Gospa iluminadaLa Cuaresma es un tiempo de gracia. Dios mismo ha establecido tiempos especiales de gracia por medio del Año Litúrgico que tenemos en la Iglesia. La Cuaresma no es tiempo un para vacaciones, y muchos menos, la Semana Santa. ¡No! Es tiempo de conversión, de ayuno, de penitencia, de reconciliación y sobre todo, de oración constante. Tiempo para Jesús, para acercarnos a Sus Llagas preciosas, a Su Sacrificio de amor a causa de nuestros pecados. La Madre quiere que utilicemos este precioso tiempo para aquello que ante Dios es lo primero: la oración y la conversión. Porque sin conversión no hay oración y sin oración tampoco hay conversión. El problema de fondo, es que muchos cristianos piensan que ya oran lo suficientes, o bien, que no tienen pecados graves. Por eso la Madre nos habla: para ayudarnos.
«Los invito a todos: oren más y hablen menos.» Esta segunda parte del mensaje es importante, quizá el centro del mensaje. La Madre comienza diciendo: «Los invito a todos».Recuérdese que Ella habla desde Su autoridad de Madre de la Iglesia. Fue precisamente el Virgen Santo cuando Su Hijo la envistió de tal autoridad al proclamar desde la Cruz, su maternidad espiritual sobre toda la humanidad; no solo sobre la Iglesia toda vez que Jesús moría en la cruz por toda la humanidad, no solo por la Iglesia. Por consiguiente, la maternidad de María recae sobre toda la humanidad. Y esa maternidad dice ahora: «los invito a todos». No solo a quienes siguen sus mensajes, no solo a los consagrados, no solo a los indiferentes… La Madre invita a todos sus hijos «a que oren más y hablen menos». 
Lo que la Madre quiere, es que parte del tiempo que se dedica a charlar en familia, o con los amigos o en negocios o estudios… sea tiempo mejor invertido en la oración. Y obsérvese que la Madre no ha dicho: «dejen de hablar o no conversen» sino hablen menos, porque Ella sabe que mucho de lo que se platica es tiempo perdido, que muy bien se puede aprovechar en oración. Por lo tanto, hay que ser humilde, y si queremos responder a la Madre durante este mes, hay que disminuir las conversaciones amenas con el fin de aumentar el tiempo de la oración. No se trata de eliminar del todo las conversaciones sino disminuirlas para dedicarnos a orar más.