04-03-2002
Jesús:
Os voy a enviar a mi mensajero, el que os dirá lo que hay que hacer. Os estoy
advirtiendo. Hacedle caso, pues porta el mensaje de salvación. Huid de los pies de
la montaña, porque va a caer, e id al refugio que Yo os mostraré. Salid de la ciudad
construida a sus pies porque quedará, después del Día, reducida a escombros. Id al
Refugio que Yo os mostraré. Escondeos, escondeos del peligro, no andéis sobre él,
porque vendrá sobre vosotros. Es exactamente lo que parece, va a venir la
condenación sobre vosotros. Iros de ahí. Venid Conmigo. Yo dono salvación. Yo,
lo que dono, es Salvación. Es conmigo con quien os tenéis que refugiar. No, no os
metáis en casa, que construisteis vuestra ciudad bajo sus pies, venid conmigo, venid
a mi Casa, venid – oh hijos – a la Salvación, venid a mi CORAZÓN.
¿Queréis saber el Camino? Se lo he dicho a ella: ¡seguidla!443
Ven a Mí, guerrero, mártir de los últimos tiempos, ven a Mí para recibir el valor y
la fuerza, el tesón y el pundonor por mi Reino. De Mí recibirás la fuerza que te
llevará a cumplir con esmero tu obra para la salvación. Vete, ve y anuncia al mundo
mi inminente Venida. Ve y diles que estén convertidos, que se conviertan para ella,
porque llegará el día y no os encontraré preparados: ¿Dónde están los que deberían
haberse salvado por tu–vuestro medio? Venid, venid a mi lado, venid a mi
Corazón. Mi Corazón arde en deseos de comunicaros lo que os digo. Mi Corazón
arde en deseos de derramarse de Amor en vosotros. Venid, venid, oh hijos Venid a
la Salvación.
Y te adoramos – oh Cristo – y te bendecimos, que por tu Santa Cruz redimiste al
mundo. Amén.
443 Y entonces me señala con el dedo.
05-03-2002
Jesús:
Escucha, hija. Shemá Israel:444
No olvides a tu Dios, oh Israel, bajo la opresión de tus pecados, porque mira que
Soy Yo –oráculo del Señor– quien puede liberarlos, quien puede deshacerlos de ti,
oh amado mío, mi Pueblo en guerra, en guerra consigo mismo.
Cuando te encuentres angustiado bajo el peso de tus pecados, ven a Mí, recurre a
Mí, “Yahveh Salva”445. Dios–con–nosotros446 está en medio de ellos447 para deciros: ¡desaparece, desaparece448, y queda limpio!, y la lepra de vuestra carne
desaparecerá, y quedaréis sanos. Pero para eso, oh hijos, mirad que tenéis que tener
mucha confianza en Mí, haberme conocido, porque si no conocéis a Yahveh que
salva, que perdona y que cura, no podréis recurrir a Mí.
Mirad hoy mi Voz, reconocedme ahora que tenéis ocultos vuestros vicios, ocultos y
olvidados hasta a vuestros propios ojos, aunque los cometéis, ocultos y no os dais
cuenta. Oíd ahora mi Voz, que Yo me comunico a vosotros como MANSO Y
HUMILDE DE CORAZÓN.449 Al pecador arrepentido le daré cobijo, al que se
enmiende le mostraré la Gloria. Porque es mi dádiva para ellos, porque nace de mi
Corazón el donarme a ellos completamente cuando veo un atisbo siquiera de
conversión. Aunque se vean pobres, aunque se vean reacios, Yo vendré luminoso a
derramarme en ellos, a iluminar su entendimiento y a abrir su corazón para poder
entrar y hacerles un corazón semejante al mío: MANSO Y HUMILDE DE
CORAZÓN.
Así podrán gozar del descanso eterno, si me tienen a Mí, oh dádiva amorosa del
Padre, si me tienen a Mí y se dejan habitar por el Espíritu Santo. Vendré Yo y les
renovaré. Es una Promesa hecha para ti – oh hija – en los comienzos de la historia.
Porque Yo ya sólo espero de ellos una mínima conversión para venir a darme
completamente, ya sólo espero una mirada fugaz, un arrepentimiento sincero
aunque sólo sea un segundo.
¡¡Hijos, sólo os pido un segundo de arrepentimiento!!
¿Podréis decirme que no me lo daréis?
No sois capaces de mirarme, no lo sois de seguir leyendo ...
¡No tengáis miedo! ¡Si Yo Soy el Padre Amoroso que espera una simple vuelta de
cabeza de su hijo hacia Él para decirle: hijo, te perdono, perdono todo: tu vida de
pecado, tu inarrepentimiento. Hijo, si tú te vuelves hacia Mí, Yo te perdono todo!
¿No podéis? ¿No podéis mirar hacia Mí? ¿Quién os tiene cogida la cabeza?
Ése450no puede obligaros. No escuchadle, no tiene poder sobre vosotros, no puede
torcer vuestra voluntad si vuestra voluntad desea volver a Mí. ¡Miradme!, aunque
sólo sea un segundo, ¡miradme a los Ojos! Sólo os pido un segundo de vuestra vida
para mirarme a Mí verdaderamente, aunque sólo sea por curiosidad.
Y decidme si al mirar estos Ojos no podéis descubrir en ellos tanto Amor como os
tienen a vosotros, oh hijos de la perdición arrebatados de su Casa. ¡Venid, oh hijos,
al Padre, venid al Hijo y al Espíritu Santo! Arrepentíos y volveos a Mí.
Simplemente, miradme: ¿No veis los Ojos del Perdón, los Ojos del Padre
Verdadero, Auténtico, que sólo buscó el bien para su hijo y que está deseando y
añorando todos los días su vuelta a la casa paterna?
Sí, Soy Yo, Soy Yo ese Padre, Soy ese Esposo Bueno que perdona la infidelidad de
su Esposa, y la ve pulcra, aunque está manchada, porque la ha cubierto con su manto, que arrebata de un golpe todas las fealdades y la hace pulcra y hermosa.
¡Venid a recibir mi Manto!, que os limpiará de todo pecado y os hará limpios,
irreprochables ante Dios, limpios y de todo pecado.
¿No sabíais que ése era Yo? Sí, ése es Dios: el Padre Amoroso y Dadivoso, que se
derrama de Amor en su criatura, que se desvive por su amor, que busca sólo la
común-unión con ella.
¿Es que no os lo había dicho nadie? Por eso bajo Yo hoy hasta vosotros para
decíroslo, porque han callado la boca a mis arquitectos y hablan los peones, los que
no saben hablar, y os dicen, y les veis que hacen cosas que no saben hacer, y lo
hacen mal y me transmiten mal. Porque Yo no Soy ni el viejo tonto que se
equivocó al hacer el mundo, ni el Tirano que os mantiene dentro de su cárcel. Soy
el Padre, Soy vuestro Padre, hijos, y os amo, os amo con todo el Amor del mundo,
como nadie os ha podido nunca amar.
Y cuando me conozcáis verdaderamente,
vendréis irremisiblemente a Mí, porque no se puede conocer mi Amor y no quedar
adheridos a El, porque es como un potente imán de Amor que atrae todo lo que le
rodea y que no desea más que fundirse con su criatura.
¿No sabíais que Yo era así? Lo sé, pequeños, por eso vengo Yo mismo, en Persona,
hoy a decírtelo. Por eso me comunico a ti. Porque el Padre no deja a su criatura que
se muera en el camino. El Padre corre presto en su ayuda y la salva, la salva de
perecer, la libra del abismo.
Pero ahora no pienses: “Es imposible, Dios no me podrá perdonar”. Hijo: ¡te he
dicho que Yo perdono todo!, ¡perdono todo, hijos! Porque el Poder es de Dios, y
Yo Soy Dios, y Yo puedo perdonar y restituir lo perdido, liberar al cautivo, puedo
resucitar tu vida muerta a la Gracia, ¡porque Yo Soy Dios y lo puedo todo!
¿Lo crees? ¿Crees en Mí?
Te pregunto como en mi vida pública antes de hacer un Milagro a alguien: ¿Crees
que Yo lo puedo todo?
¡¡ENTONCES QUEDA SANO!!451
Te ha hablado el Corazón de Jesús desde el fondo de su Interior, desde su Entraña.
Hija mía, acéptame y dame a conocer. Ellos lo esperan. Amén.
444 Cfr. Dt 4,1; 5,1; 6,3s; 9,1.
445 Eso significa el nombre de Jesús.
446 En hebreo, Emmanuel.
447 De los pecados.
448 Al pecado.
449 Cfr. Mt 11,28-30.
450 El Demonio.
451 En estas palabras de Jesús hay poder para resucitar a los muertos por el pecado,
los muertos a la vida de la Gracia, los que no pueden entrar en el Reino Nuevo
porque están muertos, El los vuelve a la vida, los resucita. Y ahí también estoy
yo. ¡Oh Dios mío!, Jesús sólo pide un segundo de conversión para poder hacer
eso. ¡Tan muertos estamos que no tenemos siquiera un segundo, un segundo de
volvernos a El para que nos pueda hablar, para que pueda hacerlo!
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