena cualquier sacrificio para ser Sacerdote y vivir el sacerdocio hasta las últimas consecuencias. . Se es Sacerdote por toda y para toda la eternidad. Niños abortados, Santos inocentes de hoy, rueguen por nosotros y especialmente por los que promueven el aborto ; que Dios no sea tan severo con ellos, que se apiade de sus almas por los dolores y sufrimientos que Uds. como Jesus han soportado. Pobrecitos, no saben lo que hace. Como Herodes ignoran que en cada niño no nacido está el Hijo de Dios.