Redacción ACI Prensa
Imagen referencial / Papa Francisco. Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa.
El Papa Francisco advirtió que el miedo es un “obstáculo relevante” en la vida cristiana, y dio tres consejos para vencerlo.
“En la vida cristiana, hay un obstáculo relevante frente a todos nosotros: el miedo. Pero podemos superarlo con el amor, la oración y el buen humor”, aseguró.
El Santo Padre pronunció estas palabras en su encuentro del 21 de abril con superiores y alumnos del Venerable Colegio Inglés, que forma a seminaristas británicos en Roma.
El Papa señaló que con estos tres consejos espera que “no tengan miedo de las dificultades y de las pruebas y de la incesante batalla contra el pecado”.
“También les animo a no tener miedo de ustedes mismos. Siguiendo el ejemplo de su patrono celestial, Santo Tomás de Canterbury, que no permitió que sus pecados pasados y sus limitaciones humanas le impidieran servir a Dios hasta el final, no solo sean capaces de superar su miedo, sino que ayuden a otros a superar el de ellos”.
El Venerable Colegio Inglés ha recibido alumnos en Roma desde 1577, en medio de la persecución contra católicos en Inglaterra, durante el reinado de Isabel I.
Tras ser ordenados sacerdotes, los jóvenes regresaron a Inglaterra, llevando una vida de persecución. En los siguientes cien años, 44 de ellos sufrieron el martirio, algunos en la horca y otros descuartizados.
Entre ellos se encontraba San Ralph Sherwin, el primero en realizar el Juramento Misionero del Venerable Colegio Inglés.
En su mensaje, el Papa Francisco destacó que “el amor de Dios y el amor del prójimo” son “las dos piedras de los cimientos de nuestras vidas”.
Sobre el amor a Dios, destacó, “es bello ver a los jóvenes que se preparan para asumir un compromiso estable con el Señor, que dura para la vida entera. Esto es más difícil para ustedes de lo que era para mí, a causa de la actual ‘cultura de lo provisional’”.
“Para vencer este desafío, y para ayudar a hacer una auténtica promesa a Dios, es vital durante estos años de seminario nutrir su vida interior, aprendiendo a cerrar la puerta de su celda interior desde dentro. De esta manera, su servicio a Dios y a la Iglesia resultará reforzado y encontrarán aquella paz y felicidad que solo Jesús puede dar”.
Respecto al amor del prójimo, dijo, “no somos testimonio de Cristo para ventaja nuestra, sino para los otros, en constante servicio. Y buscamos ofrecer este servicio no por un simple sentimiento, sino en obediencia al Señor, que se arrodilla para lavar los pies de los discípulos”.
El Santo Padre destacó que “una de las formas en que puede crecer nuestro amor por Dios y por el prójimo es a través de la vida comunitaria. No puede ser una coincidencia el hecho de que la comunidad de su seminario haya generado cuarenta y cuatro mártires, haciéndolos capaces de emitir prontamente el juramento misionero”.
Al finalizar su mensaje, el Papa alentó a los seminaristas a cultivar “buenas y saludables relaciones” amicales. “Estoy seguro de que reconocerán a sus verdaderos amigos, que no son simplemente aquellos que están de acuerdo con ustedes, sino que son dones del Señor para ayudarnos a caminar hacia lo que es justo, noble y bueno”, dijo.
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